Politizar las políticas ambientalistas y contextualizar sus acciones, implica organizar la sociedad bajo una perspectiva hacia los próximos quince años y, donde ha de suponerse una ampliación de la gestión de interdependencias. Lo cierto, es comprender la creación de nichos sociales para concebir una disciplina que nos permita una solaridad con ciudadanos que gerencian menores recursos por sus condiciones laborales. Los procesos sociales exigen una disciplina de trabajo, donde el universo explorado por la sociología exige un conocimiento necesario para comprender la responsabilidad del ciudadano y de la sociedad organizacional. En tal sentido, esta ciencia debe atenuar los efectos de cualquier asimetría y reflejar en cada ciudadano la responsabilidad de sus actos. Me estoy refiriendo a que un actor sociopolítico no puede dañar a otro elemento en la estructura económica para el análisis de redes sociales y coyunturales. Las estructuras de poder y las mismas jerarquías nacen bajo la existencia de un capital específicamente social y, no ser racional en este aspecto sería engañar al pueblo.
Uno de los temas más agresivos para ésta cumbre Rio+20 es la manipulación inadecuada de los pesticidas y algunos insecticidas que al contacto con la tierra y las semillas provocan frutos que al ser ingeridos en su fase de madures pueden ocasionar oscilaciones orgánicas en el cuerpo humano que dañan su propia formación humoral. Esta cumbre, no es simplemente un aderezo de carácter ecológico, conlleva la manifestación de un modelo desarrollista que corre con sus axiomas de biodiversidad y cambio climático. Teniendo en cuenta el comportamiento de la población ante los fenómenos de carácter biológico y sanitario que se presentan en cada comunidad. Venezuela, a pesar de poseer cualquier cantidad de leyes ambientales y de normativa social, debe adecuarse porque hay una constante violación de las mismas por parte del género y funcionarios que no legislan sobre su aplicación ante el miedo y el temor de ser acorralados por inexperiencia. Simplemente, debemos unir la gran ciudad con las urbanizaciones populares y abrir avenidas y anillos modernos con sus espacios abiertos para que la gente interactué y una policía municipal que verdaderamente contribuya con el bienestar de las comunidades y no las atemorice, ya que crea un orden nuevo del delito.
Hay una responsabilidad histórica, en todo el sentido de la palabra. Debemos revisar desde los patrones ordinarios de consumo hasta el hábitat de cada grupo familiar, desde la nueva concepción de ideología hasta los discursos dados por cada líder local. Es una lucha constante para tener una clara visión sobre la Madre Tierra y su armonía con la naturaleza. El medio ambiente exige un constante monitoreo de las comunidades exigentes y disciplinadas. Las transnacionales han aplicado patrones conductuales adversos que llenan de angustias a modestos moderadores que conviven cerca de sus áreas de funcionamiento. Ahora, exigimos la fomentación de regulaciones que determinen un criterio válido sobre algunos espacios de explotación industrial o agrícola.
Rio+20 es una manipulación de algunas corporaciones hacia los países débiles y como plantear programas de producción con el fin de apropiarse de sus productos naturales y aquellos que fomenta la misma naturaleza, teniendo en cuenta diversas causales y la hipocresía abierta de algunos gobiernos para cohesionar el mercado de sus productos, como sucede con los laboratorios farmacéuticos y cofradías alimentarias bajo el signo de un solo mentor. Por esto, la ideología es permanente y necesaria para evitar algunas barbaridades que el sistema imperante fustiga hacia sus colonias.
Amazonas, nuestro jardín ecológico latino brama en historia de brujerías y hechicerías, pero, Brasil se presta para el juego con los guerreros de la OTAN y biólogos militares acantonados en la Guayana Francesa, algún día llegaremos a saber que descubrieron en sus laboratorios para negociar nuestras riquezas. Ya, los conjuros, rezos y exorcismos, no dan cuenta del verdadero sueño.
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