Las cilíndricas estructuras instaladas en la Península de Paraguaná en Venezuela y detectadas vía satélite por los desquiciados observadores internacionales, los mismos que miran de reojo las bicicletas atómicas de manufactura venezolanas-iraní, que al acordarse de los misiles rusos en Cuba, prendieron las alarmas de inteligencia estadounidense, sin siquiera investigar a fondo la razón de esos extraños objetos de temeraria figura, que representan partes importantes de los kits de ensamblaje de gigantescos molinos para generar electricidad, aprovechando las estratégicas tierras falconianas. Esto pareciese cómico, pero en otras naciones devastadas por la sola presunción de posesión de armas de destrucción masiva, pasó de risible a trágico.
El imperio norteamericano y sus lacayos en el mundo, se han activado ferozmente para crear la matriz de opinión de que Venezuela es un país forajido, y por tanto hay que invadirlo como en Irak, Afganistán y Libia, hay que secuestrar a su presidente en piyamas como ocurrió con Zelaya en Honduras, hay que armar a la oposición como ocurre en Siria, hay que desestabilizar con conflictos internos, como es el caso de Bolivia, Ecuador o Argentina, etc. pero en definitiva hay que presionar a los mercenarios de ayer y de siempre, porque para ello fueron entrenados y pagados, desde periodistas, políticos, artistas, es decir, cualquier vendepatria que aspire una Green Card.
Las cadenas de televisión más importantes al servicio del imperio, han comenzado y agudizado un ataque constante contra la República Bolivariana de Venezuela. Se trasmiten imágenes montadas con diversos opinadores de oficio, presentados como expertos internacionalistas, desde personajes desconocidos trasmitiendo desde Caracas, hasta periodistas afamados como Angel Levi de CNN, especialista en temas árabes, con asombrosas opiniones sobre supuestos complots nucleares de países como Rusia, Bielorrusia e Irán contra el pueblo estadounidense y prácticamente instando a la comunidad internacional a invadir Venezuela y acabar con el régimen de Hugo Chávez. Lo cumbre del caso, es que los promotores de semejantes acusaciones, no presentan ni presentarán prueba alguna, ya que este mediático formato, solo busca un pronunciamiento inmediato de la OEA y la ONU al servicio del imperio, desesperados por la remontada electoral irreversible en Venezuela, tal como ocurriese en la hermana Paraguay.
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