El libro “Legado de Cenizas”, de Tim Wainer, describe el historial de fracasos, arbitrariedades e injerencias de la Central de Inteligencia Americana, desde su creación, hasta su papel en los sucesos del 11 de septiembre.
Recientemente el comandante Chávez, se refirió a la manera como la Central de Inteligencia Americana, trabaja en el país, tratando de captar Militares.
Lejos quedó el tiempo cuando los espías, eran seleccionados entre estudiantes de postgrado en prestigiosas Universidades de los Estados Unidos, militares graduados en la Academia de las Américas, Diputados corruptos de los partidos de la derecha, y voceros de la izquierda.
El proceso de reclutamiento selectivo de los informantes del departamento de estado, se concentra en los sectores de nuestra industria petrolera, los funcionarios corruptos del gobierno, y las fuerzas militares.
La información de la producción petrolera se considera estratégica, porque en gran medida, según los análisis de los expertos, la permanencia de Chávez, en el poder se sostiene gracias a la cantidad de dólares que recibe por ingreso petrolero.
Los funcionarios maulas son los encargados de aportar información, sobre líderes importantes que manejen fortunas en el exterior y que puedan ser chantajeados, para cumplir labores especiales.
Los militares serán utilizados solo si es necesario un pronunciamiento militar, para debilitar al gobierno, y para y tratar de mantener a Chávez, dentro del marco de un capitalismo de estado que garantice las tasas de ganancia de los capitalistas internacionales.
La CIA sabe que el sostén ideológico del régimen es débil, pero le tiene mucho temor a la organización popular, y a la unidad de los militares con el pueblo. Hasta ahora su experiencia indica que ningún jefe de estado toma la decisión de armar al pueblo a la hora de una intervención.
Solo Fidel Castro, ha tenido los cojones para plantear abiertamente, la guerra de todo un pueblo contra el imperio.
La labor del departamento de estado, está orientada a mantener contactos con los poderes del narcotráfico, y tramar la salida de Chávez, a cambio de rutas seguras de tráfico, y reparto de las ganancias.
El plan global del servicio secreto de los EEUU, es una alianza perfecta con el narcotráfico internacional, para criminalizar a los estados modernos, y mantener un control total sobre la venta de sustancias ilegales. Aquellos muchachos que en el año 2002 aparecían armados detrás de Carmona, eran un pequeño anillo del traficante de armas Pérez Recao.
El narcotráfico tuvo su participación silenciosa el año 2002, en honduras, aliado con las trasnacionales de la medicina sacaron a Celaya de la cama y de la presidencia, en Paraguay se saltaron los procesos legales, y destituyeron a Lugo junto con los grandes terratenientes.
En Venezuela su apuesta es la de propiciar un levantamiento de la clase media, y esperar el deterioro de la salud del comandante. Los narcotraficantes tendrán el papel de aportar recursos financieros, y sostener con armas un posible desconocimiento de las elecciones, dependiendo el margen de votación y el ambiente del triunfo.
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