La dinámica política devenida a partir del 14 de abril, ha dado un giro sustantivo, a favor del recrudecimiento de las condiciones de desestabilización política en Venezuela. El desconocimiento de los resultados electorales por parte de la dirigencia de la derecha, abrió a una etapa que da cuenta de la existencia de un “Golpe lento”, puesto en marcha.
Hay un conocido manual de “golpe lento” o “golpe suave”, dado a conocer por el politólogo norteamericano, Gene Sharp. En el se describen las etapas que de manera progresiva o simultanea, pueden desarrollarse a los fines de consolidar la desestabilización política en un país. Fundamentalmente se trata de crear las condiciones de agitación social, empleando condiciones de legítimo o exacerbado descontento por fallas o errores del Gobierno, la sublimación de mensajes y bombardeo a la psiquis colectiva, mediante el empleo de la guerra psicológica, la deslegitimación de las instituciones, la caotización de la sociedad y la reproducción de las condiciones de enfrentamiento entre el pueblo, a los fines de solicitar la intervención extranjera. Esto no está nada distanciado de la realidad nacional venezolana.
En estos momentos, cualquier respuesta responsable del CNE, cualquier auditoria al 100% de las mesas de nuestro sistema electoral y cualquier otra respuesta de nuestras instituciones que den cuenta de la transparencia de los resultados electorales, no será suficiente para apaciguar las condiciones de agitación generadas por la dirigencia de la derecha. Y es que la idea es que cualquier respuesta sea vista como inoportuna, pues se trata de crear condiciones de inconformidad generalizada que hagan perder el piso político de la dirigencia en el Gobierno y particularmente se trata de destruir a Nicolás Maduro como figura política, deslegitimándolo.
La violencia fascista desatada, ha sido ciertamente resultado de un proceso de guerra psicológica, en el contexto de una campaña de la derecha que ya ha tenido varios años y que se ha inspirado en el manejo de las emociones del miedo y del odio. En momentos electorales, la desviaron al triunfalismo, y ante el desconocimiento de los resultados, focalizaron el manejo emocional de sus seguidores, de la frustruación a la rabia, que se tradujo en rabia antichavista, o rabia al vecino, al CDI, al Mercal, al dirigente comunitario, en fin, a lo que pareciese chavista, en condiciones de caos y protesta violenta.
Sobre la estrategia de la dirigencia de la derecha y la actitud fascista de muchos de sus seguidores desaforados, hay una coincidencia histórica tremenda, y es la Alemania previa al ascenso de Hitler al poder por vía electoral, ya que los Nazis asumieron posiciones parlamentarias que permitieron su nombramiento como Canciller por parte de Hindenburg. Esa Alemania estuvo muy marcada por la campaña de miedo de los Nazis, quienes progresivamente escalaban espacios en el poder instituído. Implementaban un discurso de miedo, asociado al racismo y a la "amenaza comunista". Hablaban del tutelaje desde el extranjero. Inspirados en el descontento y en la rabia por las condiciones de la Alemania del momento, los nazis desarrollaron una estrategia compleja de reproducir y recrudecer las condiciones de crisis social generalizada, profundizando condiciones de caotización de la sociedad, boicots económicos, violencia, amarillismo informativo, deslegitimación de las instituciones. Al mismo tiempo, los Nazis se ofrecían a si mismos como la solución a dichas condiciones y a "amenazas" potenciales del momento, como lo era el auge del comunismo a lo externo, y una supuesta conspiración judía a lo interno. Los Nazis, luego de ganar espacios electorales, provocar la repetición de elecciones y negarse a cualquier consenso democrático en el Gobierno alemán, progresivamente lideraron la cabeza del Gobierno.
Comparando el caso alemán, con el caso de la ultraderecha neofascista en la dirigencia venezolana, en realidad no hay tantos elementos que hagan de esto una “coincidencia”, pues se trata del viejo manual de la antipolítica y el chantaje. Lo vemos en el discurso de la derecha, cuando su abanderado principal culpa al Gobierno de la violencia ya que el CNE no ordena repetir las elecciones.
Se hace necesaria una profunda revisión político-institucional en la dirigencia y es necesaria la lectura correcta sobre el desarrollo de la política interna. Hay que revisar las condiciones sociales para la profundización de la revolución y hay que desarmar el golpismo, con coherencia y claridad política. Hay un Golpe lento en marcha. Contra la doctrina neofascista, EL BOLIVARIANISMO! Fortalezcamos la alianza cívico-militar. ALERTA!!!
Profesor
Prof.nelsonsanchez@gmail.com