Estados Unidos, desea explicitamente afirmar el camino neoliberal para crear ciudades globales que le permitan un status hegémonico más alla de la urbe híbrido conceptualizada como Inglaterra e Irlanda. Estas dos ciudades contemplan una armadura doctrinaria dependiente del consenso de Washington y sus colonias debidamente orquestadas. Sin duda, por este motivo la historia resulta algo complicada.
Desde siempre, el imperio norteamericano desea igualarse al de Roma, sobre esto, la humanidad tiene experiencias amargas y no vacila en ingresar a conflictos bajo una diversidad de criterios que se fundamentan en el dolor, lágrimas y muertes en regiones de conflictos.
El grave complot contra Siria, constituye una acción genócida de desgobierno occidental motivados por Kerry y Obama. Bachar al Asad viene asumiendo una posición radical para evitar un mayor derramamiento de sangre en su region territorial.
Mientras, en Latinoámerica nos encontramos con un golpe económico lento en países como Venezuela, al igual que Chile hace cuarenta años. En las últimas tres semanas, las amas de casa lucen preocupadas por el incremento desmesurado de productos de primera necesidad, cayendo en la especulación. Cualquier argumento es motivo para evadir los controles del INDEPAVIS, dejando algunos rublos fuera del mercado.
Sin duda, nos encontramos con el reflejo de un paro político al 2002, que desencadenó en un golpe de Estado. El fascismo, busca activar un escenario adecuado para cualquier tipo de discusión y convencer a los ciudadanos que nuestro presidente bolivariano, Nicolás Maduro refleja el criterio de una trancisión ya planificada. Eas una estrategia comunicacional mediática como lo fue el Chile de Allende y el poder popular junto a su fuerza militante, Irak, Afgánistan, Egipto, Libia, Siria y, en el futuro algunas regiones del amazonas latina.
Todavía, en algunos venezolanos, existe una mentalidad colonial como burguesa. Lo cierto, existen dificultades muy severas por el daño que le han hecho a Venezuela, un grupo de criollos en el exterior y, el mal uso de las tarjetas de crédito para negociar con nuestros dolares. Hay bolsones de colonialistas mimetizados por corporaciones multinacionales en algunos partidos políticos, no desean tomar caso de la realidad.
