Desde el triunfo del comandante Hugo Chávez Frías a la presidencia en 1998; Venezuela se convirtió en un campo de experimentación de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA).
El carisma de Chávez y sus propuestas obligaron al imperialismo a emplearse a fondo, ya que su popularidad era valorada positivamente por más del 70% de los venezolanos.
Los laboratorios del imperialismo recurrieron al expediente del miedo y junto a la oligarquía parasitaria y sus medios hicieron prisioneros del miedo a una buena parte de la población.
Una larga experiencia de guerra psicológica y golpes de Estado en el mundo (Derrota de los comunitas en las elecciones de Italia en 1948, el golpe de Estado en Irán 1953, golpe de Estado en Chile 1973, etc.) daban suficientes herramientas para sembrar el terror psicológico en Venezuela.
Ese terror tenemos años denunciándolo: “extraños accidentes de tránsito, secuestros, asesinatos aleatorios o disfrazados de ‘hampa’, continuos ¿desperfectos? en los servicios públicos, exagerada presencia paramilitar, surgimiento del crimen organizado, proliferación de drogas en liceos, barrios y urbanizaciones, desabastecimiento; alza de precios, etcétera, hechos que sugieren que Venezuela pudiera ser víctima de operaciones especiales de una guerra irregular”
El miedo anticomunista, el miedo a la democracia participativa, a la igualdad con equidad, miedo a la solidaridad y al amor.
Hoy la CIA y sus aliados siembran el miedo al hambre, empujan a sus prisioneros del miedo a la guerra entre venezolanos.
Esta en juego la Patria ¡Mano dura presidente Nicolás Maduro!