Durante los recientes carnavales en Venezuela, los aislados bolsones de protestas estudiantiles que se realizaron en las grandes ciudades, fenecieron como por arte de magia. O para ser más precisos murieron en las áreas privilegiadas de las ciudades. Los organizadores de las protestas antigubernamentales le habían asegurado al mundo que los carnavales no se iban a realizar y que la tradición de viajar a las playas del Caribe sería cancelada ya que el “descontento de la gente” habría llegado a su clímax. Solo bastaría un poquito más y el régimen se desplomaría, el Presidente Maduro y sus camaradas saldrían huyendo hacia Cuba y el país regresaría a la “verdadera democracia.” Las manifestaciones fueron ampliamente cubiertas por los principales canales de televisión de Occidente, y ahora –completo silencio. Los venezolanos celebran y descansan.
El papel principal en la guerra psicológica y desinformativa contra Venezuela le corresponde a las agencias norteamericanas de inteligencia. Toda la presidencia de Hugo Chávez, transcurrió en medio de una intensa guerra desinformativa la cual comprometió la noción misma de la construcción del Socialismo del Siglo XXI en Venezuela. Chávez nunca prometió un éxito fácil en esta jornada, pero su bien pensada política social logró muchas cosas. Según encuestas de opinión, los venezolanos están entre los pueblos más felices en el Hemisferio Occidental.
Los logros de la Revolución Bolivariana respecto de la salud, la educación y la construcción de viviendas dignas y asequibles le garantizaron a Chávez el apoyo popular. Un sólido frente interno capacitó a Chávez para contrarrestar con éxito las operaciones subversivas de Estados Unidos no solo en Venezuela sino también en el campo internacional.
Uno de los puntos focales de esta guerra desinformativa fue la creación de Telesur canal de televisión con el apoyo de países latinoamericanos aliados y a continuación la creación de la radioemisora Radiosur. Se organizaron redes nacionales de radio y televisión por toda Venezuela y se inauguró un centro cinematográfico nacional el cual produce largometrajes sobre temas patrióticos. Casi cada semana aparece en las pantallas nacionales una nueva película venezolana, las cuales atraen audiencias tanto como las películas de acción de Hollywood. También se están produciendo documentales que denuncian la política norteamericana en América Latina, incluyendo la toma de campos petrolíferos y el derrocamiento de políticos que Washington considera inamistosos.
Luego del fallecimiento de Chávez, la guerra desinformativa y propagandística contra su sucesor, Nicolás Maduro, se hizo aun más extendida. Washington decidió que el momento oportuno para derrocar al régimen había llegado. Esto comprendió todo el arsenal de Washington para la desestabilización, desde paramilitares colombianos infiltrándose en el país para llevar a cabo acciones terroristas, realización de sabotajes económicos y financieros y el empleo de sitios en las redes sociales de Internet.
Hablando ante la Asamblea General de la ONU el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Elías Jaua, indicó que los medios de prensa venezolanos y extranjeros se han involucrado en una activa campaña para derrocar al Presidente Nicolás Maduro. Luego Jaua explicó que él se “refería a campañas muy bien orquestadas que estaban siendo implementadas por vía de influyentes canales de televisión.” Señaló que figuras destacadas del mundo artístico en Estados Unidos y Europa, “que ni siquiera saben donde está situada Venezuela”, están siendo utilizadas para comprometer al gobierno en declaraciones recientes hechas durante la ceremonia de entrega de los premios Oscar, por ejemplo.
En particular, esto tiene que ver con el programa televisado CNN que no solo está siendo utilizado por la CIA para distribuir información falsa acerca de Venezuela, sin también para desarrollar estereotipos negativos del gobierno venezolano y del Presidente Maduro. Por otra parte, existe una cobertura sesgada de las protestas estudiantiles callejeras que CNN describe como pacíficas, sin mencionar las protestas en que grupos de estudiantes militantes que cierran calles, queman automóviles, atacan a la policía y amenazan la infraestructura urbana, incluyendo al ferrocarril subterráneo (Metro). Entre otras cosas, los activistas de oposición lanzas púas metálicas (miguelitos) en calles y carreteras lo que ha causado un aumento agudo de accidentes de tránsito. Existe también la práctica de instalar cuerdas de nylon (guayas) a través de vías para agredir a los “motorizados” que son motociclistas que reparten, medicinas, correspondencia y otros productos como mensajeros. Estos motociclistas por lo general son leales a las autoridades y por lo tanto, son percibidos por la oposición como una fuerza hostil. No obstante, CNN no informa sobre estos incidentes.
Los órganos de prensa internacional también se mantienen mudos en torno a los esfuerzos del Presidente Maduro por establecer un diálogo pacífico en Venezuela y buscar un mutuo entendimiento con la oposición y los círculos oligárquicos del país que se han organizado y privadamente están financiando una prolongada campaña de desobediencia civil. La tolerancia de las autoridades venezolanas, de manera creciente, se está percibiendo como debilidad.
A consecuencia de la sesgada y a veces instigadora cobertura de los hechos en Venezuela, corresponsales de CNN han sido expulsados del país. Periodistas de la Associated Press, Agence France-Presse, Agencia EFE, Reuters y otros, también producen interpretaciones sesgadas de los eventos en Venezuela. Ni por una sola vez los periodistas occidentales acreditados en Venezuela han demostrado un mínimo discernible de independencia en su interpretación de los eventos en el país. Su alineamiento con la manera de pensar de Washington, cuando evalúan los eventos internacionales y a los políticos, es característico en casi todo el cuerpo de periodistas occidentales en el país.
El gobierno de Maduro está haciendo todo lo posible para contrarrestar la propaganda hostil con la cual Washington está tratando de exacerbar la situación en Venezuela y de este modo conseguir un pretexto para interferir directamente en los asuntos internos de Venezuela. El gobierno de Venezuela ha sido en repetidas ocasiones amenazado y ha recibido advertencias de parte del gobierno norteamericano; se le ha solicitado la liberación de los estudiantes detenidos durante las protestas callejeras y que se siente a conversar con la oposición. Barack Obama lo dijo durante la reunión con sus colegas mexicano y canadiense en Toluca, México el pasado 20 de febrero. Una declaración del senador republicano, John McCain sonó como un ultimátum, “necesitamos estar listos para emplear la fuerza militar con el objeto de entrar en Venezuela y restablecer ahí la paz.” El senador señaló que la operación podría incluir soldados de Colombia, Perú y Chile. Por otra parte, hizo hincapié en que hay dirigentes políticos democráticos en Venezuela los cuales están bien preparados para asumir la responsabilidad de gobernar el país con todo el consentimiento de Estados Unidos y darle libertad a su país. McCain también explicó de manera exacta porqué Washington necesita “títeres demócratas” en Venezuela.
Primero que nada, garantía para el envío expedito de hidrocarburos a Estados Unidos. Los envíos petroleros desde el Norte de África y del Medio Oriente generalmente tardan 45 días pero desde Venezuela solo 70 horas.
Con el objeto de explicar la situación del país y la posición del gobierno venezolano, el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Elías Jaua, realizó una gira por países de América Latina y Europa, mientras que el Ministro de Energía y Minas, Rafael Ramírez, se reunió con el Presidente Vladimir Putin y con personeros del gobierno chino.
La Presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, indicó que existe una amenaza real de “golpe suave” en Venezuela: “No estoy aquí para defender a Venezuela o al Presidente Maduro, estoy aquí para defender el sistema democrático del país, tal como lo hemos hecho en el caso de Bolivia, Ecuador o cualquier región, al margen que sean de izquierda o derecha. La democracia no pertenece ni a la izquierda ni a la derecha, democracia es respeto por la voluntad del pueblo. Sería fatal para la región, dados los grandes avances que se han logrado por la integración de América Latina en años recientes, si permitimos que vientos desde el extranjero se lleven y destruyan nuestro país fraternal.”
Cristina Fernández también recordó que ha habido 19 elecciones en Venezuela durante los últimos 14 años en las cuales el partido de gobierno ha perdido solo una. De acuerdo con la Constitución, un referéndum revocatorio sería realizado en el año 2016.
Esta es la única manera legítima de cambiar un gobierno. La mayoría de los líderes de América Latina tienen la misma opinión que Cristina Fernández.
Los analistas políticos le están prestando atención al cronograma de los esfuerzos de Estados Unidos para reemplazar al gobierno en Venezuela y Ucrania. Washington desea demostrarle al mundo que es una superpotencia todavía capaz de dirigir el curso de los acontecimientos en diferentes partes del mundo en el sentido que le parezca. A Obama le gustaría terminar su presidencia con victorias espectaculares en Europa Oriental y América Latina convirtiendo a Ucrania en un estado satélite lo cual le aseguraría la presencia militar norteamericana en la frontera con Rusia y llevar a cabo un cambio significativo de régimen en Venezuela con el objeto de sacrificar todos los proyectos independientes de integración en América Latina.
*Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona
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