EEUU: ¿Y tus credenciales?

Recuerdo haber leído un poema de una escritora estadounidense cuyo último verso decía: “¿Estados Unidos dónde están tus credenciales?”. Recuerdo también, cuando vivía en Cleveland, Ohio, una primera plana, la noticia central, de uno de sus principales periódicos, el Plain Dealer, que informaba que una osa había dado a luz, en el zoológico, y que se abría un concurso para buscarle un nombre al neonato animalito. Igualmente, una entrevista al gran escritor argentino Jorge Luís Borges que se sorprendía de la inmensa variedad de libros que podían encontrarse en cualquier biblioteca pública, de cualquier ciudad de mediano tamaño, pero bibliotecas como él afirmaba: “llenas de libros que nunca nadie leerá”…

Así son los Estados Unidos, un país con un inmenso desarrollo tecnológico y una agricultura que produce tantos alimentos que es capaz de autoabastecerse y exportar sus excedentes a medio planeta. Un país de seres humanos aislados, confundidos, de mirada extraviada en los trenes del metro, de ciudades como Nueva York, sin o con muy pocas amistades, con las tasas más altas de obesidad, drogadicción y alcoholismo, expresiones de esa misma soledad y vacío interior, propios de ese país…

Un país, donde lobbies como el de la National Rifle Association, en una época presidido por el actor Charlton Heston, imponen la “no restricción” en la venta de armas de fuego, y otros, como el de las grandes empresas aseguradoras se opone al llamado “ObamaCare” que beneficiaría a cerca de 40 millones de norteamericanos sin seguros de salud… Un país soberbio, que como los demás país industrializados, ha logrado buena parte de su bienestar en detrimento de la miseria de los países de menor desarrollo, saqueando sus materias primas y estableciendo un orden económico desigual. Ese país que ha sido, el mayor violador de los Derechos Humanos en la historia de la humanidad, pretende imponerle a nuestro país y a otros, sus parámetros de democracia… Lo anterior lo escribimos antes del histórico acuerdo EEUU – Cuba. Hoy, siguiendo a Raúl Castro, hay que señalar que “la decisión de Obama merece respeto y reconocimiento”. No significa olvidar la historia, y menos renunciar ni “a uno solo de los principios revolucionarios”… ¡La liberación de los “3 héroes cubanos” es motivo de inmensa felicidad!



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Reinaldo Quijada


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