Las fuerzas imperiales de los Estados Unidos de América, en una artimaña absolutamente guerrerista, han declarado que Venezuela se ha convertido en una "Amenaza" para la seguridad de ese poderosa país y en tal sentido han decretado un Estado de Emergencia Nacional para todo su territorio. El presidente Barack Hussein Obama no habla por si solo, ha hablado en nombre de la cúpula militar, económica y financiera que dirige ese pérfido imperio que intenta gobernar alevosamente al mundo desde mediado del siglo XX; violando en distintas oportunidades y de manera reiterada, todo tipo de legislación internacional que regula las relaciones entre los Estados soberanos e independientes de la comunidad mundial. Declarar "La Amenaza" anteriormente ha sido un paso previo de EEUU en su menú de opciones intervencionista y belicistas como política de agresión militar contra países y naciones.
En el escenario internacional actual, así se vislumbra ante la realidad concreta de apoderarse de las grandes reservas petroleras y las proyecciones de potenciales conflictos del mercado mundial de hidrocarburos para la próxima década; los casos de Irak, Siria y Libia son más que evidentes. Por más que la edulcoremos, este decreto de Obama es una auténtica declaración de guerra. Racionalmente la guerra es un medio para alcanzar fines políticos y estratégicos, eso está más que estudiado y reflexionado desde hace siglos. Como sentenció Clausewitz “la guerra es la continuación de la política por otros medios”.
Más allá que cualquier derivación política, sentimental, espiritual o religiosa estamos obligados al encuentro, dialogo y resolución que garantice la paz del heroico pueblo de Venezuela ante la propuesta injerencista, agresiva y amenazante del gobierno imperial de los Estados Unidos de América. Es en ese campo donde tenemos que plantear la lucha, entre la paz y la guerra, pues políticamente Barack Obama no tienen la razón. Tenemos que trabajar arduamente para evitar una ofensiva y agresión bélica del imperio estadounidense contra Venezuela. Es la hora de la política y la diplomacia para aislarlos nacional, regional e internacionalmente y evitar un ataque por parte de la fuerza militar de USA o de ejércitos de mercenarios terroristas manejados y contratados por Obama. Es momento supremo de la unidad nacional y prepararnos para cualquier contingencia.
Es hora de definiciones. Están decididos a apoderarse de nuestro petróleo. No somos un pueblo de cobardes. Somos hijos de libertadores. La patria venezolano y su gobierno actúan en ese heroico y patriótico esfuerzo para garantizar la paz, la independencia y soberanía. Venceremos.