Madrugada en un amanecer cotidiano en Venezuela, repentinamente un estruendo sorprende como terremoto y tsunami a la ciudad. Las bombas inteligentemente brutas se dejan caer por el este y oeste de Caracas, los marines arriban a La Guaira, Puerto Cabello, Maracaibo, La Vela de Coro y Margarita. Las balas ciegas se apoderan de los cuerpos de hombres, mujeres y niños mientras el rojo se deja correr como río improvisado por las calles. Los drones sobrevuelan Maracay y Valencia. En Oriente, Guayana, Los Andes, Los Llanos y resto del país arrojan armas químicas. La media luna fronteriza se activa con los paramilitares leales al invasor. Los estadios que sirvieron como escenarios deportivos en libertad quedan listos para organizar los fusilamientos en masas. Hollywood prepara su película en vivo con el noticiero CNN accionando el guion que mostrarán al mundo. El soñado S.O.S. del "pitiyanquismo" se hace "reality show" pisando suelo venezolano. ¡Cámara, acción!
La herencia "hollywoodense" a lo Ronald Reagan retoma su papel invasor como la Grenada del año 1983 pero, con el actualizado armamento militar usado en el presente contra el Medio Oriente y medio mundo que no se deja torcer el brazo. ¡Vienen los gringos a salvar los derechos humanos!, es así como el genocidio se justifica en la extra-territorial causa pacífica que montan como negocio de la guerra moderna presentada en esa paradoja extraña de un Obama cual digno guerrerista y premio nobel de la paz. Se matan varios pájaros de un tiro, vienen a defender su alienación de película en tiempo real, se apoderan de los recursos energéticos y destruyen los sueños de millones en soberanía para promover la destrucción en anarquía. El sueño americano ha llegado a suelo venezolano, les dan visa mundial del silencio.
En el híbrido de un libreto se asoma el cuento de vaqueros para liberar un vampiro criollo que ellos cual "Dráculas" plantearon de Presidente. Los Chukys-fascistas quedan liberados para la aparición del terrorismo bueno (el que aprueban los gringos), son necesarias las escenas de talas de árboles, incendios, destrucciones, degollamientos y cuanta locura improvisada nazca de los "Ergos" y muñecos diabólicos liberados. Un Frankeistein enjaulado como rey, retoma su papel de monstruo, la Linda Blair venezolana ensaya su libreto y una iglesia le arenga para exorcizarla, allí arman su conjura. La jaula de las locas se suelta y el personaje principal de misógeno se viste con la bandera y gorra tricolor venezolana. Comienzan a proponer los títulos de la próxima película a ser premiada con el Oscar, se debaten entre: "El SOS Venezuela", "El brazo torcido" y "Venezuela: amenaza extrema e inusual". "La Loca Ámbar" ha quedado seleccionada para interpretar el malévolo tema musical con armonía de terror.
Como en EE.UU. no todos son tan buenos ni tan malos, pues entre racismo y xenofobia o entre pueblo y Pentágono hay dos planteamientos distintos, por eso, aparece un Oliver Stone como director de cine indignado y prepara el documental venezolano verdadero. Danny Glover y Sean Penn le piden participar porque conocen nuestra realidad. En el fondo de Washington con su 04 de julio se superpone la imagen de Bolívar un 05 de julio. La película ha finalizado, las armas siguen su arremetida y los pueblos resistiendo. Ha vuelto Ali Primera con su fusil de canto y con Chávez alzan voz de ¡Gloria al Bravo Pueblo!