Cuando apuntas con el dedo, recuerda que tres dedos te señalan a ti.
Proverbio inglés
Finalizada la última cena el jueves santo tras su llegada a Jerusalén, Jesús y sus apóstoles celebraban la Pascua. Entonces, Jesús bendijo el pan, lo partió y se los dio, diciendo: “Tomen este pan y cómanlo, porque es mi cuerpo". Luego bendijo el vino y, extendiéndoles la copa a sus discípulos, les dijo:"beban de este vino, porque es mi sangre". Jesús miró entonces a sus discípulos, afligido, y les dijo: "uno de ustedes va a traicionarme". Ante el pálpito de la traición de uno de sus discípulos se dirigió al huerto de Getsemaní a orar, tal como lo hacía frecuentemente, a expresar su agonía en oraciones, antes de ser arrestado por los guardias dirigidos por Judas Iscariote.
Al rememorar la pasión de Cristo en nuestros días, nos damos cuenta de la astucia y capacidad de quien ostente el poder con el sólo hecho de perseguir un objetivo bien sea material, o de influenciocracia que permita satisfacer las bajas aspiraciones personalistas de un ser humano.
De la misma manera como el apóstol traicionó al Mesías, hoy quienes en el mundo tuvimos la esperanza en aquel hombre de color, quien se convirtió en la expectativa de muchos de sus coterráneos y de tantos otros que arribaron a los Estados Unidos en busca del sueño americano nos sentimos traicionados.
Digo “Judas Vive” porque traicionó no sólo a sus compatriotas al no satisfacer sus necesidades, sino a un inmenso número de personas que aspiraban en aquel Barack, defensor de los derechos humanos de quienes históricamente vieron vulnerados sus derechos por el sólo hecho de tener la piel oscura.
A diferencia de Judas Iscariote, quien sí tuvo la capacidad de tomar sus propias decisiones, al menos hasta que Satanás entró en él, el Judas de hoy no tiene voz, criterio, autoridad ni poder de decisión, porque sencillamente es una simple pieza de mostrador, ante las grandes corporaciones que gobiernan desde el telón de fondo.
Con pesar asumimos el triste desafío que nos impone el imperio más poderoso del mundo, en esta oportunidad bajo el gobierno de Barack Hussein Obama, proveniente de Honolulu, Hawái, quien representaba la esperanza del cambio y trato de iguales en América latina, a raíz de los consecuentes ataques e invasiones militares en el continente, producto de la dominación característica de quienes aspiran ser juez y policía del mundo entero.
El 10 y 11 de abril, el escenario de la Cumbre de las Américas en Panamá será decisivo para que el nuevo “Judas”, se ahorque lanzándose al precipicio y derogue el abusivo e injerencista decreto a una patria que no sólo ha decidido ser libre, sino que está plenamente convencida que, es una “amenaza inusual y extraordinaria” por brindarle a países hermanos el amor, la hermandad, la espiritualidad, el entendimiento, la cooperación y la lucha contra la pobreza, con nuestra flameante bandera de la Paz.