Para entender la guerra que libra la clase política de los Estados Unidos, contra nuestro país, es necesario investigar en la complejidad de la sociedad contemporánea, y visualizar la agenda internacional, y el papel del imperialismo en el mundo de hoy.
El complejo industrial militar de los Estados Unidos, ha planificado desde principio del siglo XX y hasta el XXI, cuatro grandes conflictos militares: La guerra con Rusia, Irán y China, por el control de los recursos del mar Caspio, La conflagración en el medio Oriente para apoderarse del petróleo, la guerra con los países del Amazonia por los reservorios de biodiversidad, y la guerra por la apropiación del negocio de las drogas en el mundo.
El proceso de paz en Colombia, obligó al imperialismo a redefinir su papel estratégico en América Latina, tomando en consideración que la excusa del plan Colombia ya no es suficiente para mantener la presencia en la región. Perú unos de los principales países de la Amazonia ha ido llenándose de bases militares estadounidenses desde el 2010. En este marco es que se profundizan las agresiones contra Venezuela, que tiene una parte de la amazonia, y cuenta con las reservas petroleras más grandes del mundo.
La insostenibilidad del poderío norteamericano debido a la profunda crisis económica, la incapacidad de su clase dominante para construir una sociedad de paz, y su mutación de estado nación en una nueva forma de extensión extraterritorial, obligan al poderío Yankee a buscar aliados que puedan ayudarlo a legitimar los intentos de construcción de un nuevo orden imperial.
Más allá de la legalidad que aportan organizaciones como la ONU, las coaliciones internacionales , y las resoluciones y decretos con los cuales se tratan de justificar las atrocidades a otros países, las formalidades son necesarias debido a la importancia de lo que se conoce en EEUU como opinión pública, fortalecida en los últimos años por la aparición de movimientos sociales democráticos que impulsan los cambios históricos que ha venido sufriendo la sociedad estadounidense, desde su formación como estado nación.
Jurídicamente Estados Unidos se formó sobre la base de tres poderes fundamentales, el monárquico, el aristocrático y el democrático, y sobre la idea y necesidad de controlar y vigilar al conjunto de la sociedad como vía para entender la representación de la soberanía, por eso filosóficamente está obligado a atacar a la revolución bolivariana y su proyecto constituyente que invoca la soberanía popular, eso explica la rapidez con la que se planifico el golpe de estado en Honduras cuando Zelaya, anunció la posibilidad de una consulta constituyente. El imperio trata de anticiparse a la convocatoria de una Asamblea que invoque la soberanía Popular, promovida desde abajo por movimientos como Ocupa Wall Stret, o el de hispanos como el del primero de mayo de 2006 con el lema: ¡Hoy nos manifestamos, mañana votamos!.
Estados Unidos tiene entonces motivos estratégicos, filosóficos, y pragmáticos que lo obligan a tratar de torcer el brazo a nuestra patria. Solo que las múltiples guerras en distintos frentes, la derrota en Siria, - su segunda militar en el siglo XXI-, su particular situación interna donde la deuda externa ya supera el PIB, la imposibilidad de liderar una troika internacional con España y Francia, lo obligan a repensar los métodos para mantener su dominio.
Debe inventar y perfeccionar nuevas formas de agresiones que puedan ser legitimadas ante la opinión internacional, los mecanismos injerencistas están dirigidos a acabar o desarticular los estado-nación a través de las llamadas guerra de cuarta generación.
En el caso de Venezuela se afinaron las aplicaciones utilizadas contra el Gobierno de izquierda de Salvador Allende, utilizando la descomposición sectorial de la economía, en este caso el sector alimentos. Cada producto que escasea tiene una explicación. ¿Por qué nunca han desaparecido los cepillos dentales?
Las maniobras psicológicas de la guerra económica están dirigidas a dos sectores específicos de la población, considerados los más vulnerables: el de la juventud y el de las mujeres. En el caso específico del grupo femenino la experiencia Chilena demuestra que en su mayoría votaban contra Allende, además tuvo mucho impacto la creación de grupos de mujeres que marchaban por las calles de Santiago con las ollas vacías. En el caso de la juventud se busca tratar de recrear las llamadas revoluciones de colores.
El plan imperial contra Venezuela es viable sólo si EEUU logra armar una troika junto a Francia y España, encargada de montar todo el entramado del caso D´Andorra, no es casual que Leamsy Salazar, antes de llegar a Estados Unidos hiciera escala en Madrid, tampoco es producto del azar la presencia de Felipe González en el país, ni la elaboración del potingue televisivo en Tierra Hostil.
España se ha convertido en el portavoz de los gringos hacía Europa, para justificar un cambio de gobierno en Venezuela, utilizando la excusa del quiebre institucional como consecuencia de la corrupción. Todas las investigaciones financieras que desarrolla el imperio tienen la intención de crear un ambiente que permita vincular y responsabilizar al presidente Nicolás Maduro, en actividades ilegales y forzar su salida con la ayuda de sectores internos interesados en una transición.
La corriente guerrerista imperial ha entendido que con una oposición fragmentada, y sin posibilidades electorales reales, es casi imposible manejar el gobierno, por eso en su nueva táctica entran las negociaciones ocultas para hacerse del poder por vías menos conflictivas, sin descartar por ahora la arremetida final.