USA, cirujía planetaria e intervención latina

La alianza entre la oligarquía latina y Washington se afianza en un conjunto de detalles geopolíticos, con el fin de luchar contra tres vertientes comunes: la integración bolivariana del Sur, subversión comunista y los sectores populares que siguen afanados al Legado del Comandante Hugo Chávez Frías. Estas oligarquías se disputan un espacio político y vienen planteando a su vez, una intervención en Venezuela, promoviendo un conjunto de reivindicaciones de carácter social y económico.

El ex presidente norteamericano. Jimmy- Bill- Jefferson Clinton, siguiendo el Legado del ex canciller Henry Kissinger formó más de 58000 militares latinoamericanos en la famosa Escuela de Las Américas y, el Pentágono viene organizando reuniones con sus antiguos alumnos para fomentar situaciones de emergencia y actos facinerosos que, ya en el hemisferio es ejecutado por grupos anárquicos.

Un grupo élite de especialistas nazis, se instalaron en EEUU, luego de la última guerra mundial y se dedicaron a la formación de escuadrones de exterminio para controlar de manera interna la defensa continental de sus aliados, siendo el Medio Oriente la zona más afectada y que trascendió con las muertes de Saddam Hussein y Gadafi. En este tiempo, Washington, está propagando la idea de crear organizaciones políticas e instituciones de carácter permanente y transitorio, donde el gobierno sería infiltrado para organizar una sola fuerza entre parlamento, oposición y gobierno. Estos ciudadanos, elegidos por voto electoral y las personas captadas del contexto social, tienen la responsabilidad de garantizar la reproducción del modelo de dominación imperial, todos sabemos que el gobierno bolivariano de Venezuela se encuentra infiltrado en el ejército, poder judicial y los bancos centrales, todos acérrimos defensores del modelo neoliberal en vigor.

El fantasma del comunismo, una obsesión de Washington, se transformó en realidad, cuando el médico chileno y socialista, Salvador Allende, apoyado por una coalición de partidos de izquierda- La Unidad Popular- vence en la elección presidencial de septiembre en 1970. La intervención estadounidense en Chile es ampliamente conocida, gracias a los documentos secretos de la ITT, al informe Covert Actión, presentado al senado yanqui por la Comisión Church,( 1975) y diversos documentos recientemente desclasificados.

La injerencia data de mucho tiempo atrás. En 1965, la CIA implementó una operación de gran escala destinada a detectar cualquier potencialidad revolucionaria, se trataba de la Operación Camelot. En ese tiempo, las clases sociales chilenas condenaron estas acciones de espionaje, obligando a EEUU que bajara su perfil de manera prudente.

El presidente Jimmy Carter y Clinton, ocupan papeles estratégicos para la intromisión de Washington en los asuntos internos en Suramérica, teniendo a un gran aliado para penetrar las zonas urbanas y populares: La propagación de sectas pentecostales y baptistas, donación de terrenos por parte del mismo gobierno sureño y alcaldías para la construcción de Iglesias, cuyas estructuras y conformación jurídica tendrían dos registros, una regional y otra en Gran Bretaña, núcleo de la conformación del Gran Imperio Norteamericano y en territorios libres de intervención por gobiernos latinos.

Existe una agenda geopolítica muy clara, que, se inició en República Dominicana y el presidente Barak Obama en su momento se disculpó, precisamente, después de cincuenta (50) años de intervención en el conjunto de islas conformada por República Dominicana, Haití y Cuba. De allí surgió un temario y un conjunto de misivas, donde se afirmaba la confraternidad de los pueblos en un mundo diferente y de esperanza, obviando el pasado.

Hay que tener sensibilidad política e histórica para entender el perfil de nuestro Continente. Alabo a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, porque, en su condición de presidenta de la Argentina, dio un paso adelante y defendió claramente a Argenta frente a los norteamericanos, como lo hizo Hugo Chávez Frías, luego Lula Da Silva, los tres inoculados de cáncer posteriormente y donde Evo Morales advirtió que no se comiera alimentos transgénicos de Monsanto y no se cayera en el consumismo.

Los militares chilenos y argentinos entregaron sus respectivos países a Washington, obviando sus riquezas minerales y la calidad de sus aguas, como es la sal para China.

La intervención norteamericana data en Latinoamérica desde 1965, bajo diversas fases y etapas de guerra subterránea urbana y en la economía su ataque es por ciclos, acorde con la ondulación y frecuencia del dólar y euro en el universo financiero planetario.

En todo caso, desde 1995, en abierta violación del reciente tratado Torrijos-Carter, EEUU trató de obtener del gobierno panameño su acuerdo para que algunas de sus bases militares -- Howard, Sherman, Rodman y una en la isla de Galeta -- permanecieran indefinidamente en la zona del canal.

El pretexto esgrimido por Washington fue que se crearía un Centro Multilateral Antidrogas (CMA) . Un centro supuestamente civil compuesto por 2000 militares... Los panameños fieles a la memoria del general Torrijos, se negaron a aceptar, al igual que los países contactados para formar parte del CMA, como México, Brasil y Colombia. Las negociaciones entabladas con la máxima discreción, fueron interrumpidas en septiembre de 1998.

En mayo de 1999, Mireya Moscoso una fiel aliada de EEUU, fue elegida como presidente de la república. Curiosamente, el general Charles Wilheilm del Southern Command, expresó públicamente al mismo momento sus dudas acerca de la capacidad de Panamá para mantener la seguridad del canal. Meses después, el mismo general explicaba ante la comisión de relaciones exteriores del Senado norteamericano, que el ejército panameño no estaba en condiciones de enfrentar una eventual incursión de guerrilleros colombianos. Pero fueron los propios EEUU los que disolvieron y desarmaron al ejército panameño durante la invasión de 1989.

Al Tratado Torrijos-Carter se le agregó un "Tratado de Neutralidad", según el cual, los EEUU quedan autorizados para intervenir unilateralmente desde el año 2000 si estimaran que la neutralidad del canal estuviera en peligro.

Contrariamente a una idea muy expandida, la intervención norteamericana en los años noventa en Haití, no data de septiembre de 1994 ("operación humanitaria") sino de septiembre 1991, cuando el presidente Aristide fue derrocado por un golpe organizado por militares haitianos quienes contaron con la colaboración de la CIA y de la embajada norteamericana.

En 1971, Jean Claude Duvalier -- Baby Doc -- sucedió a su padre -- François Duvalier, papa Doc -- quien controlaba el poder desde 1957. Baby Doc fue derrocado en 1986, instalándose en Francia, una vez que el gobierno del primer ministro Laurent Fabius le acordó una autorización de residencia, encontrando luego un cómodo y agradable refugio en la Costa Azul donde vivió en un retiro dorado.

El general Raúl Cedras, jefe de la Junta que derrocó al padre Aristide en septiembre de 1991, había perpetrado el 172* golpe de estado desde que Haití accediera a la independencia en 1804, hace casi dos siglos.

El 19 de julio de 1979 las tropas del F.S.L.N. entraban en Managua liberada. Dos días antes, Anastasio Somoza Debayle, heredero de una dinastía fundada por su padre en 1936, se había fugado.

El gobierno sandinista se encontró ante la enorme tarea de tener que reconstruir un país devastado. Aplicó la reforma agraria, distribuyó la tierra, desarrolló una gran campaña de alfabetización, combatiendo desde el primer día contra los ex guardias somocistas que se concentraban en la frontera hondureña.

Reagan, quien durante la carrera a la presidencia había denunciado a los sandinistas como agentes de Moscú, desató una gigantesca campaña internacional acusando al gobierno de Managua de querer apoderarse de toda América Central.

La invasión silenciosa de Nicaragua comenzó a inicios de los años ochenta. Reagan prohibió los créditos, alentó a los partidos de oposición a la vez que los financiaba, mientras armaba a los "contras" en Honduras.

En la campaña de prensa desatada, la administración Reagan ponía énfasis en el "sobre armamento" sandinista, que desestabilizaba decía Reagan, a los gobiernos "libres" de la región.

El "Irangate" demostró la intervención yanqui en Nicaragua como proveedor de fondos y de armas de los "contras", quienes utilizaban el territorio de Honduras como base principal de operaciones.

Nicaragua se desangró con la guerra decidida por Reagan, guerra llevada a cabo por "contras" interpuestos. Y el gobierno de EEUU fue condenado por la Corte Internacional de Justicia por su participación en actos terroristas tales como el minaje del puerto nicaragüense de Corinto, pero los ardientes defensores de la libertad en todas partes del mundo, es decir la mayoría de la prensa "libre" de los países occidentales no se sintió concernida.

En esta "cintura de América" como la llamó Pablo Neruda, se jugó en los años ochenta la dignidad de América Latina. Carlos Fuentes, el famoso escritor mexicano lo decía a su manera en una manifestación de apoyo a Nicaragua en México: "La guerra del tiempo, la guerra que nos concierne a todos, es llevada a cabo en estos momentos por los nicaragüenses en nombre de todos. La guerra contra Nicaragua se viste de pretextos ideológicos. Los que quieren restaurar o crear la democracia son aquellos que durante un siglo y medio no se han preocupado nada más que de sus privilegios. Se exige de Nicaragua que sea lo que ninguna nación de América Latina puede ser: una democracia como Estados Unidos, cosa que jamás se le pidió a Somoza y que no se le pedirá a los contras en el poder".

La guerra de "baja intensidad", los atentados, la violencia generalizada, la muerte de jóvenes reclutas asesinados en emboscadas tendidas por los contras, terminaron por cansar a una parte de la población. En 1990, el gobierno sandinista -- descrito como un régimen totalitario -- perdió las elecciones. La candidata de la oposición unida Violeta Chamorro, obtuvo la victoria en un país devastado por años de guerra.

Ahora, la historia intervencionista a Venezuela se escribe, la llegada del Colombia abrirá un nuevo expediente que busca la contextualidad de una guerra silenciosa que se inició en parte, cuando el presidente Chávez se negó a regalarle a los medios de comunicación o mejor dicho a sus dueños, un lote de terrenos en Margarita para la construcción de hoteles, es una lucha de carteles por la energía, minas y el poder bancario.

 



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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