El petróleo es la fuente de energía del mundo, como en su tiempo lo fue el carbón. Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial fue el país con mayores reservas petroleras, líder mundial por su capacidad de producción, pero su desarrollo tecnológico y los grandes niveles de consumo de energía convirtieron a este país de ser exportador a importador de hidrocarburos. Hoy día las grandes reservas de petróleo se encuentran en Irak, Arabia Saudita, Irán y Venezuela. Las reservas de gas también se agotan y las empresas transnacionales pierden el valor de sus acciones por no contar con reservas de hidrocarburos. Los precios del crudo no bajarán de aquí en adelante, y la gran incógnita es ¿cuándo comenzará el declive?, si es que ya no ha comenzado. La OPEP no podrá controlar los precios, pues la demanda en el mundo será mayor y dentro de poco tiempo será demasiado costoso extraer los hidrocarburos, por lo que una fuente alternativa de energía es urgente.
Estados Unidos no puede incrementar el 50% de su consumo de petróleo sin meterse política y militarmente en los países de los cuales depende su consumo petrolero. Donde exista el petróleo que ellos necesitan, ellos intervendrán por las buenas o por las malas. Y esos países no son otros que México, Venezuela, Colombia, Ecuador y Argentina, hablando solamente de Latinoamérica. Estos países le exportan a Estados Unidos tanto petróleo como Arabia Saudita y Canadá, traducidos a casi tres millones de barriles diarios que salen de América Latina.
Estados Unidos consume la mitad de la gasolina del mundo, 50 litros de gasolina de cada 100, y en el futuro necesitará para sus requerimientos de electricidad, construir entre este año y el 2020, un aproximado de 1300 a 1900 plantas de electricidad, una por semana, todo para consumo interno, con la particularidad de que si pretende elevar el ritmo de desarrollo necesitarán más.
El petróleo no es solamente gases para cocinar, materia prima para plantas de electricidad, combustible, carburantes, aceites o asfalto para las calles, sino fundamentalmente la única fuente de energía conocida en el mundo que permite con un tanque de gasolina de cien litros mover una gandola de cientos de toneladas. No existe otra fuente de energía con esa propiedad más que los combustibles del petróleo.
Para que Estados Unidos pueda intervenir en Venezuela, debe controlar Colombia y garantizar la inversión militar en el vecino país y una excusa mediática para generar un conflicto entre ambas naciones, o un conflicto mediático como el “Narcoterrorismo”, una creación mediática como lo fue el “coco del comunismo” durante la llamada guerra fría. El Plan Colombia agotó su fase social, y hoy solo queda inversión en el aparato militar, con algunos escándalos de corrupción. En las próximas elecciones de Colombia se subestima las opciones de izquierda, y es normal en una nación donde han asesinado tantos candidatos presidenciales de izquierda (Galán, Pizarro, y una lista interminable de la Unión Patriótica, entre otros)
Para preparar el clima conflictivo se necesita la coordinación de una industria mediática comprometida con los intereses de Estados Unidos, sin embargo, la comunicación alternativa, la inversión en alternativas comunicacionales como Vive TV, Telesur, VTV, han limitado los ataques mediáticos. Programas como la Hojilla han reducido el impacto de laboratorios como la Entrevista o Aló Ciudadano y toda la programación de Globovisión. Es una guerra de ideas dónde el esfuerzo es estimular el razonamiento y no el consumo de propaganda disfrazada de información. Esa lucha mediática se extiende al cine, la literatura, y se presenta en otras naciones, España, Colombia, Miami, Europa, etc. Las guerras del futuro se están dando, son privadas, mediáticas, sangrientas y de consolidarse la ignorancia y la alienación, nadie se dará cuenta sus víctimas.
davidjavier18@hotmail.com
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