Anoche aquí en este pueblito fronterizo con Colombia, de repente escuché gritos viniendo desde varias casas del sector, incluso desde la casa de mi amigo, un vecino cercano.
Me pregunté qué estará pasando, primero pensé que tal vez era un partido de futbol en la televisión, pero el tono de los gritos era diferente. Entonces, decidí ir a ver a mi amigo en su casa, donde estaba viendo las noticias en la televisión con otro vecino, y me invitaron a sentarme para verlas juntos.
Bueno, esos es cuando me enteré de la razón por los gritos.
Mi amigo y el otro vecino estaban furiosos contra Maduro porque en las noticias estaban diciendo que en la reunión entre Maduro y Santos se había hablado de reabrir la frontera.
¿Cómo es eso?
¿Reabrir la frontera?
¡No puede ser!
“No, no, no, Maduro está loco, eso no puede ser. Si abren la frontera esto va a ser un desastre, y Maduro perderá todo el apoyo que ha tenido de parte nuestra. No, no, no. Y él no vive aquí, y no sabe cómo es el asunto aquí en la frontera.”
“Y qué pasará con todos nuestros Guardias y los soldados que han estado trabajando tan duro para mantener la frontera cerrada, y con muchísimo peligro, frente a los paramilitares colombianos? Coño. No puede ser.”
“¿Para qué se han estado sacrificando tanto entonces?”
“¿Para que después Maduro se burle de ellos?”
“¿Por no tener las bolas para mandar a Santos al diablo frente a todos, allí mismo en esa reunión? No puede ser, Maduro no tiene bolas.”
Eso es lo que escuchaba decirse aquí en la frontera anoche.
Aquí en la frontera la gente ya no se va a calar más la falta de comida y medicina, y menos todavía esas malditas colas de 4 y 6 horas para llenar un tanque de gasolina para poder ir a trabajar, mientras que el gobierno permite a contrabandistas colombianos que nos roben --- hace más de 2 años que vivimos esta terrible situación --- y, como algunos decían anoche, si abren la frontera, y si esas colas regresan, la gente de aquí empezará a matar a los contrabandistas que se encuentren en la cola o explotaran las gasolineras.
Es así de sencillo.
En otras palabras, si Maduro decide abrir la frontera antes de que se resuelvan las cosas de manera seria y permanente, esta frontera será un escenario de guerra civil, y el comienzo de una guerra armada entre los dos países.
(Y no crean que la caída del Sukhoi fue un accidente.)
Aquí en la frontera la gente ya no aguantará más habladeras de paz, bla, bla, bla.
Es más, para alguna gente aquí en la frontera, y tal vez muchas, Maduro demostró anoche en esa reunión que no tiene bolas, se dejó aplastar por Santos.
Eso es lo que vi aquí en la frontera anoche.