El humanismo martiano es el gran heredero de todas las tradiciones del pensamiento latinoamericano y más progresista que se nutre de múltiples elementos, donde el cristianismo es un factor fundamental, no como dogma, sino como una práctica de la experiencia diaria. Por esto, el género humano es fundamental para descubrir científicamente la naturaleza humana y es condición social para entender la conducción de los procesos sociales hacia la igualdad y equidad en el poder.
Por esto, el individualismo debe ser apartado de cualquier pensamiento marxista, ya que es precursor del pragmatismo liberalista que derrumba la planificación en cualquier Estado latinoamericano.
La historia argentina es una convergencia de ideas democráticas- liberales y doctrinas socialistas, pero el gobierno de Videla como militar jugó a una encerrona donde los desaparecidos originaron una destabilización moral en el pueblo y donde los objetivos políticos rompieron con las teorías del pensamiento y solamente la muerte era el camino seguro para cualquier hijo de Argentina.
Los militares y derechistas, agotaron los procesos de identificación del pueblo latino con su antropología y destruyeron la patria grande que soñaron nuestros Libertadores.
Obama Barack, está confirmando esa regla de limitación en el ejercicio democrático de los pueblos. La democracia burguesa y los socialistas adinerados tratan de perfeccionar con las teorías francesas un conjunto de acuerdos neoliberalitas para dar origen un nuevo individualismo y pragmatismo, muy alejado del Legado chavista, porque el Comandante en su locura de lograr la integración sureña, se cuidó de no negociar el arco minero y solo facilitó negociar el petróleo de la faja del Orinoco, buscando que muchos ciudadanos de las zonas urbanas y pobladores del área campesina tuviesen su vivienda propia y servicios públicos apropiados.
Las bases filosóficas francesas. Solo han servido para darle un contrasentido a los programas sociales de Chávez Frías y enriquecer a individualistas godos de la revolución bolivariana y a un mínimo grupo de militares que desconocen el pensamiento de Bolívar y Martí como una realidad humanista subyacente al socialismo que determina por los momentos un socialismo democrático en toda la región latina y que el presidente norteamericano, Obama, desea aniquilar, buscando una dictadura hacia el proletariado y del papel que debe ejecutar los partidos políticos para someter mediante campañas mediáticas al pueblo, bajo una concepción de dictadura moderada, léase colas, inflación escasez, desaparición del bolívar fuerte y monopolio y hegemonía de los poderes.
Latinoamérica, según Martí, debe ir a un socialismo humanista, porque es una estructura joven y no puede disimularse, sus funciones son muy específicas. Constituye una necesidad histórica y nos aparta del idealismo personalista.
Ante ésta realidad latina, del mundo de hoy, un gran espectro podemos vivir o morir, ya nuestra población ha envejecido como la Europa del Siglo XVIII, pero ya a Mar de Plata o al Paseo Orinoco no se puede ir por las voces que se escucha de los pueblerinos, solo es el silencio de los pueblos, ya los paramilitares y Estado Delictivo gobiernan una extensa territoriedad por incapacidad de militares y civiles que coadyuvan con gente fuera de ley, olvidando que a futuro, esa espada hundida en el alma de cada venezolano y latino a futuro irá contra ellos mismos, cuando el gran águila se levante con fuerza para apoderarse de las riquezas del amazonas y Arco Minero venezolano cedido bajo acuerdos por el presidente Nicolás Maduro Moros, asunto que el Comandante Chávez se atrevió ejecutar a conciencia pública.
Imaginemos el futuro, Venezuela y Argentina son claves en ésta nueva dirección política norteamericana, un grupo de argentos no supieron votar, se dejaron llevar por los programas mediáticos, obviando que le abrieron el camino a la miseria y a un tiempo más exigente. Nuestro país se abate en criterios y teorías, mientras la inflación y las colas nos ahogan
Solamente el país, nos exige una toma de decisión razonable ante una verdad tangible.