Desde el triunfo de la Revolución Cubana el primero de enero de 1959, 11 presidentes norteamericanos han pasado de largo por la Casa Blanca. Absolutamente todos han descargado su odio contra Cuba y reproducido una anacrónica e inútil política de discriminación y acoso en contra de esta pequeña isla, justificada inicialmente en su obcecada lucha contra el comunismo durante la Guerra Fría. Cayó el Muro de Berlín y la Unión Soviética, pero Estados Unidos siguió destinando ingentes recursos materiales, humanos y financieros (al margen de la legalidad en el marco de las normas internacionales) buscando imponer por la fuerza los “modos” occidentales de democracia que desde el Pentágono sueñan para Cuba.
Nada de eso les ha funcionado. Ninguna de las acciones ejecutadas durante décadas por el Imperio más poderoso, inescrupuloso y sanguinario del planeta ha podido torcer y doblegar la moral y dignidad del pueblo y la dirigencia política de Cuba. Esta isla es ejemplo de dignidad y valentía. Su arrojo les ha permitido avanzar con total independencia y soberanía durante más de 57 años.
Esta islita de 110.860 km², frente a las mismísimas costas del imperio, se las ha batido duro y ha tenido que enfrentar embates, imposibles de superar para la mayoría de los países del mundo. Cuba ha resistido estoicamente y con gallardía:
Ataques armados directos: Durante años Estados Unidos ensayó a su antojo distintas modalidades de ataques armados y atentados terroristas. Utilizaron de todo, desde bombardeos y ataques aéreos, hasta el uso de explosivos contra puntos estratégicos, como puertos, aeropuertos e instalaciones productivas (“Operación Mangosta”). Estados Unidos también organizó y financió la desastrosa Invasión a Playa Girón, donde 1.500 mercenarios fuertemente armados contando con apoyo de barcos, aviones bombarderos y artillería, fueron derrotados en tan solo tres días por las fuerzas revolucionarias. Los norteamericanos humillados se vieron obligados a canjear a sus “temblorosos” prisioneros por medicinas y alimentos; en jerga cubana cambiaron “mercenarios por compotas”.
En medio de la Guerra Fría Cuba se vio envuelta en la Crisis de los Misiles, que puso al mundo al borde de una guerra nuclear. Finalmente Kennedy y Jrushchov acordaron retirar sus misiles de Cuba y Turquía, con el compromiso de que Estados Unidos no volvería a intentar invadir Cuba.Bloqueo Diplomático: Durante años Estados Unidos logró imponer el aislamiento de Cuba de los organismos regionales. A tal efecto logró su expulsión de la Organización de Estados Americanos (hasta el año 2009 en que fue revertida la medida).
Bloqueo Económico: Los efectos del bloqueo económico impuesto por los Estados Unidos contra Cuba se han catalogado como violatorios de los Derechos Humanos del pueblo cubano. Desde 1962 Estados Unidos ha emitido de manera unilateral órdenes ejecutivas y leyes que han legitimado el bloqueo y embargo contra la isla, convirtiéndose en medidas judiciales que afectan e impiden el comercio de bienes y servicios, establecen restricciones a las transacciones financieras (en el flujo e intercambio de divisas), y prohíbe a ciudadanos y empresas norteamericanas comercializar con Cuba. Estas medidas han fracasado ininterrumpidamente durante más de 50 años, a pesar de que su objetivo era doblegar por hambre al pueblo cubano (el bloqueo recuerda clarito a la aplicación de la Guerra Económica en Venezuela, un método de coacción política que la derecha criolla utiliza para generar malestar en la población). Por este inhumano y anacrónico bloqueo, Estados Unidos ha sido condenado 23 veces en la Organización de Naciones Unidas; en la última votación del año 2015, 191 países votaron contra el embargo a Cuba, solo Estados Unidos e Israel votaron en favor de estas paleolíticas formas de coacción. Mientras el mundo entero respalda a Cuba, los dinosaurios y fanáticos extremistas siguen de espaldas a la realidad.
Finalmente destaca el caso de la vergonzosa base militar de Guantánamo (otra de las promesas incumplidas de Obama). Desde 1903 Guantánamo ha sido un enclave militar “alquilado” por Estados Unidos en contra de la voluntad del gobierno cubano. En el año 2001 saltó a la palestra mundial, por el tenebroso hecho histórico de ser convertida por el nefasto presidente Bush, en el más importante Centro de Detención y Campo de Concentración para enemigos extranjeros de Estados Unidos. Bajo la excusa de la lucha contra el terrorismo, Bush inventó una nueva doctrina (violatoria de todas las normas internacionales, principalmente la Convención de Ginebra) para justificar la detención arbitraria de supuestos “prisioneros de guerra” provenientes principalmente del Medio Oriente. Bush impuso una novísima impudicia imperial denominada “custodia indefinida sin cargos”, negándose a enjuiciar a los prisioneros bajo las leyes norteamericanas esgrimiendo “carencia de jurisdicción”, pero convirtiendo la detención en un secuestro indefinido.
Frente a todos estos ataques Cuba no se ha doblegado ni un ápice. Ha salido más fuerte de cada batalla y de cada adversidad. El gobierno Cubano, con Fidel y Raúl a la cabeza, se concentraron en aplicar todas las estrategias necesarias para garantizar el bienestar de su pueblo. A pesar del bloqueo y del acoso imperial, Cuba ha alcanzado niveles elevados en el Índice de Desarrollo Humano (puesto 67° del mundo y 3° de Latinoamérica). Esto se ha logrado por sus destacados logros en atención primaria de salud (“un médico por cada 133 habitantes”), por garantizar el acceso al agua potable y contar con redes de aguas servidas, tener una tasa de alfabetización del 98,99%, contar con más de 12.000 escuelas y garantizando la gratuidad de la educación en todos los niveles. En 2015 la UNESCO reconoció a la Revolución Cubana por su esmero en la “formación de maestros” y haber “alcanzado numerosos progresos en el nivel preescolar, primario y secundario”.
Cuba ha hecho suya la solidaridad mundial y el internacionalismo. Por eso sus médicos, enfermeras, técnicos y profesionales salen de la isla a brindar atención médica o servicios especializados (como en deportes o agricultura) por todos los rincones del planeta. Su desarrollo tecnológico le ha permitido estar a la vanguardia en el desarrollo de vacunas y medicamentos para enfermedades catastróficas. Y también destaca por su programa masivo de alfabetización Yo sí puedo, que ha llegado a miles de personas en varios países del continente. Cuba no tiene nada que envidiarle a ningún país del mundo.
La visita de Obama
La visita de Obama en este año 2016 (al final de su mandato) ha sido más simbólica que otra cosa. Obama ya en modo despedida, no tiene fuerza alguna para superar las logias y mafias ultraderechistas en el Congreso norteamericano. Todo su mandato se lo ha pasado en la propia sobrevivencia, tratando de sortear todos los bloqueos internos al presupuesto y a sus programas banderas como el Medicare. Difícil está entonces que él pueda lograr la concreción o rectificación en la anacrónica y vetusta política norteamericana en contra de Cuba.
Cuba le ha abierto sus manos solidarias, eso sí, dejando en claro sus reservas por el mantenimiento de bloqueo contra la isla. En tal sentido, el presidente Raúl Castro expresó que “El bloqueo es el obstáculo más importante para nuestro desarrollo económico y el bienestar del pueblo cubano, por eso su eliminación será esencial para normalizar las relaciones bilaterales”. Solicitó que se devuelva el territorio de Guantánamo y señaló tajantemente que Estados Unidos “no debería pretender que el pueblo cubano renuncie al destino que libre y soberanamente ha escogido y por el que ha hecho inmensos sacrificios”.
De todo lo expresado por Obama en su visita sorprendió una especie de ingenua confesión. Obama señaló que “Estados Unidos reconoce el progreso de Cuba como nación, sus grandes logros en educación, salud, y lo más importante: Cuba es un país soberano, tiene un gran orgullo de serlo y el futuro de Cuba va a ser decidido por los cubanos, por nadie más”. La soberbia imperial le impide a Obama ver la realidad: Estados Unidos tiene 57 años ininterrumpidos intentando vulnerar la soberanía de Cuba. Una pequeña isla, pero con un heroico pueblo que ha resistido las consecuencias del bloqueo. El Imperio Norteamericano nunca podrá doblegar la dignidad del pueblo cubano.