**** El Presidente Kichnner le puso fin a la borrachera originada por la falacia de Robert Mc Namara que equipara la seguridad con el desarrollo.
El Presidente argentino, Néstor Kichnner, le puso orden a la borrachera generada por la ecuación seguridad = desarrollo, diseñada por Robert Mc Namara. Una falacia destinada a facilitar la intervención militar (chantaje) en el gobierno de las sociedades, y a convertir conductas delictivas en agresiones contra el Estado. Fue así que la República de El Plata se vio sometida a cruentas dictaduras militares, cuyo ejercicio finalizó con la más vergonzosa derrota sufrida por formación castrense alguna durante la guerra de Las Malvinas en 1982. En efecto, tal formula igualaba un valor inmaterial incuantificable (la seguridad), objeto de preferencias individuales, con un producto material medible (el desarrollo). Un absurdo similar a equiparar la belleza con la resistencia de una edificación. Ese disparate permitió usar instrumentos de hecho (extraconstitucionales) para lograr el crecimiento económico, incluyendo la represión extrajudicial de conductas calificadas como antisociales, que afectaban el progreso, como el narcotráfico, el comercio humano, el terrorismo, etc.
Fue este el mecanismo que admitió colocar a la corporación militar como tutora del gobierno del Estado, y así, como poder real para el dominio de la nación y el país. Algo similar a lo que ocurre con el complejo industrial-militar usamericano. Se impulsa la dictadura para salvar la democracia. Lógicamente, en ese contexto, fue más significativo para el estamento militar su papel hegemónico en la sociedad, que prepararse para la defensa militar de sus intereses ante la agresión extranjera. Un rol que los colocó como guardia pretoriana de las clases lucrativas, asociadas con el capital transnacional, de hecho el poder real para imponer el dominio del mercado sobre la sociedad, para lo cual los militares fueron simples vicarios. Lo que explica la extrema incompetencia profesional de los mandos argentinos en la defensa de los intereses nacionales en Las Malvinas ante la agresión inglesa apoyada por Washington. La plataforma continental de este archipiélago tiene reservas probables de hidrocarburos similares a las venezolanas, sin considerar las provisiones proteínicas que le proporciona el “kril”
La decisión del Presidente Kichner, de limitar el papel de la fuerza armada a la defensa ante la agresión externa –la garantía de la paz- surge cuando se plantea una fuerte tensión entre el sector militar, deseoso de conservar su status, y el gobierno de la nación. Es una medida que excluye al sector castrense, que actúa de hecho, del control de la seguridad ciudadana – el orden público y la defensa de la vida y las propiedades de los argentinos- que es una función policial enmarcada en el derecho. Una determinación tomada a conciencia de que en el ajedrez político internacional, Argentina y el Sur brasileño, constituyen el objetivo estratégico del imperio tutorado por las transnacionales, dominantes en el mercado mundial, por ser el heartland sudamericano.
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