Quinto malo

¿Combatir al imperialismo comiendo cambures?

La guerra que el imperialismo yanqui ha desatado contra el pueblo de Venezuela, va cobrando dimensiones de exterminio. El desabastecimiento, alto costo en los alimentos, el bachaqueo y otra serie de medias colaterales, que incluyen el lavado de cerebro por la vía mediática y el exterminio directo, selectivo o bajo la simulación de "altos niveles de inseguridad", han permitido al enemigo copar terreno en las filas patrióticas y de la Revolución Bolivariana y Chavista.

Detalles que pudieron haber estado controlados en otros momentos, como es el de la diversificación de la dieta o del consumo alimenticio, también entran hoy en las previsiones de los estrategas del imperio, quienes se han propuesto acabar con la Patria de Bolívar y Chávez para luego "recomponerla" o "reconstruirla", cuando Venezuela, su petróleo, todas sus riquezas y hasta su gente, vuelvan a estar bajo el control absoluto de las transnacionales del capital y los designios del Departamento de Estado yanqui.

El pasado sábado 16 de julio fui a un supermercado para comprar seis cambures e igual número de mandarinas. El precio de los cambures rebasaba los mil bolívares por kilogramo, mientras que el de las mandarinas rondaba por más de los 500. Total, que debí pagar casi dos mil bolívares por dos tipos de frutas criollas, de fácile cultivo, de poca atención agroproductiva, permanentes (se dan todo el año) y cuyos precios siempre han sido de los más bajos en el mercado.

Ese mismo día sábado adquirí la bolsa de alimentación que se distribuye por mi Comité Local de Abastecimiento y Producción, conocido como el CLAP. Por mil cien bolívares (Bs. 1.100,00), pude acceder a dos kilogramos de arroz, dos de harina precocida de maíz, dos de leche completa en polvo, un kilogramo de azúcar, dos de caraotas negras y una botella de aceite de soya de un litro.

Yo no quiero ni debo escoger entre dos opciones. Es evidente que la organización popular en torno a los Claps, ha comenzado a surgir y estabilizarse como respuesta revolucionaria ante las agresiones imperialistas de guerra económica, boicot y desabastecimiento, contra el pueblo venezolano. Pero es evidente que la lucha es desproporcionada. Los Claps no alcanzan a cubrir las necesidades alimenticias de todo el pueblo venezolano y quienes, por la organización popular, tenemos acceso periódico a esa opción, también quisiéramos el complemento alimenticio de frutos como el cambur y la mandarina, pero no mediados por la mortal agresión imperialista que, prácticamente, nos los arrebata de la mesa o nos los ofrece a precio de proyectiles de muerte disparados contra nuestro pecho.

Cuando, después de dejarme robar por los especuladores del supermercado que me "vendieron" los cambures y mandarinas, subí a la camionetica de pasajeros para dirigirme a casa, una señora, desde el asiento de enfrente, me preguntó por el precio de los guineos. Intercambiamos comentarios hasta el momento cuando la pobre mujer pobre derivó al tema hacia su "esperanza" de poder salir de Maduro o que se muera pronto: "¿usted no ve la barriga que tiene? ¡Ese hombre no está nada bien!".

Un buen número de pobres personas pobres han sido víctimas de la violencia imperialista que ataca sus cerebros, los ideologiza y les lleva a confundir a su enemigo real (los explotadores, las transnacionales y el imperio) con la persona que les defiende de ellos, al punto de que creen que "salir de Maduro" es la solución para la tragedia económica que han desatado en nuestro país, como guerra de exterminio contra la Revolución Bolivariana y Chavista.

Ante este cuadro de abierta confrontación de clases y cuya agudización será cada vez más progresiva, nuestra propuesta revolucionaria es la de la organización popular y el boicot contra los supermercados de la burguesía (Makro, Super Líder, Unicasa, Central Madeirense, San Diego, Super Market, Luverbras y otros), contra sus imitadores y bachaqueros, en el campo del robo descarado contra el pueblo. Una mercancía como el cambur, la mandarina o los frutos frescos son perecederos a muy corto plazo. Si nos negamos a comprárselos, si dejamos que se les pudran en sus exhibidores de venta, un pequeño avance iremos teniendo en nuestra resistencia y ataque contra el enemigo que ha querido matar de hambre a nuestro pueblo y llevarlo a arrodillarse ante su insistencia.

Para vencer, perseverancia y conciencia, organización popular y confianza en los mandos que, por decisión nuestra, lideran y dirigen la Revolución Bolivariana y Chavista hasta la victoria del pueblo, hasta la victoria plena.



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Iván Padilla Bravo

Director del semanario cultural "Todos Adentro", medio adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura. http://www.mincultura.gob.ve/

 ivanpadillabravo@gmail.com      @IvanPadillaB

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