¿Cómo llega un país a tener que decidir entre un majareta megalómano y una fría genocida? Es temprano para pronunciarse y me parece que la situación es más compleja. En varias democracias burguesas la parte más desesperada del electorado busca alternativas extremas al neoliberalismo.
A falta de izquierdas unidas, maduras y serias, casi en cada esquina del mundo hay alternativas neonazis, ahora envalentonadas porque Trump es el tercer antisistema que gana. El primero fue el Brexit. El segundo el «no» colombiano.
Decía Jorge Luis Borges que los falsos problemas conducen a falsas soluciones. Y peores son los problemas creados, como las multitudes refugiadas, porque la OTAN les hace la vida imposible en sus países, devastados por el negoción de la guerra.
En su discurso de despedida como presidente de los Estados Unidos, en 1961, el general Dwight Eisenhower advirtió del peligro de que se instaurase como poder omnímodo en su país lo que llamó «complejo industrial-militar». Se instauró también en Europa y hoy la OTAN es un negocio en sí mismo.
En el núcleo de ese complejo está Hilaria. El cimarrón Donaldo también, porque ha prometido aumentar el presupuesto militar, aunque no dice para qué. Y aquí está el punto.
El capitalismo contemporáneo anda tan paranoico que no le gusta ni siquiera un capitalista estrambótico y fanfarrón porque no puede encarrilarlo como perrito faldero, tipo Obama o Hilaria. Por eso el totalitarismo mediático mundial al servicio de Hilaria se abatió sobre él, lo que no fue difícil porque él mismo propicia cualquier campaña maléfica —CNN, o sea.
Por eso el mundo está ahora con el corazón en un puño por esta patada a la mesa planetaria. Si el energúmeno cumple una pizca de sus incoherencias todo se revuelve y revuelca en el establishment. ¿Será el presidente tan estrafalario como el candidato? No creo. Pendejo no es. La universidad de la vida es implacable.
Por ejemplo, el muro que prometió con México es demasiado largo y caro y para obligar a México a pagarlo tendría que invadirlo, lo que sale más caro aún. ¿Se volverá Donaldo una Hilaria más?
Desvergüenza le sobra… Ya bajó el estilacho. En minutos.
¿Por qué la dirigencia opositora venezolana guarda silencio? Es por una duda que tengo.