El mercado único, es el centro del debate en las negociaciones de Toni Blair, José Mará Zapatero y Aznar. Hay que fomentar un mercado aliado entre las distintas naciones para facturar alimentos y bienes de servicio en una sola tendencia de negociación ordinaria y buques de transportación con los mismos estatutos de navegación que, solo se referirá al perfil técnico y un personal adiestrado que le dará una respuesta adecuada a la gente en el momento preciso de las previsiones comerciales.
Hay que ir de la mano, de esta manera se visualiza los acuerdos finales y, la voluntad del pueblo se hará presente en cada producto comercializado, mediante las transnacionales corporativas y, constituye un fundamento prioritario de los acuerdos y las posturas del laborismo. El principal partido inglés que puede llegar a fines comunes con Latinoamérica.
El ex primer ministro, sigue teniendo la misma fe en el proyecto europeo que cuando se mudó al 10 de Downing Street hace veinte años. “Las fuerzas antieuropeas incurren en un lamentable delirio al pensar que Europa se va a rendir y a desintegrar”, sostiene. “¡No lo va a hacer! La lógica europea es más fuerte hoy que nunca. Lo que está sucediendo hoy es que tu población determina el tamaño de tu economía, como sucedía hasta la revolución industrial. China, India, los países con grandes poblaciones van a tener un gran poder. Los europeos seremos potencias medias o pequeñas, la única manera de defender nuestros intereses y valores es unidos. La importancia de Europa hoy tiene que ver, más que con la paz, con el poder”.
Y, sin duda, Venezuela es un tema interesante para Inglaterra y España por sus riquezas energéticas, allí tenemos a Pablo Iglesias, como a Monedero para interpretar los códigos políticos y aparearlos en un solo fundamento.
Para este grupo económico, antes político, integrado por George W Bush, Aznar, Zapatero, Leonel Fernández y Torrijos es un asunto de tribu, una dispersión de ideas económicas que deben integrarse en una sola unidad territorial, documentada en el hacer poblacional para que los alimentos y fuentes mercantiles le lleguen a sus manos, sin mucha operatividad bancaria.
El ex primer ministro viene recibiendo en su oficina londinense a pequeños grupos de periodistas internacionales, como locales a la víspera de la cumbre donde Europa fija su posición sobre el Brexit y otros temas, hasta de música. Para Blair, europeísta convencido, la decisión de salir de la UE fue “un grave error”, pero no es un asunto cerrado. “Mi consejo a Europa es que evite una posición de hostilidad, porque a este debate le queda mucho recorrido”, el gran negocio es el Sur, pero se debe hablar con los controvertidos dirigentes dela región para exigirles un voto de confianza y reorientar la economía hacia un solo mercado que no contradiga los intereses de la firma mercantil que representan.
Lo más importante, es tener control sobre las fronteras, aunque sometida a un proceso de gobernabilidad ye inmigración, deben ser abiertas para la adquisición de fármacos y utilería, pero fiscalizadas por agentes fronterizos adiestrados y que no le pongan obstáculos a la gente para comprar y conseguir trabajo. Todos los ciudadanos, son necesarios, pero deben tener los papeles en regla, por el gran problema internacional que representa, el terrorismo. Para Blair y su nuevo grupo, jamás deben verse trabajadores varados, aunque ganando poco, deben llevar algo a sus familias al atardecer y, los valores monetarios deben internacionalizarse para así, defender los precios y puntos de control en las Aduanas, sean portuarias o fronterizas.
Hay que registrar cambios y registros, restablecer de nuevo las redes telefónicas para darle fuerza al sistema financiero y dejarse ir por el pensamiento lógico, dejando atrás las hipótesis sobre las autorías de algún hecho.
Europa, se encuentra convencida de su nueva misión, está sometida a unas verdaderas condiciones de desanclaje y tiene un trazado político y económico, su experiencia en el Medio Oriente fue devastador, ahora Iraq y Libia no aportan nada y la misión ya agotó sus credenciales de fe.
En respuesta a la difusión de un informe independiente sobre el papel del Reino Unido en esa irrupción, el político laborista esbozó una “disculpa” y expresó “pena y remordimiento” por ese involucramiento, pero dijo, a renglón seguido: “creo que tomamos la decisión correcta. El mundo está mejor y es más seguro”.
Es sintomático que el político laborista no se haya centrado en desmentir el contenido del referido informe, elaborado por una comisión presidida por el ex funcionario británico John Chilcot, en el que se documenta que Londres fue a la guerra en Irak, bajo el mando de Blair, “antes de agotar todas las opciones pacíficas para el desarme”.
En resumidas cuentas, es lo mismo que pensaban las personas que se manifestaron en las calles de Londres contra la guerra, lo que advirtieron algunos expertos que tuvieron la oportunidad de comunicar sus opiniones en persona a Blair, lo que dijeron o temían muchos diputados laboristas, y en especial Robin Cook, que presentó su dimisión como ministro el 17 de marzo de 2003, tres días antes del inicio de la invasión, con un discurso recibido con aplausos en la Cámara –algo que ni se estila ni se permite en el Parlamento británico– y que aún se recuerda.
A fin de cuentas, en Washington se sostiene que las tropas extranjeras de la alianza serían recibidas como “libertadores” en Barbados y Trinidad para los ejercicios militares La mira es el Sur. Nada podía desmentir esa premisa. Esa fue la prioridad de Blair y su equipo en Downing Street. Desean ir de nuevo por el Dorado, pero los españoles tendrán ahora la cola, los Bush y Los Clinton tienen toda la cartografía de La Amazonia.