El 3 de diciembre de este año se llevarán a cabo en Venezuela elecciones presidenciales. El comandante Hugo Chávez se presenta como candidato por las fuerzas bolivarianas, siendo esta su primera reelección.
Hay que considerar que el comandante Chávez fue elegido presidente en las elecciones del 6 de diciembre de 1998 (56% de los votos). Tras la aprobación en 1999 de la nueva Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en el 2000 surgió un nuevo proceso electoral de acuerdo a lo establecido en la flamante Constitución, y allí el pueblo venezolano nuevamente se inclinó contundentemente por la candidatura de Chávez (60% de los votos). Por lo tanto, constitucionalmente, Chávez termina ahora su primer mandato y se presenta como candidato para el 3 de diciembre para ser reelecto si la voluntad popular así lo reclama.
Todo indica que este 3 de diciembre el triunfo bolivariano sea aún más categórico que en las anteriores elecciones. El pueblo venezolano así lo demuestra en cada movilización y acto donde el candidato de la Revolución se presenta. El clima de victoria, optimismo y tranquilidad en las filas chavistas, es una clara muestra de lo que se avecina: un aluvión rojo de votos avalando al líder popular.
Y esto se explica porque en casi ocho años de gobierno revolucionario y pese a los intentos desestabilizadores de la oposición fascista, Venezuela cambió para bien de las mayorías populares.
No vamos aquí a enumerar los logros de la Revolución, porque para esto se necesitaría muchas páginas, pero sí afirmaremos que la Venezuela de hoy es un país que ha alcanzado su plena soberanía, una de las democracias más avanzadas del mundo y una participación y protagonismo popular pocas veces vista en esta región del planeta. Con más aciertos que errores, la Revolución Bolivariana avanza con paso firme hacia un nuevo modelo socialista, humanitario y latinoamericano.
Estas virtudes del proceso venezolano han conquistado la simpatía de otros pueblos hermanos, que ven en la figura del Comandante Chávez y en el bolivarianismo un ejemplo de dignidad, coraje y justicia.
Es por esto que, junto al respeto y la admiración que legítimamente Chávez se ha ganado entre los pueblos de América Latina y el Caribe, también haya sumado el odio del imperialismo yanqui y sus aliados nativos. No es casual que para el gobierno estadounidense Venezuela sea una “preocupación”, un “mal ejemplo”.
Fiel representante del pensamiento bolivariano, el Comandante Chávez ha sido, en los últimos años, quien más ha bregado por la integración de nuestros pueblos. Los éxitos están a la vista. El derrumbe de la propuesta neocolonizadora del ALCA también. Y esto la administración Bush no lo perdona.
La conspiración imperialista y oligárquica esta en el tapete todos los días en Venezuela. Los enemigos de la Revolución no descansan ni un minuto en su perversa tarea de desestabilizar al gobierno democrático. La descalabrada oposición presenta hoy a un candidato que no puede entusiasmar ni a sus propios familiares. La vía electoral, por lo tanto, aparece como una vía muerta para los representantes de la contrarrevolución. Esa oligarquía entonces, mira de manera indisimulada hacia el Norte pidiendo ayuda y el Norte imperialista generosamente ofrece su apoyo.
La insignificancia de la candidatura de la oposición, a través del Gobernador del Estado Zulia, Manuel Rosales y la enorme y creciente figura del candidato de la Revolución, el comandante Hugo Chávez, nos hace pensar inmediatamente en una pelea de box entre un peso pluma y un peso pesado. El resultado es más que previsible. Es ahí donde la contrarrevolución apela a un “peso pesado” que pueda contrarrestar al “huracán” Chávez: el imperialismo norteamericano.
El 3 de diciembre por lo tanto, no es la confrontación entre Chávez y Rosales, sino que es la confrontación entre Chávez y Bush, entre Venezuela y el imperialismo.
Inclusive, proyectándonos al escenario latinoamericano y teniendo en cuenta que es Chávez quien lidera hoy el proceso integrador, podemos afirmar que el 3 de diciembre en Venezuela, se dará una nueva batalla entre la Unidad Latinoamericana Caribeña y el imperialismo yanqui.
Es por esto que, desde el Congreso Bolivariano de los Pueblos y desde la Secretaría de Organización de este espacio de confluencia de organizaciones que luchan por la Unidad de Nuestra América, que convocamos a todas las fuerzas populares del continente a expresar su solidaridad con el Comandante Hugo Chávez y el pueblo venezolano, en esta nueva batalla contra las pretensiones imperialistas del gobierno estadounidense.
A fines de noviembre de este año, y días antes de la trascendente elección en Venezuela, las organizaciones patrióticas, revolucionarias, populares y democráticas del continente, estaremos realizando actos y movilizaciones en apoyo al comandante Chávez, entendiendo que los pueblos de Nuestra América necesitan de su ejemplo, constancia y conducción, y que la batalla en Venezuela es entre la América Latina y Caribeña y el Imperialismo yanqui.