Asidero

China o Rusia, quien controlara la plataforma económica venezolana

Nos encontramos en una época de incertidumbre, el mercado cambiario a nivel internacional luce desordenado, la paridad de nuestra moneda frente al dólar, el TLCAN, las posibles alzas en Estados Unidos de Norteamérica y las bajas de tasas impositivas a nivel del área caribeña, nos arrastran a un nicho que solo las presiones nos llevan al mercado especulativo y el desorden cambiario.

Nuestro punto de referencia es México y, si gana Obrador, aunque es comunista, nos hundiremos más en el foso y Donald Trump desea revertir esa realidad, por otro lado, el gobierno de La Habana nos presiona más para controlar de una manera férrea nuestros recursos energéticos, ante una FANB y sus componentes impávidos por su desidia en defender la República Bolivariana de Venezuela de su inmovilización energética total.

El tiempo, es excepcional. Los gobiernos ya no se dejan explotar, como lo hacen con nuestro país,
Eso terminó ya. Hoy, las plataformas permiten producir al gusto del cliente, aunque con los bajos costos de la producción masiva. Ya no vemos televisión., sino que usa su televisor para ver streaming: el programa que gusta a la hora que desea. Decidimos qué auto tomamos para trasladarnos en una ciudad, o al lugar que quiere llegar cuando visita otra. Poco a poco, la decisión es más nuestra que del proveedor

En estos días, el Wall Street Jornal notaba que el gobierno chino está presionando para hacerse de una parte del capital de empresas como Tencent, Weibo y Alibaba. De la primera no hay nada parecido en Occidente (habría que sumar Google, NBC, AT&T y otro poco). La segunda es equivalente a Twitter, y la tercera a Amazon. El gobierno chino parece haber decidido que una parte de esos negocios debe ser suya. Los argumentos son simples: luchar contra la corrupción (incluyendo el daño que internet hace a la moral de los jóvenes), fortalecer a la patria frente a Occidente y el control del gobierno sobre la economía.

Si usted percibe similitudes con la manera como Putin ha gobernado Rusia, o con la manera en que los monarcas lo hacían en Europa hace unos pocos siglos, creo que no está equivocado. Cualquiera que acumulaba riquezas se convertía en una 'amenaza a la Corona' y era rápidamente subordinado o, en caso de resistencia, liquidado. Por esa razón, las economías jamás lograban salir de un nivel de subsistencia. Fue lo mismo que ocurrió en los países comunistas, hasta que China decidió cambiar las cosas. Se atribuye a Deng Xiaoping, el gran transformador, la frase "hacerse rico es glorioso". Bueno, parece que ya no tanto.

En consecuencia, el reto que tienen los políticos hoy es totalmente distinto al que conocían. Ya no se trata de ganar en medios masivos, sino de hacerlo en redes. No se trata de plantear soluciones a problemas nacionales, sino de tener respuestas a las demandas de las islas. Gobernar, en cambio, sigue exigiendo saber usar los medios y responder a los problemas. Desde hace tiempo hemos comentado aquí que los temas de la elección de 2018 serán dos: corrupción e inseguridad, que en el fondo son sólo uno: impunidad.

No sólo ahí. Usted recibe información dentro de su isla virtual, y ya no en la aldea mediática global. Dependiendo de la isla, la información puede ser más o menos verdadera. Hay piratas que bloquean información real y crean información ficticia. Pero usted ya no cree en la televisión, el radio o los periódicos, sino en su red.

Y eso, exactamente, es lo que está ocurriendo en la cosa pública: se derrumba la comunidad imaginaria, la nación, y en su lugar tenemos un archipiélago. Centenares de islas, con fuentes de información e intereses diferentes, intentando imponer su propia interpretación sobre el archipiélago completo. Y así como ya no cree usted en los medios de información tradicionales, tampoco creemos en los políticos profesionales.

Venezuela es un lugar o aldea de impunidad religiosa, económica y política

así es. Desde 2016, el ambiente político ha sido ocupado por bandidos externos (Trump, Babis), engendros de la periferia (Sanders, Corbyn, Le Pen) y jóvenes invasores (Macron, Kurz). Todos ellos tienen éxito (algunos ganan, otros no, pero mejoran su posición) porque actúan como los piratas mencionados: van a cada isla a vender lo que ahí se compra. No importa que eso sea incompatible con otras islas, basta con tener pocos escrúpulos para vender.

Ahora, tenemos un nuevo comprador de energía motivado por el gobierno de Venezuela y La Habana, con un jefe de plataforma, el mismo Raúl Castro portando nuestra banda presidencial. Cuba y Venezuela serán un nuevo territorio y Nicolás Maduro Moros será solo un intérprete, ya estamos colonizados

No incluyo el tema económico, porque no tenemos problemas mayores ahí. Esto puede cambiar si Donald Trump decide sacar a Estados Unidos de Norteamérica del TLCAN en 2019, pero aun así no podemos sobrevivir en una contraloría dominada por los cepos de Pablo Iglesias, Monedero y Zapatero en lo diplomático, La Habana controlando nuestras plataformas y un presidente que comercializo con los comunistas falsos nuestra infraestructura mecanizada.

El Congreso Nacional del Partido Comunista Chino buscará controlar a La Habana, desea más poder y anclar a Rusia que los ve con suspicacia. Estos congresos ocurren una vez cada cinco años y, en los últimos, en el número par ocurre el ascenso al poder del nuevo presidente (que dura en su cargo diez años), y en el non se prepara su relevo, como sería en el caso actual. Así ocurrió con los últimos dos presidentes: Jiang Zemin (1993-2003) y Hu Jintao (2003-2013). En cada Congreso suele haber cambios tanto en el Politburó como en el Comité Permanente, los órganos más importantes de gobierno en ese país, el primero con 25 integrantes y el segundo con siete.

Pero ahora parece que las cosas pueden ser diferentes. Xi Jinping ha acumulado más poder que cualquiera de sus predecesores, en parte alcanzando más rápido diversos cargos (presidente, secretario general del partido, presidente de las fuerzas armadas, etcétara), y en parte mediante la campaña contra la corrupción que le ha permitido deshacerse de sus adversarios

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Por poner un ejemplo, hace cinco años uno de los más fuertes candidatos a incorporarse al Comité Permanente era Bo Xilai, gobernante en Chongqing y adversario de Xi. A inicios de 2012, sin embargo, surgieron versiones de la muerte de un ciudadano británico en un hotel de la región. En la investigación se destapó una red de corrupción alrededor de Bo y su esposa. No sólo no llegó al Comité Permanente, sino que su detención permitió expulsar del Comité a Zhou Yongkang, responsable de las fuerzas de seguridad del país, lo que le facilitó a Xi el rápido control del aparato político chino.



En esta ocasión, si se respeta la tradición de que los mayores de 65 años renuncien al Comité Permanente, cinco de sus siete miembros tendrían que dejarlo. Sólo Xi y el actual primer ministro, Li Keqiang, podrían quedarse. La renovación casi total de este órgano, bajo el control prácticamente absoluto que hoy tiene Xi, abona a la idea de que podríamos estar al borde del abandono del sistema de las últimas décadas. Hay incluso rumores de que este órgano podría desaparecer.



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Emiro Vera Suárez

Profesor en Ciencias Políticas. Orientador Escolar y Filósofo. Especialista en Semántica del Lenguaje jurídico. Escritor. Miembro activo de la Asociación de Escritores del Estado Carabobo. AESCA. Trabajó en los diarios Espectador, Tribuna Popular de Puerto Cabello, y La Calle como coordinador de cultura. ex columnista del Aragüeño

 emvesua@gmail.com

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