Defender la soberanía
como manda la Constitución
no es sólo cuestión de economía
sino en otros ámbitos de aplicación
comenzando por la geografía
y terminando por la educación.
Ser soberano, no tiene jerarquía
todos titulares en legitimación
no debe existir supremacía
al momento de defender la Nación
con valor y sin politiquería
es la voluntad genuina de la población.
Las formas de gobierno, no deben ser la guía
que impidan al pueblo tan ingente misión
puede ser de derecha, izquierda o monarquía
sin ser equívoca su interpretación
como dice Rousseau en su teoría
la fuerza común, como forma de asociación.
No es sólo la sociología
lo que hace del hombre la ligazón
donde viva y haga su estadía
el suelo siempre será su habitación
defenderá su biotopo con osadía
cuando se presente la ocasión.
Defender lo nuestro con hidalguía
no tiene sexo, partidos, ni religión
es un sentimiento de máxima valentía
que no debe dejar vestigios de despreocupación
regarse el pueblo como metástasis tarde, noche y día
para salvaguardar su patrimonio de la infame pretensión.
Ser individualista, egoísta sería
ser inconsciente de loable función
en colectivo, la alternativa se buscaría
todos juntos como una gran legión
y con esto se lograría
lo que no se halla con la desunión.
En la defensa debe existir la porfía
de cada habitante, de acuerdo a su región
tomando en cuenta las tres vías:
la aérea, marítima y la tierra que pisa tu talón
es asunto de toda la ciudadanía
sin imponer límite ni condición.
¡Ya está!
Guaicaipuro14@hotmail.com