Otro de los países que gozan de mención especial en esta Estrategia de Seguridad Nacional que rige la política exterior de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono, es México. Reforzar México como frontera sur de los Estados Unidos como forma de extender el control geopolítico del Caribe y la influencia en Centroamérica es parte de la ofensiva estadounidense en el ámbito político. La aprobación de una ley en México para dotar de legalidad a una realidad ya existente como es la de los miles de agentes estadounidenses que portan armas en territorio mexicano, es formalizar, como lo fue el Pacto por México y la reforma energética, la entrega de soberanía mexicana a una potencia extranjera. Frente a la integración latinoamericana y caribeña, Estados Unidos se asegura un aliado fiel en la región. También parte de la ofensiva política es el financiamiento que se produce desde USAID, NED y otras organizaciones ligadas al Departamento de Estado y la CIA a una oposición de derecha en los países con gobiernos de izquierda o progresistas. Una nueva derecha reciclada que busca seducir no sólo a las clases medias sino también a los sectores populares con un discurso más despolitizado y light que la vieja derecha gorila neoliberal. Una oposición "civil y democrática" que incluso no tiene empacho en presentarse como de izquierda moderada frente a las izquierdas "radicales" y "populistas".
Y si bien el núcleo bolivariano es objetivo de primer rango en esta ofensiva, el segundo anillo progresista también es parte de esta ofensiva política. La Estrategia de Seguridad Nacional de los Estados Unidos coloca a Brasil como un "centro de influencia emergente" al que sólo lo superan en prioridades China, India y Rusia, además de "guardián de un patrimonio ambiental único y líder de los combustibles renovables". No es casualidad por lo tanto que la mayor parte de bases militares estadounidenses se encuentren rodeando la Amazonia. La Argentina también es mencionada de manera explícita en dicha Estrategia en cuanto a país miembro del G20, y probablemente algún día leeremos en documentos desclasificados el vínculo entre la CIA y los fondos buitre que atentan contra la soberanía política y económica de este país.
En el ámbito económico es claro el declive de la hegemonía que han ostentado los Estados Unidos durante las últimas décadas debido a una reducción de la competitividad, de los desequilibrios macroeconómicos en comercio exterior, del cada vez más grande déficit fiscal, y de una deuda pública que ya supera el 100% de su PIB y los 60 billones de dólares. Pero a pesar de la pérdida de capacidad en el ámbito comercial y económico, el ámbito financiero muestra todavía una superioridad indiscutible de la principal potencia capitalista. A pesar de que desde 2007 China es la principal productora de software y hardware, el 84% de las ganancias en este rubro siguen estando en manos de capitalistas estadounidenses, y lo mismo sucede en el ámbito especulativo donde las ganancias por servicios financieros han pasado del 47% de 2007 al 66% en 2013. Al mismo tiempo, un 45% de las 500 principales empresas transnacionales son de capital estadounidense, así como una buena parte de los medios de comunicación con más impacto mediático en la población mundial.
La ofensiva económica pasa también por garantizar la soberanía energética estadounidense a partir de la extracción de gas de esquisto y el uso del fracking a pesar de los peligros para el ecosistema que supone la fractura hidráulica. Pero esta técnica, más allá de su peligrosidad a nivel ecológico, sólo es rentable económicamente con un barril de petróleo que oscile al menos entre 60 y 70 USD, y por lo tanto con los precios actuales la dependencia de los países exportadores se mantiene.
Entre 2005 y 2010 la venta de armas de EE.UU. a América latina casi se duplicó. En 2005 EE.UU. vendía a los países de la región mil millones de dólares en armas. En 2010 la suma llegó a 1,7 mil millones de dólares. En el período de cinco años, EE.UU. vendió armamento por un total de 9,2 mil millones de dólares a América latina. Cifras extraoficiales colocan las ventas de armas de EE.UU. a los países latinoamericanos entre 2011 y 2014 en otros 15 mil millones. Aún no se tiene la información.
En la región del Gran Caribe se encuentran los dos países más comprometidos con compras de armas a EE.UU. México compró en el período 2005-2010 por 3,2 mil millones de dólares. Colombia siguió con 2 mil millones de dólares. Sólo estos dos países representan más de la mitad de las compras de la región a EE.UU.
República Dominicana adquirió armas por un total de 150 millones de dólares. Costa Rica (88 millones), Panamá (65,8 millones) y Venezuela (65,2 millones) fueron los países que siguieron en la lista de países del Gran Caribe que adquirieron armas en EE.UU.
A pesar de que en Costa Rica y Panamá no tienen ejércitos según establecen sus Constituciones políticas, compraron armas por un total de –entre ambos países– 153 millones de dólares entre 2005 y 2010.
Pensar que las islas que integran la Cuenca del Caribe le dan apoyo a Venezuela, es pensar en lo absurdo porque sabemos de su colonización inglesa y como los bergantines iban de un sitio a otro junto algunas goletas llevando mercancía y piedras preciosas a Reino Unido, las costas de EE. UU, Golfo de México, teniendo una base común que era República Dominicana y Haití. Me extraña de esta actitud del presidente Maduro hacia este conjunto de islas, cuando la historia marca otros rasgos territoriales y geopolíticos.
La escasez de los recursos marinos y de los recursos energéticos (petróleo y gas) en el planeta es la premisa que nos lleva a pensar el lugar del Atlántico Sur en el nuevo siglo, lo que conlleva a replantearse la relevancia de la cuestión Malvinas, ya no en términos argentinos, sino en términos de la geopolítica mundial.
Este océano es la mayor reserva pesquera del mundo hoy, y su importancia reside por un lado en que las reservas ictícolas ya se han agotado en el resto de los mares del mundo, y de otro lado, la demanda sigue creciendo en forma exponencial, donde China es el epicentro de la demanda mundial. Para más de 1.000 millones de personas el pescado es la principal fuente de proteína animal. Esto convierte al Atlántico Sur en un área de intereses vitales para la alimentación de la humanidad, donde en la disputa por su hegemonía se debaten los tres continentes (Europa, Asia y América).
En Venezuela, la sardina es el alimento base y las otras especies marinas por su costo en alza, su consumo es moderado y, poco se consume carne de res porque los médicos veterinarios están extendiendo una certificación falseada para llevar el ganado a los mataderos con enfermedades incurables, pero, que no ocasionan la muerte en forma gradual, igual que el pollo por su alta densidad de hormonas inyectadas que ocasionan cáncer y enfermedades congénitas
Los rusos, están al tanto de esto, tal como tienen una apreciación sobre el hundimiento del submarino Haras San Juan, pero la terquedad de algunos presidentes progresistas del Sur, llevaron al Continente a un caos progresivo hasta llegar al caso de Lula Da Silva con el caso Odrebeth y salpicó a otros presidentes, menos a los de Venezuela y Bolivia. El caso del presidente Maduro es los militares en su proyecto bolivariano que han desviado. los intereses de la nación, y las causales de Sebastián Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Antonio José de Sucre para integrar al Perú, Bolivia, La Nueva Granada y el Virreinato de Venezuela en la Gran Colombia, pero, las viejas aspiraciones coloniales transformaron todo un acontecer nacional y latinoamericano.
En los días anteriores a la guerra de 1982 se realizaron trece informes científicos internacionales donde señalaban la importancia petrolífera de la cuenca sedimentaria de la que forman parte las Islas Malvinas, asegurando que la reserva de hidrocarburos multiplicaba por diez la del Mar del Norte, como lo señala Telma Luzzani en su libro Territorios vigilados. En el mismo libro, la autora explica las razones por las cuales el ex canciller Rafael Bielsa le llama a la zona petrolera de Malvinas un verdadero Golfo Pérsico Austral y señala que existen a la fecha 12.950 millones de barriles de petróleo probables en las islas, lo que se convierte en reservas probadas de 6.475 millones de barriles.
El presente y futuro del conflicto de soberanía entre la Argentina y el Reino Unido por las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur es determinante para la respuesta que no sólo hoy, sino en el futuro, se dé a este interrogante.
El PBI de las Islas Malvinas se encuentra dentro de los más altos del mundo, el 34% del mismo corresponde a la pesca (108 millones de dólares), el 25% corresponde a manufactura y actividad de minería –especialmente exploración y explotación petrolera– y un 18% es de turismo y hotelería. El PBI de las islas pasó a ser de ocho millones de dólares en 1985 a casi sesenta millones en pocos años, ello fue posible de manera ilegal, violando la Resolución 31/49 de la Asamblea General de la Naciones Unidas, que requiere que ambas partes se abstengan de adoptar decisiones que entrañen la introducción de modificaciones unilaterales en la situación de las islas mientras se encuentre pendiente de solución la controversia de soberanía entre los dos países. Así, en franca ilegalidad, se otorgaron 230 licencias pesqueras que los isleños capitalizan con las concesiones otorgadas a terceros países y se vendieron licencias para la exploración de yacimientos petrolíferos. Esto implicó que el PBI de las Islas Malvinas creciera un 11% anual desde el 2008 hasta el 2012. A finales del año 2014 el FIG (Falkland Island Government) dio a conocer los últimos datos de PBI referente al año 2012, señalando que fue mucho más elevado de lo estimado, 317 millones de dólares. El aumento del PBI en los últimos 29 años fue de 3.862 por ciento.
El impacto ambiental que conlleva la forma indiscriminada en que se sobreexplotan los recursos en manos de los británicos es enorme. El mar está cubierto por una cantidad de buques factoría que extraen cerca de 50 toneladas de peces por día. Son ilustrativas de este hecho las imágenes satelitales nocturnas donde las luces de los buques en las aguas circundantes a las Malvinas son tan grandes como las luces nocturnas de las ciudades más importantes del continente (estas imágenes pueden ser vistas en la Web).
Las ilegítimas exploraciones hidrocarburíferas desarrolladas por el Reino Unido en aguas adyacentes a Malvinas, e intensificadas a partir del año 2010, además de ser contrarias a la Resolución 31/49 antes mencionada, se llevan adelante en las difíciles condiciones del Atlántico Sur, en un medio ambiente marino, hasta el presente, prístino.
Estas actividades también son motivo de particular preocupación para la Argentina toda vez que implican un grave riesgo ambiental que puede producir una catástrofe ecológica, como la ocurrida hace pocos años en el Golfo de México.
Tales actividades ilegales han sido rechazadas por el Mercosur y los Estados asociados, la Unasur y la CELAC. Los dos primeros, a fin de prevenir o evitar que ellas se realicen, han acordado informar a la República Argentina sobre el movimiento de buques con cargas vinculadas a la exploración y explotación de hidrocarburos en las áreas ocupadas por el Reino Unido.
Dos submarinos nucleares ingleses y su pequeña escuadra de resguardo, siempre estarán resguardando a Las Malvinas junto a las 39 bases militares aeronáuticas y forestales en el Amazonia pertenecientes a USA.
¿De quién, entonces es la traición, del pueblo sureño o de los malos diplomáticos y jefes de Cancillería y Consulados de nuestro Continente que no cumplen con sus funciones, porque simplemente no son funcionarios de carrera? Simplemente son abogados, ninguno doctor, porque es una especialización internacional.