Diálogo imaginario entre Guaicaipuro y Bolívar

GUAICAIPURO Y BOLÍVAR: Peligros inusuales y extraordinarios. Ambos caminan por los Altos Mirandinos y el Waraira Repano, sus brazos se confunden con los brazos de la empinada y torcida serranía y señalan con asombro y gestos indignados, el valle de Caracas. Ambos tienen la voz de la tierra y los grandes bocanales de humus neblinosos despiertan al amanecer las semillas dispersas -esparcidas por los pájaros toromaimas- y ellas, preñadas de futuro, revientan al pie de la hierba y de árboles frondosos. El Sol de cada día, les da cobijo bajo la alfombra verde de los pastizales. Algunas veces, el fuego criminal, -huracanado en su guarimba-, busca quemar la levadura de la memoria viva. Hacer de pueblos a-culturados y arrinconados una gran fritanga de la Venezuela que converge en ella y se mira en su espejo de agua, la provincia que niega -y autorrechaza su legado- en su propio vientre. (De Coche pa´allá ¿qué es lo que hay?¿Monte y culebra?¡No! La misma Venezuela que está en Caracas). Incluso, la misma Caracas colonial fue re-fundada desde la provincia: Margarita y Cubagua/Cumaná/Coro/El Tocuyo/y la misma cuenca del Orinoco/ Angostura fue la cuna de La Gran Colombia.

GUAICAIPURO: Feliz encuentro en el espíritu de la Madre Tierra y del Mar de Arriba, Hijo-Hermano Simón. Más de 15 mil años de Historia de Venezuela y 50 mil años de Abya-Yala. No somos ningún "Nuevo Mundo". Ningún griego vino a explicarnos que "como es arriba es abajo". Ya lo sabíamos por la boca de nuestros chamanes y chamanas.

BOLÍVAR: ¡Somos tan viejos y tan nuevos como Europa! Ha dicho ahora, el nuevo Sucre, que siempre esperé. ¡Pero el otro Abel, también lo asesinaron!.

GUAICAIPURO: Somos el nudo de esta memoria libertaria. Que no habrá sismos, ni huracanes, ni rayos, ni centellas y tempestades que puedan borrar del horizonte nuestra memoria ancestral y las enseñanzas vivas de nuestros piaches. Nuestros nombres, Hermano Bolívar, son pueblos y culturas en la historia de todos los tiempos. Como los de Túpac Amaru y Túpac Katari, de Micaela Bastidas y Bartolina Sisa, Urquía, Anacaona, Urimare y Apacuana. La mujer como Madre y símbolo telúrico y Primera Madre de América.

BOLÍVAR: Padre-Hermano Guaicaipuro, hijo de la Tierra Ancestral y del Sol de América, víctimas del látigo de sangre implacable, de tantas conquistas y reconquistas que han padecido como interminables sobre sus propias espaldas. Como la padecen hoy los hermanos de Haití y de Palestina.

GUAICAIPURO: La primera independencia no entendió el rugido de tres siglos de rebeliones de resistencia –y emancipación- indígena. Desde las Islas hasta los Andes, el Lago de Maracaibo y la región Centro Norte y Oriental de Venezuela. Y toda la cuenca del Orinoco y el Amazonas. Ni entendió los rugidos negros de Ayití…sobre el Caribe. Y de los zambos como José Leonardo Chirino.

BOLÍVAR: La primera Independencia no dignificó ni liberó los pueblos originarios. Nuestros padres europeos nos educaron en la idea falsa de que eran salvajes, bárbaros, paganos, gandules, flojos y holgazanes y que debían ser civilizados y cristianizados, incluso por la fuerza de la conquista y la colonia. Después fueron presentados como "los-salvajes-buenos". Pero nunca humanos como nosotros, con virtudes y defectos. Eran "hombres silvestres" puestos sobre la inocencia de la naturaleza, sin conocer incluso, el pecado original que había humanizado a Adán y Eva, después de perder el paraíso terrenal. Quitarnos de encima esa camisa de fuerza colonial y esa falsificación de las Sagradas Escrituras, no ha sido nada fácil. Ahora es el reto de la segunda Independencia.

GUAICAIPURO: La idea de conquista de un pueblo sobre otro, estuvo muy metida en el alma de los seres vivientes. Los caribes tampoco escapamos del todo a esa locura. Pero una conquista de tierra arrasada, de negación total de nuestros territorios, idiomas, pueblos y culturas, y de la Madre Naturaleza, nunca la habíamos vivido hasta la llegada del hombre blanco. Utilizando "los come indios", sus perros asesinos. Hasta los animales de la selva huyeron de la presencia del hombre blanco, dijeron nuestros hermanos del Norte, frente a la brutal Conquista del Oeste y el exterminio de pueblos, búfalos y praderas. Ese mismo imperio amenaza hoy a la humanidad y al planeta. A Mi Caracas Ancestral.

BOLÍVAR: Por nuestros padres y abuelos fuimos tratados –y formados- como "menores de edad". Era una minoría de edad interminable por el pecado mortal de haber nacido en América y herederos de flora, fauna y culturas de indios. Nunca se nos dejó ejercer altos cargos políticos, económicos, militares, eclesiásticos y diplomáticos por parte de esa desnaturalizada Madrastra. A pesar de ser llamados mantuanos, blancos criollos, hijos de europeos. Pero al ejercer el poder, pensamos que los pueblos y culturas originarias estarían de nuevo condenados a "la eterna infancia".

GUAICAIPURO: A nosotros nos desconocieron siempre nuestras legítimas autoridades, nuestras formas de gobierno. Muchas veces confundieron las falsas autoridades indígenas que impusieron los conquistadores con nuestras legítimas autoridades.

BOLÍVAR: Así es. Pensábamos que gobierno era el Estado y gobernar, someter a otros más abajo. Lo demás era "anarquía". Desconociendo otros pueblos, otras culturas, otras civilizaciones. En pleno proceso de Independencia Europa nos veía a nosotros los Libertadores, -los hijos de europeos nacidos en América-, como seres inferiores, "sin gobierno interno". Hégel nos llamó en mi tiempo, "monos sin rabo". Europa nos veía a nosotros, como nosotros aquí seguíamos viendo a los indios. Pero así siguen viendo a nuestros nuevos Caciques, Cimarrones, Profetas y Libertadores, como "El Mono" que bajó del árbol. Cuando no somos "monos" somos los "mas-burro". Nos ven como "gorilas", caudillos y dictadores. Confundimos a los Caciques, Profetas y Libertadores con los caudillos y dictadores.

GUAICAIPURO: Nuestros pueblos y piaches enseñaron otras formas de gobierno, desde las comunidades originarias. Tratamos siempre como hermanos las piedras, el árbol y el animal. Nos enseñaron a gobernar obedeciendo la naturaleza y el mandato que nos daban nuestros pueblos. Respetando las fuentes de vida: el río, el mar, el agua, el aire, el Padre Sol, la Madre Tierra. Pero el hombre blanco con mal uso y abuso del fuego, puso en peligro el equilibrio de la vida y del planeta.

BOLÍVAR: Conocí las enseñanzas de los piaches o chamanes tamizada por la masonería. Pero el llamado "mundo de los ilustrados" o letrados ya veíamos lo natural como "lo silvestre"," lo bruto", "lo inculto". Se pensaba en una "ciencia" que debía ser despojada en forma absoluta del mundo interno para ser "objetiva". Así vivimos el corte radical con el diálogo de civilizaciones y se impuso sobre nosotros una sola manera de ver, de pensar, de sentir, de amar, de actuar y de convivir. Eso empobreció la Alta Política, lo cual nos separó de la comunión con el uni-verso y la comunidad. La Torre de Babel fue este gallinero de la confusión colonial. Con el perdón de las gallinas.

GUAICAIPURO: Se pensaba que nosotros no conocíamos la política, mucho menos la Alta Política. Nosotros hacíamos alianzas de Pueblos y Caciques de la Resistencia Indígena. Nos aliamos con los negros cimarrones y algunas veces con piratas y corsarios. Hicimos los primeros Ejércitos Independentistas y Libertadores, con nuestras alianzas de Pueblos y Caciques; usamos la guerra de guerrilla mucho antes de que surgieran las izquierdas.

BOLÍVAR: Lamentablemente conocimos las traiciones de lado y lado, de los Páez y los Santander. De la Malinche y de Los Fajardo. De los Sarmientos y Alberdi.. Pero también conocimos grandes lealtades de los Sucre y de los Urdaneta, de los Nariño y de los Ricaurte. Tenemos todo un monumento a la resistencia indígena, de Caciques y Cacicas mártires que son soles y estrellas en los nuevos caminos de indios de la segunda Campaña Admirable como continuidad de la primera.

GUAICAIPURO: En el más alto Santuario de la Nacionalidad estamos y luchamos juntos. A veces me piden que baje de las estatuas y del humo del tabaco cósmico. En el bronce o el mármol sólo están nuestras imágenes. Pero nuestros espíritus no salen del corazón de la montaña, ni del Sol del Pecho de nuestros pueblos y culturas.

BOLÍVAR: Es hora de entender que todo aquello que suceda hoy o mañana a los pueblos originarios de Venezuela y de este continente, también nos sucederá a nosotros. Hoy digo con José Martí, ese gran indianista y bolivariano que "América no caminará sin el indio".



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Saúl Rivas Rivas


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