Estoy dispuesto hacer cualquier sacrificio por mi país, pero…

Menos negociar con Guaidó, dialogar con Trump, privatizar a PDVSA, darle el control de la economía a los intereses privados, volver a votar por candidatos impuestos, dejar que las mafias acaben con 110 mil Km2 del territorio nacional en el Arco Minero, abandonar a nuestra infancia y ancianos… ¡Uno no se puede sacrificar por las locuras de Maduro, ni por las traiciones de Guaidó, que son dos caras de una misma moneda con la misma cara!

El sacrificio debe ser por algo que valga la pena… la pena de toda la sociedad, por el socialismo: dar a cada quién según sean sus necesidades; ser solidarios y atentos con todos los desvalidos y más necesitados de la sociedad, con los que no tuvieron oportunidades de estudiar y educarse, con los enfermos y ancianos, sin distinción de ninguna condición…, y exigir de cada quién según sean sus capacidades o ventajas; a los saben, ¡que enseñen!; a los que tienen de más ¡que compartan sus excedentes!; a los científicos, a los técnicos, a los abogados y médicos, a los grandes propietarios, a los terratenientes, a los más sanos y fuertes, a los políticos, filósofos, artistas, etc. Si no es así, no vale sacrificarse para que todo siga igual que ahora.

Maduro no puede exigir sacrificios a una población diezmada de necesidades frente a una clase política y empresarial buchona y llena de privilegios. No existe empresario que nos inspire algún tipo de piedad, no existe capitalista bobo, o que merezca consideraciones extraordinarias, como exoneraciones, rebajas, descuentos, atenciones especiales. Nosotros no vamos a sacrificarnos por ellos, así chillen, así Diosdado se rasgue la guayabera o Maduro grite más alto, o como nunca lo ha hecho en su vida, en favor de su "Plan de prosperidad económica".

No vamos a marchar por quienes tienen tantas consideraciones con los "inversionistas" y tan pocas con el resto de la sociedad, con los pensionados y jubilados, con los trabajadores, con los niños de la calle y los enfermos de alto riesgo y los otros, con los presos de PDVSA y militares confinados. Si son socialistas, ¡pues carguen con el morral de sueños y llévenlo a todas partes para hacer las cosas!, no lo usen únicamente para sus arengas gastadas, hueras, para mentir.

¡Otra marcha! Esta vez para defender a Conviasa: si siguen así tendrán que convocar una por cada declaración de los voceros de la Casa Blanca, habrá una marcha por cada malacrianza de Guaidó o de Trump. No se dan cuenta de cómo gastan a la gente, cómo gastan las herramientas de lucha social en boberías, esas convocatorias pierden cada vez más su sentido de combate político, su pegada, son más como tirar un golpe al vacío, esfuerzos perdidos. De "pueblo en la calle", pasaron a ser puestas en escena para la prensa, para la foto. El gobierno manipulador de maduro terminó apelando a la misma fábrica de mentiras que ha usado siempre la derecha Guaidó (la marcha de Maduro al Cuartel de la montaña, con militares y milicianos, unos mandados y otros pagados, justificada con la formulita del "pueblo en armas").

Por lo único que estamos dispuestos a marchar o hacer sacrificios, y de forma definitiva, es por hacer cambios profundos a la sociedad, cambios sobre la propiedad capitalista y cambios políticos al sistema clientelar y burgués, el mismo de toda la vida. La economía, la educación y el sistema democrático; propiedad social de la producción, educación masiva y salud a todos los niveles y democracia popular, poder popular desde la base de la sociedad.

Estamos dispuestos a pasar hambre si podemos influir en las decisiones que involucran a nuestro futuro como sociedad, no para que un grupito de pícaros se reúna en secreto con otros pícaros para repartirse el botín de la renta petrolera o algunas cuotas de poder (de un poder que no puede, manso al capitalismo) en el mismo sistema electoral burgués, insulso, fatuo, que simula tu poder de decidir en un ritual carnavalesco cada tanto tiempo.

Mientras el gobernó no rectifique su política económica y no abra el país a un debate público sobre los errores cometidos y las posibles soluciones dentro del marco político de la revolución, del Plan de la Patria de Chávez – un programa incumplido por Maduro y falsificado por Maduro –, nosotros no vamos a sacrificar nada ni vamos a marchar, vamos a seguir criticando y denunciando las desviaciones, las traiciones al proyecto original de Chávez, los negocios turbios, la privatización de PDVSA y demás empresas estratégicas del Estado, el desastre el Arco Minero, la entrega de nuestra soberanía política y económica. Nada justifica tanta incapacidad, flojera y postración al capital.

¡Viva Chávez!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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