Cuando oímos esta semana la intervención de la señorita Condoleezza Rice, Secretaria de Estado de Estados Unidos, durante la XXXVII Asamblea General de la OEA, celebrada en la Ciudad de Panamá, de inmediato nos dimos cuenta que Washington venía a liquidar internacionalmente al Gobierno legítimo del Presidente Hugo Chávez Frías. Pero, ella sólo alcanzó a hacer el ridículo ante el mundo.
Bush y Rice buscaban una sanción, un pronunciamiento o al menos la designación de una comisión de la OEA que viniera a agraviar el impecable desempeño de Venezuela en materia de libertades civiles, libertad de expresión y observancia impoluta de los Derechos Humanos de los venezolanos y las venezolanas.
Hoy sí se respetan los DDHH en Venezuela, solo hay que revisar los partes de guerra generados por las manifestaciones estudiantiles y las persecuciones políticas de las décadas pasadas. Cientos de estudiantes heridos y muertos y otros cuantos encarcelados. Ahora, son los policías y la Guardia Nacional quienes reciben castigos severos.
La representante imperial pretendió imponerles a sus “hermanos menores” del Hemisferio, el Mandato de su gobierno que pretendía ordenar una comisión interventora que viniera a Venezuela a “analizar” el caso RCTV. Eso no estaba en agenda, --pero a ellos, eso no les importa--, y además quiso Rice, dictar cátedra de democracia a la americana. Ella invocó el Artículo 18 de la Carta Democrática para avalar tal petición. Contrariamente, con dicha actitud, la Canciller estadounidense tan solo denotó ignorancia supina mezclada con prepotencia y doble moral, pues cualquier persona que solo le de una lectura rápida al referido texto, deducirá que eso era improcedente.
Notificó también la representante de Bush, que en Venezuela no hay libertad de expresión, ¡que cinismo!, cuando todavía se oyen los aterradores gritos de los periodistas que fueron salvajemente apaleados y pateados como animales por la policía de los Ángeles, California, hace tan solo dos semanas. La policía arremetió criminalmente contra una marcha pacífica empleando prácticas represivas, generalmente adosadas a culturas tercermundistas. El universo entero lo vio y es testigo de excepción de esos hechos.
Por su parte, nuestro Canciller Nicolás Maduro, acertadamente ripostó denunciando la ingerencia inaceptable de los EEUU, y recordó a los presentes esa vergüenza de la modernidad imperialista; el “muro de la indignidad”. La Administración Bush ha construido esa valla al mejor estilo aparthei, para evitar ser contaminados por los marginales latinoamericanos. De igual manera, Maduro les hizo advertir su inmoralidad al hablar de DDHH, al referirse a los miles de detenidos en las mazmorras de Guantánamo-Cuba, sin juicio ni derecho a la defensa. Nadie sabe quienes son, ni como llegaron allí.
Si hilamos los hechos de violencia de los últimos días en Venezuela, protagonizados por jóvenes estudiantes –encauzados por actores políticos oposicionistas de nuestro país--, y los colocamos frente a la indecente propuesta de Rice, podríamos lógicamente especular que todo esto forma parte de un plan orquestado y dirigido desde los EEUU, que busca desestabilizar nuestro gobierno, que discurra en un golpe suave, al estilo de las revoluciones de colores; verbigracia, Ucrania y Georgia, entre otras.
Pero lastimosamente para los imperialistas y los cipayos locales, la fuerza pública nuestra ahora es diferente, y no pudieron mostrar muertos ni heridos que dieran base a su petición. Además, los pueblos de América Latina tampoco son los mismos, pues despertaron y no se arrodillan ante nadie así les den limosnas. La Asamblea General de la OEA no dio cabida a ensayada maniobra intervencionista.
Pero hay algo más, el imperio norteamericano no quiere entender, que el pueblo venezolano no permitirá una intervención extranjera, es más, estoy convencido que reaccionaría con firmeza y eficiencia en una acción de resistencia patriótica, sí se atreven.
*Presidente del Fente Civico Militar Bolivariano
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