La última denuncia de Eva Golinger en La Hojilla sobre la penetración estadounidense en Venezuela a través del financiamiento a organizaciones de la llamada sociedad civil (¿cuál será la sociedad “militar”?), dá cuenta de unos 16 mil dólares (36 millones de bolívares) que la ONG (¿?) ASODISAMAR habría recibido para “el afianzamiento del liderazgo democrático en comunidades del estado Sucre” (más ¿?).
Como quiera que el camarada Mario Silva pidió luces sobre ¿Qué es Asodisamar?, me permito, sin que ello implique juicios de valor contra sus miembros y preceptores, informárselo. (Hasta donde yo conozco).
Asodisamar es la Asociación Para el Desarrollo Integral de Santa María de Cariaco; ente de pretendido sustrato comunitario impulsado por los hijos ausentes de ese poblado del municipio Ribero. Obviamente, sus propulsores y directivos, en su gran mayoría, son parte de esa clase política y económica devenida de la Cuarta República; fundamentalmente “dueños” eternos de un espacio de poder donde la plata, la influencia y el desmadre antipopular corrían a granell: La Asamblea Legislativa (hoy Consejo idem) del estado Sucre.
Pero hay un detalle: Asodisamar tiene sede permanente en Cumaná, por lo que su presencia interaccional no se limita a Santa María de Cariaco. Entiendo que periódicamente se reúne su directiva en la ciudad capital, y allí discuten la búsqueda de apoyo; planes y programas, y los retos del futuro.
Actualmente el personero más activo en la asociación es el dirigente de Acción Democrática (exsecretario regional de Organización, expresidente del Concejo Municipal de Cumaná, exdiputado, extodo) Ramón David Ordaz, Psicólogo de profesión. Vále decir que “Ramón David” (como se le conoce) es un contagiante personaje cuyo empuje y prosapia mil-kilométrica convierten en oro lo que es de humo. Hiperactivo, hiperkinético, hiperconversador, su “apostolado” vá siempre “en función de mejoras para su pueblo” (natal); y en ello es capaz hasta de parar firme a un policía acostado. Es decir, que si es un agente del Imperio para la conspiración, y no lo dudo, sabe hacer bien su trabajo (¿psicólogo al fin?...).
Lo otro interesante es que con el poblado de Santa María de Cariaco ocurre algo raro. Tuve la oportunidad de “enamorarme” de esos parajes tan exóticos, y, sin exageración, puedo decir que por allí hay algo que le interesa al Imperio. Hay algo que ellos están cuidando. ¡No sé!… (¿Me explico, Alicia Pacheco?...).
En primer lugar, la presencia muy activa de una congregación religiosa de Monjas, no muy común en la mayoría de los poblados, dá piquiña. (Por supuesto…, no es que digamos que las “hermanas” desandan al Diablo, sino que “sus amos” del más allá, por ser monarcas de una cúpula católica –sí- endiablada contra Chávez, y sabiendo uno las conexiones imperiales que esa cúpula mantiene, les deben estar ordenando “un trabajíto” especial, no muy santo, por cierto).
Asombrosamente, Santa María de Cariaco es, territorialmente hablando, el mero centro del estado Sucre; por lo que se conecta rápidamente con el Parque Nacional Guácharo (Sucre-Monagas), la Represa de Clavellinos y todo el resto de nuestro estado; amén de que ejerce dominio sobre toda la geomorfología vegetal, hídrica, mineral y humana (subsisten allí los aborígenes Chaimas) que forman todo el macizo montañoso de esa zona.
Razón tuvo Santa María de ser un emporio económico durante dos siglos. Allí se instalaron grandes contingentes migratorios europeos, y su actividad productiva era incluso sacada al exterior por vía del Muelle de Cariaco, quizás el puerto más influyente en todo el Caribe para el siglo 19. Es por ello que ir a Santa María es conectarse con todo un pasado de añoranzas y contraculturas que no se siente sino en las metrópolis de mayor raigambre imperialista durante el dominio colonial (Lima, Bogotá, Santo Domingo, La Habana, etc,).
Algo está cuidando allí el Sr. Bush; y no me extrañaría que fuesen reservorios naturales o legados indígenas no conocidos por nosotros. Ojalá una investigación seria pudiera decírnoslo, para lo cual propongo al antropólogo Luís Adonis Romero, al naturalista Celestino Flores, al historicista Ramón Yánez y al sociólogo Ricardo Monsalve.
Así que si el fraterno Ramón David Ordaz puso a Asodisamar en el ojo del huracán; recibiendo, nada más y nada menos, que financiamiento del gobierno imperialista más dañino y poderoso de la Tierra, en toda esta escalada de conspiración para acabar con la revolución bolivariana, sus “razones” tendrá. Uno entiende que Santa María de Cariaco haya llegado como referencia cultural a la Academia Venezolana de la Historia; pero de allí, a aparecer en las nóminas de pago del todopoderoso Ministerio de la Defensa norteamericano, es una vaina que a los "empobrecidos” habitantes de esa ultraolvidada población del estado Sucre les costará digerir. (¡Créo en DiósPadre!...).
(jeramedi@yahoo.es)