El rey (desnudo y pajudo) hospitalizado

Lo llevaban al avión e iba profiriendo incoherencias, y pidiendo que lo sujetaran: “El gorila de los llanos venezolanos, venirme a mí con irrespetos. Debía saber que el rey de las Españas estaba allí por mandato también divino. Desconociendo este negro que fue por nosotros por lo que él y América tienen vida, tienen lengua, han sido reconocidos como seres asimilables a la civilización. América que nos lo debe todo; un mono, ¡por Dios! Tener la desvergüenza de irrespetarme. Un liberto. Un puerco mulato, por favor, llámenme al médico, y pásenme agua de las Batuecas, y las pastillitas esas del suizo que ni ya ni coño sé cómo se llama…, la colonia para los sofocos y reuma. Le trajimos la santa palabra castellana al mono ese para que con ella viniese a insultarme, qué ironía, Señor. Vaya por Dios.... Por favor, sí, sí, bueno, algo, algo de coca cola también. Yo le había dicho a Zapatero, y en eso le fui muy claro, porque desde que a Leticia la ofendieron en España, yo no quiero exponerme más a insultos. Yo le dije a Zapatero: y el mono no nos vendrá con alguna impertinencia, porque mire, que con lo de Leticia he tenido bastante. Pero Zapatero, seguro, tentetieso, que si la democracia del Tercer Mundo nos admira y respeta, que si un préstamo para tratar el agua de los salvajes…; vaya, vaya, Dios mío… y el Daniel Ortega, inmundo grosero; última cumbre, señor, América es demasiada ingrata y razón tenía mi pariente Fernando VII, que bordaba a las mil maravillas: lo que nace remendado ni que le cojan las cuatro puntas y lo forren con faralaes. Sí, las pantuflas. Díganle a Sofía que me volvieron a salir los meados verdes; sí que llame a Malta, Ay, qué se yo, ¿y ahora cómo salgo del laberinto en que me ha metido este mono? Murdoch, sí la prensa tiene que tener mucho cuidado al tratar este asunto. Sí, claro, yo le pedí que se callara; “Por qué no te callas”, fue lo que dije. Eso se lo dice el Papa todos los días a sus cardenales. ¿Acaso uno no se lo puede decir a sus súbditos? Sería el colmo. Algo muy simple que no merece la menor importancia. En fin, así somos nosotros los españoles, los hijos del Cid Campeador. Nada más, que me indigné y perdí las témporas que están en el culo, ¿Y qué, también los reyes nos sublevamos? Sí, ajá, cuá, cuá, qué más puedo hacer…”

Se echó el rey acostado, algo parapléjico, sudando frío, y pidió mirar una película de sus últimas cacerías. Con los labios temblorosos recibió el athol, pidió más huevos escaldados, un poco de chupé, tres piernitas de cordero, perdiz a la vinagreta, alubias con matanza, y para beber coca cola, pues el rey no pasa el vino.

Al rey asesino de osos (le encanta salir a cazar osos) Chávez le jaló el camisón y lo mostró en cueros, tal cual es y como ha sido siempre: vulgar, fofo y pendejo. Ese rey que también va para el infierno y que se hizo el sueco cuando le entregó el Premio Rey de España a Patricia Poleo y a Venevisión (a sabiendas de son par de terroristas), por encargo del supersodomizado y ultraderechista Pero J. Ramírez. También este rey controla todos los titulares del diario “El País”, y Polanco, el fallecido dueño de este medio, jugaba ropilla con la pareja real. Realmente que a nuestro Presidente lo que le faltó fue recordarle aquella famosa frase del Libertador: “Si a los españoles los vimos grandes fue porque lo hicimos de rodillas”.

Cuando el rey, tembloroso y fatigado, pero con la barriga llena, se veía cazando en Alemania, con sus perros falderos, con sus cachorros, casualmente en ese momento le llamó Alan García para expresarle el inmenso dolor por los desgarros causados a su altísima investidura por el gorila en funciones de gobierno en las selvas miserables de Venezuela: “No solo usted, alteza; no solo usted: Yo también, Insulza, César Gaviria, Uribe en tres ocasiones, Menen, Cardozo, Gonzalo de Lozada, Ricardo Lagos, Lucio Gutiérrez, el Premio Nóbel de la Paz de Costa Rica Oscar Arias, Felipe Calderón, Fox, Bush, a todos los obispos de América; a todos los empresarios de América. Faltaba usted alteza, faltaba usted y le han dado en la crisma de su prístina corona, ¡qué animal más desmadrado!… Ahora prepárese porque por lo menos, durante meses, y por todos lados, le dedicará algunas fogosas prenditas a su inmarcesible persona…”

Hay que tener presente, que cuando el rey bobo de Juan Carlos Borbón y Borbón y mil veces BOBO, vino a Caracas en julio de 1987, para la celebración del Bicentenario del Nacimiento de Simón Bolívar, tuvo los repugnantes nísperos, en todas sus palabras de negarse a llamar Libertador, a nuestro PADRE DE LA PATRIA. Entonces Herrera Luque protestó furiosamente por esta afrenta, en un programa por Venevisión que dirigía Sofía Imber. Que tal conducta, dijo Herrera Luque, constituía una insólita ofensa para el pueblo venezolano. El entonces presidente Jaime Lusinchi de los más tiernos cachorritos del imperio, se quedó callado, tragándose esa humillación, que también se nos hacía, claro, a todos los venezolanos.

Ahora viendo al viejo canalla de este rey sinvergüenza y asesino, vago y torpe, decirle a nuestro Presidente que se calle en la cumbre Iberoamericana en Chile, realmente que es como para que se subleve la América entera contra soberbia mierda. Deseé encontrarme frente a su mendaz mole de chorizos para decirle: “Usted no es un mandatario sino un florero chino en esta reunión, anciano malévolo y ridículo. Pídale a España si lo acepta o no rey, ¿cuándo usted ha sido elegido mandatario de algún lugar por votación popular?”

Lo impensable fue ver lo que hizo Rodríguez Zapatero, un tipo que dice ser socialista, salir en defensa del caballerito fascista de José María Aznar. Zapatero pedía respeto para un hombre que había apoyado un golpe de estado contra Venezuela. Zapatero pedía respeto para un hombre que todos los días está ofendiendo a nuestro Presidente, y que está organizando una internacional de ex presidentes para atacar todos los días a nuestro país, a nuestra revolución. Españolinos y gachupines del carajo, contad con la muerte si aún de veras creáis que tienes un rey que os representa.

Pero después vino la arremetida de Daniel Ortega como dijimos, lo que hizo primero que el rey se fuera de culo, le bajara la tensión arterial y saliera en volandas al baño con su séquito de cachorros, para que lo limpiaran.

Ahí tienen pues, los españoles, la catadura del rey que se gastan. A su rey enteramente desnudo. La catadura de su soberbia, de su descomunal petulancia y la barbarie de sus fofas y mofletudas carnes: mandando a callar a un presidente amado por millones de seres de América Latina. Qué irá ahora a decir este rey bobo en su país, ¿que lo han insultado?, ¿que lo han meado?, ¿que le han escupido en sus magnánimos carrillos?, y que lo hizo un mulato, un macaco, un bicho de esos que ellos antes tenían esclavizados.

Si el rey ha resultado deprimente, qué decir de Rodríguez Zapatero, defendiendo al papaito de Rajoy, el hombre que todos los días lo patea y lo abofetea. Claro, la derecha europea, tan mierda o quizá más mierda que la norteamericana, ahora dirá que Zapatero se ha portado a la altura de la gran España, CARA AL SOL, Rodríguez Zapatero ha defendido la dignidad de España, la dignidad de los porqueros como Pizarro, la gloria de los Boves, de los Tizcar, Zoazola y Calzada.


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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