Cuando niño me asustaron, diciéndome que se acabaría el mundo por el paso del Cometa mas famoso que surca nuestro cielo, el Halley, y la vida siguió su curso, he tenido la oportunidad de ver el comienzo de un nuevo milenio, al igual de vivir en dos siglos diferentes.
Ha pesar de ser partícipe de estos acontecimientos, algo me decía que no era suficiente.
Al igual que yo, seguramente todos sentimos ese sentimiento que tal vez nos reclama nuestra historia, para sentir la alegría de reconocer que vivimos ese momento.
Pero ese momento no llega nunca, y un grito de justicia oprime nuestra alma y nuestros ancestros esperan.
Esperan ese algo, para poder descansar en paz de una vez y para siempre.
Es como si nuestras raíces, nos reclamaran en el tiempo, nuestro cómplice silencio.
En los colegios y escuelas de nuestra tierra, nos inculcaban que Colón descubrió América, que gracias a La Pinta, La Niña y La Santa Maria dejamos de ser indios, cuando en realidad la verdad era otra.
Colón fue un ambicioso navegante génoves, que convenció a la Reina para encontrar una ruta mas corta para llegar a las indias.
Colmó las carabelas de ex convictos, aventureros y piratas, echando a la mar.
Ya que para esa época era casi suicida esa aventura, navegar hacia lo desconocido.
Ese fue el comienzo del saqueo más grande que haya existido en la humanidad, en cuanto a riquezas y uno de los más grandes genocidios que el mundo conoce.
Los presidentes de turno de nuestra América latina, en la historia de los tiempos de todos los tiempos se hicieron ricos a costilla de saquear y robar impunemente, mientras inundaban de miseria a los pueblos. No conforme con ello nos obligaron a rendir tributo a los asesinos de nuestra historia
El holocausto, el tristemente episodio de la muerte de millones de judío, queda pequeño, ante aquel intento de exterminio de nuestros ancestros, de parte de la Corona Española.
Jamás, Rey alguno de España tuvo la valentía, ni el coraje, ni la dignidad, de pedir perdón a los pueblos latinoamericanos.
Por eso les digo...con un sentimiento profundo de conciencia y justicia, hacemos un llamado al Rey de España, para que se pronuncie al respecto, en este momento en el cual exigen respeto de parte de nuestro comandante, cuando valientemente hecho afuera una verdad inocultable, mientras ustedes pretenden mantenernos por toda la eternidad en una cruel mentira disfrazada de verdad.
Recordemos que el Papa Juan Pablo II con sus virtudes y defectos, tuvo la valentía de pedir perdón al mundo, por la época de las Cruzadas y la inquisición de parte de la iglesia.
RESPETO, PARA SER RESPETADOS.
(...) Dejando de lado, lo que dijo nuestro comandante y lo que no dijo, nos queda una triste reflexión, el hecho vergonzoso de aplaudir las palabras de Zapatero al concluir las mismas. La misma que nos deja una tristeza profunda, al comprobar que muchos mandatarios se siguen creyendo colonias de la Corona, cuando lo razonable hubiera sido guardar silencio.