II Aniversario de la Gran Victoria contra el sionismo

¡Soy de partido de Dios... Hizbollah!

La cúpula sionista que gobierna el estado de Israel, desde su fundación en el año 1948, se trazó como meta la expulsión de todos los aborígenes no Judíos de las tierras de Palestina, tomando como cortina de humo el holocausto judío de la segunda guerra mundial, cometido por los nazis, sumado a su poder económico y mediático.

Han chantajeado a la opinión pública internacional como las víctimas eternas. Hoy estas víctimas se transforman en victimarios, pareciera que superaron con creces los atropellos cometidos por Hitler. Esta reflexión es parte de los artículos publicados en la página Web de aporrea y otros medios de prensa nacionales e internacionales con motivo de la alevosa agresión Israelí al hermano pueblo del Líbano del año 2006, de fecha:26-06-06 titulado “Soy del Partido de Dios Hizbollah” y “Hizbollah conciencia del Pueblo Árabe” de fecha 27-07-06, en los cuales este autor, en un ejercicio de ficción periodística manifiesta su afinidad política e ideológica con la lucha del pueblo Árabe-Palestino, asumiendo sin miedo nuestra vinculación histórica y de lucha revolucionaria con el Movimiento Hizbollah, también conocido como Partido de Dios.

Para ese momento describimos al colectivo del Hizbollah como, no solo la resistencia en armas del pueblo Libanés, sino también la expresión de un pueblo creyente, donde confluyen hermanos de diversos países, unidos en trabajos sociales de carácter medico-asistencial, educativo, laboral y productivo a favor de las mayorías pobres del Líbano; dando como resultante su representación en el parlamento Libanés.

Desde hace ya largo tiempo la hermandad del Hizbollah, se preparó concientemente para la confrontación militar, con las hordas sionistas, luego de la última agresión al Líbano y el fin de la guerra civil. Este criterio ha sido refrendado por la práctica desarrollada a dos años de la agresión Israelí; los integrantes del Hizbollah han asumido la reconstrucción de la zona sur del Líbano, arrasada por la arremetida sionista; las familias regresaron a sus pueblos y ciudades a sabiendas de los daños ocasionados por los bombardeos de la aviación y artillería Israelí y el peligro de los explosivos sin detonar, teniendo a su lado a los combatientes del Hizbollah, como único respaldo.

La ayuda internacional se quedó corta debido a la magnitud de los daños; junto al silencio cómplice de los organismos internacionales, ha quedado en entredicho, todo el andamiaje internacional como el Tribunal Internacional de la Haya, la Liga Árabe, Conferencia Islámica, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cierran los ojos ante los desmanes del asesino sionista. Éstos, son los mismos que gustan de calificar y descalificar al resto de los países, inventar “ejes del mal” y aplicar sanciones y bloqueos como el caso del programa nuclear de la hermana República de Irán, a la cual se le presiona para que abandone dicho programa, que de manera soberana y legítima ha desarrollado este digno pueblo, reiterando el carácter pacífico del mismo.

No sucede lo mismo con el arsenal nuclear del estado Israelí, del cual no se sabe nada y se calcula que sobre pasa los ciento cincuenta (150) proyectiles con capacidad nuclear, como lo manifestara el ex presidente norteamericano Jimmy Carter, lo que implica que los israelíes están en capacidad de exterminar a la humanidad.

El presunto atentado a las torres gemelas del 11 de septiembre de 2001, proporciona al departamento de Estado norteamericano, la excusa perfecta para arremeter contra toda manifestación contraria a los intereses de la casa blanca y del clan de los Bush, en cualquier parte del mundo con la llamada “guerra internacional al terrorismo”. Bajo esta premisa se ha violado el Derecho Internacional, invadiendo a los pueblos de Irak y Afganistán; desatando la guerra mas cruenta que conozca la humanidad hasta ahora, donde solo en Irak ya van más de un millón de victimas en su mayoría civiles. Con la égida de la lucha contra el terrorismo, los capos de la casa blanca se reservan el derecho a intervenir, a invadir y aniquilar físicamente a todo aquel que sea considerado como terrorista.

Dentro de esta estrategia se considera el reacomodo del medio oriente, tal cual como lo conocemos. Países como Siria y el Líbano desaparecerían y el Estado Palestino sería una especie de provincia de Israel. En los objetivos del imperio está el asegurarse el suministro petrolero de la península Arábiga con la construcción de varios oleoductos y la pacificación de la zona a sangre y fuego ejecutada por el ejército israelí, junto a la conformación de estados dóciles y rendidos como Arabia Saudita.

Las guerras de cuarta generación forman parte del arsenal contra el terrorismo, siendo el miedo que degenera en terror, una de sus manifestaciones más concretas y difundidas; para tales fines el departamento de Estado norteamericano ha desarrollado toda una plataforma de guerra sicológica, conformada por las grandes empresas transnacionales de la comunicación entre las cuales podemos citar: CNN, FOX, las agencias de prensa EFE, DPA etc., con sus respectivas réplicas a nivel continental y nacional, como el diario El Tiempo de Bogota-Colombia y el diario El Nacional en Caracas-Venezuela; la tarea principal de estos aparatos es hacer tangible a nivel local la guerra contra el terrorismo.

Partiendo de la orientación de la CIA y la Casa Blanca, se establecen blancos mediáticos, para ser incluidos dentro de la gama de grupos terroristas, lo que puede ir desde un ciudadano o ciudadana, grupo institución o Estado. Basta que sea señalado para ser blanco del terrorismo mediático y su declaración como enemigo de la humanidad y el mundo libre; para luego ser acusado ante las instancias internacionales controladas por el imperio norteamericano con sus jueces tarifados; con las respectivas sanciones internacionales, como el caso de Corea del Norte, la hermana República de Cuba y la pretensión de juicio a nuestro presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez y la más reciente olla mediática del departamento del tesoro norteamericano de congelar bienes inexistentes de dos compatriotas diplomáticos venezolanos en la República del Líbano; como presuntos financistas del Hizbollah. Se pretende someter al Estado Venezolano, a su Pueblo y su Gobierno al escarnio internacional y justificar cualquier agresión por parte de los paladines de la libertad, en otras palabras el Tío Sam.

No se trata de apoyar al Hizbollah, estos hermanos son una consecuencia lógica del espíritu de preservación de los pueblos y del derecho a su legítima defensa. Tanto la cúpula sionista de Israel y del Pentágono están exterminando con la especie humana. La próxima víctima puede ser cualquier pueblo y sobre todo si tiene petróleo.

En cualquier tiempo y espacio, donde surja la injusticia y la tiranía, habrá combatientes de Hizbollah, en el nombre de Alá grande y misericordioso, en el nombre de Jesús el Nazareno; surgirán hombres y mujeres dispuestos a luchar y dar su vida por los principios que guiaron a estos grandes ductores de la humanidad. No podemos ser indiferentes, a la tragedia del pueblo Palestino, ni de ningún pueblo. Es responsabilidad como ciudadanos del mundo y revolucionarios que somos. Vivan nuestros combatientes Liberados. Soy del Hizbollah.

Luís Salazar

Comunicador Comunitario

Correo: ambientv2002@yahoo.es


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Luís Salazar

Comunicador comunitario. Conductor del programa "Historia, Hechos y Protagonistas" en Catia Tve y Radio Libre Negro Primero. Miembro del Colectivo Somos Ambiente.

 lfsalazar5@hotmail.com

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