El matutino “Ultimas Noticias” de fecha 16 de abril, 2009, informó sobre las reuniones que sostendrá el Presidente Barack Obama con los líderes de las naciones al sur del rio Bravo. El titular del matutino decía: “Obama se reunirá con Unasur”. Pas mal! Dirían mis amistades afrancesadas pero mis camaradas “ñángaras”, seguramente, habrían titulado el encabezado: “Obama santifica al conserje del “patio trasero” del siglo XXI”. Al fin y al cabo, de eso se trata el diseño de la política que llevarán la Casa Blanca, el Departamento de Estado, la Secretaría de Defensa y el Pentágono, en santa comunión, a la Cumbre de Presidentes y Jefes de Estado a celebrarse en Trinidad.
Es evidente la diferencia en el diseño y en los tratos políticos del Presidente de los Estados Unidos de América hacia sus colegas europeos al que va a desarrollar durante la Cumbre en Trinidad. Cualquier estudioso y curioso de las políticas desarrolladas durante la expansión del capitalismo hacia la región asiática durante finales del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX, podría realizar un estudio comparativo de las políticas, acciones económicas, sociales, religiosas y militares de la expansión capitalista hacia el Imperialismo con las actuales actitudes, diseños y acciones de los países imperiales en decadencia hacia la consolidación de la Globalización post-crisis financiera como fase superior del Imperialismo.
La política exterior norteamericana se ha movido con cierta inteligencia aunque con el mismo “folletín”. La Cumbre Anual de Lideres Progresistas, celebrada bajo los auspicios de la Presidenta Bachelet, en Santiago de Chile, para decirlo conceptual-ideológicamente, una mini-Cumbre de la Internacional Socialista, que buscaba consolidar propuestas políticas diseñadas por los ideólogos socialdemócratas bajo el titulo: “Una respuesta progresista a la crisis global” con la asistencia de los altos dignatarios de Brasil, Argentina, Australia, Noruega, Chile, Gran Bretaña, España, Uruguay y el Vicepresidente católico, Joseph Biden. Todo su derecho a llevarla a cabo pero algo desfasada. Sin buscar polémica, seguro que los lideres de Brasil, Argentina y Uruguay pensaron más en sus políticas de Estado que en las realidades y las consecuencias de futuros acuerdos políticos a lo interno de la Región americana al sur del rio Bravo. Ello se pudo observar en los comportamientos y acuerdos alcanzados por los países suramericanos asistentes a la Cumbre del G-20 en Londres. Para decirlo con mayor claridad. Las actitudes y acciones de España en la Cumbre del G-20 estaban en concordancia con sus políticas pro-Imperiales y cercanas a las políticas del partido Popular español que a las supuestas adherencias históricas de la Corona española post-Independencia con sus tan añoradas ex-colonias. Debemos resaltar que el Gobierno de Felipe Calderón de los Estados Unidos de Méjico, no fue invitado a participar en el arriba mencionado tea-party chileno.
El muy reciente “shake-hands” entre Calderón y Obama y los discursos antagónicos de ambos dignatarios; el discurso de Calderón, preciso y puntual, mientras que las ideas propuestas por Barack Obama se circunscribieron al marco de las propuestas por la “paz democrática” contenidas en el marco del Acuerdo Mérida. La nueva política exterior norteamericana busca, seguramente, ir desmontando propuestas políticas antagónicas a los objetivos a corto, mediano y largo plazo de las políticas de recuperación de la economía norteamericana post-crisis financiera y otras. Aparte, asi mismo, el periplo que viene realizando por la Región la Secretaria Clinton es una muestra negativa a la intención de acercarse a cambiar, diseñar y llevar a cabo una reingeniería global de las relaciones del Imperio con su “patio trasero”. Es decir, “vamos a cambiar todo para que todo se mantenga según las políticas norteamericanas del siglo XIX”. Cualquier declaración en contrario, es decir, a favor de una lógica e interesante política de acercamiento de mutuo beneficio con la Región americana al sur del rio Bravo deberá contar, en primer lugar y obligatoriamente, con los factores de Poder en los Estados Unidos de América incluida la “nueva política” de las derechas norteamericanas más cercanas a las tesis fascistas que a las expresiones democráticas, representativa y participativa.
Pero analicemos con algo más de profundidad. Dice “Ultimas Noticias” que Barack Obama se reunirá, por separado, con los países del CARICOM, países cercanos a la Commonwealth, y, posteriormente, con los países del Sistema de Integración Centroamericana. Definitivamente, el florentino Maquiavelo estaría “gozando un puyero” si viviera en Washington en la actualidad. La nueva Política Exterior del Poder (Mûller Rojas dixit) norteamericano o como lo dice Raúl Castro, por la decisión del único partido político que diseña y ejerce política en los Estados Unidos de América, que al aprender de las pasadas reuniones de UNASUR y sus consecuencias, ha decidido que hay que aplicar la política de “divide y vencerás”, de ahí que Barack Obama se reúna por separado con los tres organismos regionales al sur del rio Bravo. Nada de extraño, nada de particular pero las realidades actuales de los pueblos y objetivos gubernamentales de los países al sur del rio Bravo, parecieran ser muy diferentes a las tradicionales-históricas con las que se han manejado los diferentes gobiernos norteamericanos y regionales en el pasado.
Resulta que como la “democracia representativa” y las “democracias participativas” son los referentes actuales en todos los países al sur del rio Bravo, los gobernantes, líderes políticos con aspiraciones a gobernar y los diseñadores de políticas sociales, económicas y nacionales van, necesariamente, en sintonía con las opiniones de los votantes en las elecciones en cada uno de los países de la Región; aparte, el llamado por las derechas, el “mal ejemplo” de Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Honduras, y países del Caribe Oriental y las realidades objetivas de la economía norteamericana son tres de las variables que están presentes en cualquier reunión de los países al sur del rio Bravo a pesar de Insulza y, por supuesto, estarán en la mesa de la Cumbre en Trinidad.
Pero hay un factor de discordia en las negociaciones que se sostendrán durante la Cumbre (si es que se sostienen conversas para alcanzar acuerdos). Ese factor se circunscribe a la obligante presencia de Cuba en el concierto de países americanos en cualquier reunión de toda la Región americana.
Es una propuesta elevada por todos los países conscientes de la Región americana al Gobierno de Barack Obama; pero es necesario y justo aclarar que ningún país de la Región americana le está rogando ni subsumiendo políticas al gobierno norteamericano en contrapuesta por el cambio de la política norteamericana hacia la normalización de su relación con el Gobierno de La Habana. Dejado en claro nuestra dignidad pasemos a desglosar las ideas implícitas en el texto.
En primer lugar, las declaraciones del Secretario General de la Organización de Estados Americanos –OEA- nos enseña que no hay intención real de discutir el tema en el seno de la Cumbre en Trinidad y nuestro criterio que tampoco discutirlo a posteriori ¿por qué? Sencillo, si el tema de elevarle al Gobierno de La Habana la solicitud formal de los piases miembros de la OEA a su reincorporación al seno de la OEA, ello implicaría, inmediatamente, la discusión de las razones ideológicas y políticas que llevaron a aquellos gobiernos de países miembros de la época a tomar aquella decisión en contraposición a la no-decisión hacia el Gobierno de la República Dominicana de aquellas circunstancias históricas. Es decir, ocurriría el “tsunami” ideológico-político regional del siglo XXI con posible impacto a nivel de los países del llamado Tercer Mundo.
Por lo expuesto, resulta, por demás, muy lógico que la nueva Política Exterior del Gobierno norteamericano esté implementando las políticas de Maquiavelo para alcanzar mantener las políticas de “patio trasero” pero del siglo XXI. Pero resulta que las realidades socio-económicas y políticas actuales de toda la Región americana incluyendo las realidades sociales a lo interno de la sociedad norteamericana se manifiestan activas y anti-imperialistas pero no anti-norteamericanas. Ese movimiento social que viene gestándose a lo largo y ancho del continente americano podría tener un impacto mucho mayor que las crisis sociales provocadas por las políticas norteamericanas ejercidas durante los Gobiernos de Johnson, Nixon y Reagan. Pareciera que el nivel de conciencia para distinguir entre lo ético y moral y las realidades consecuenciales de las políticas del Poder norteamericano tanto a lo interno de su propia sociedad como a nivel internacional junto al objetivo impacto de la Revolución Bolivariana y el ejemplo histórico del Gobierno de La Habana y la Revolución Cubana es mayor y más profundo que aquel tradicional manifiesto de los movimientos marxistas contestatarios y del socialismo real. La realidad socio-político-ideológica actual tanto en las generaciones de los años 60 como el “baby-boom” norteamericano y las expresiones de las juventudes de la “economía consumista” es, profundamente, mas diferente, aguerrida y comprometida con aspiraciones de entonces y de ahora donde el compromiso con la Madre Tierra es mayor, más profundo, diferente y mayor amplitud ideològica.
Consideramos que si el Gobierno de Barack Obama comienza a tomar decisiones de Estado estaríamos frente a cambios profundos a lo interno de las políticas norteamericanas; pero ¿podrá el Gobierno de Obama ejercer la magistratura del Ejecutivo con cierta independencia o podríamos estar, al conocer las actuales actitudes de las derechas norteamericanas, frente a situaciones del pasado histórico norteamericano? Esperemos en el equilibrio moral y ético de los factores de Poder.
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