“Morazán Vive, la lucha sigue”

Francisco Morazán (1792-1842), originario de Tegucigalpa, Honduras, fue un militar y estadista que desde su juventud se inspiró en los ideales de libertad e igualdad de los textos Rouseeau y Montesquieu, formándose políticamente desde la doctrina del liberalismo. Fue a su vez un consecuente luchador por la unión de los países centroamericanos, idea que se materializó en la República Federal de Centroamérica (1823 – 1839), conformada por Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica. Durante la existencia de la Federación de Repúblicas, ésta fue objeto de múltiples ataques, entre los que destaca la avanzada del coronel Justo Milla que derrocó al presidente de Honduras, Dionisio de Herrera en 1827. El 11 de noviembre Morazán enfrenta al coronel Milla y sus tropas, derrotándolo en la Batalla de la Trinidad y asumiendo la jefatura de Honduras el 27 de noviembre del mismo año. En los años siguientes, el proclamado General Francisco Morazán gozó de reconocimiento por sus hazañas libertadoras, lo que le llevó a organizar en 1828 una avanzada junto a grupos de El Salvador, confrontando esta vez a la ocupación dirigida por Manuel José Arce, protector de los grupos opresores, terratenientes y comerciantes salvadoreños.

Es así como en 1828 cede la magistratura de Honduras y comienza a organizar la avanzada militar que aglomeró grupos hondureños, salvadoreños y nicaragüenses, conformando una fuerza que de manera victoriosa hizo frente en julio de dicho año a las tropas de Arce las Batallas de El Gualcho, San Miguel y Ahuachapán, avanzando indeteniblemente hasta San Salvador, ciudad que lo consagró como Libertador en octubre del año 1828.

La siguiente trinchera la representaba Guatemala, que contaba para entonces con un gobierno conservador. En el año 1829 se sucedieron en territorio guatemalteco múltiples batallas, destacando las de San Miguelito y Las Charcas. Finalmente, el 13 de abril hace entrada triunfal en Ciudad de Guatemala, exilando a las autoridades ejecutivas y su régimen conservador y a las autoridades religiosas, que imponían a la población el pago de diezmos y obligaciones como las de ceder a la iglesia las primeras cosechas de los campesinos. En el mismo año 1829, el General Morazán es electo presidente de Guatemala.

A partir de 1838, las pugnas entre liberales y conservadores, estos últimos a favor de los intereses oligárquicos y un sistema defensor de las desigualdades, fue erosionando la idea integracionista y conllevó al debilitamiento de la Federación, hasta su desaparición en 1839.

La vida de Francisco Morazán culmina trágicamente. El 11 de septiembre de 1842 es traicionado por Pedro Mayorga, quien ayuda a los conservadores a detenerlo, siendo apresado junto a otros generales liberales. El 15 de septiembre es juzgado sin derecho a la defensa y condenado a muerte por fusilamiento. Esa misma tarde redactó su testamento señalando: “Declaro que mi amor a Centroamérica muere conmigo”. Pocas horas después, gallardamente descubrió su pecho frente al pelotón de fusilamiento y dio la orden de su propia muerte. Su voz firme gritando “preparen armas, apunten, ¡fuego!” aun retumba en Centroamérica.

Hoy su ideal libertario es más fuerte que nunca.


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Oliver Reina

Gerundiando: Haciendo, revolucionando, sintiendo, leyendo, escribiendo, escuchando, acompañando, conversando, CREANDO. Ah, y pichón de y que fotógrafo

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