Romeo Orlando Vásquez Velásquez fue Jefe del Estado Mayor Conjunto del ejercito de Honduras hasta su destitución el pasado 24 de junio, luego de negarse al reparto del material electoral para la encuesta prevista para el 28 de junio, tal como lo ordenó el Presidente Manuel Zelaya. El desacato a la orden presidencial lo intentó justificar bajo la falsa premisa del carácter inconstitucional de la encuesta por su supuesto carácter vinculante.
Este militar, quien recibió en la Escuela de las Américas entre los años 1976 y 1984 instrucción ultraderechista y promotora del imperio estadounidense en Latinoamérica, es uno de los principales responsables del golpe de Estado perpetrado en Honduras. Junto a otros sectores militares como el de las fuerzas aéreas comandadas por Luis Javier Prinzo Suazo, quien renunció una vez oficializada la destitución de Vásquez Velásquez, secuestró en una base aérea el material electoral con el que se llevaría a cabo la encuesta por la Asamblea Constituyente. No por casualidad, Prinzo Suazo también se instruyó en la Escuela de las Américas. A pesar del carácter ilegal de sus acciones, el Congreso hondureño se pronunció en contra de la destitución de Vásquez Velásquez. Congreso no por casualidad poblado de diputados de derecha y presidido por hoy el autócrata de facto Roberto Micheletti.
Por ello Vásquez Velásquez es mantenido por el régimen de facto al frente de los sectores militares que secundan las acciones golpistas en Honduras y es el responsable de ordenar las acciones represivas en contra de la población civil desarmada que exige la restauración de la democracia y la vuelta al poder del Presidente Zelaya, con un saldo que ya acumula muertos e innumerables heridos.
Pero el prontuario de este nefasto personaje no comienza con el golpe militar. Se remonta al año 1993, cuando en febrero fue detenido por ser uno de los dos militares pertenecientes a la denominada “banda de los 13”, acusados del robo de vehículos de lujo en Tegucigalpa, Honduras. La banda estaba conformada por el Coronel Guillermo Leva Cabrera, el para entonces Mayor Vásquez Velásquez y 11 civiles, acusados de robar y exportar más de 200 vehículos lujosos, vendiéndolos incluso a diputados del Congreso hondureño de la época, el mismo Congreso que aprobó la designación de Vasquez Velásquez como Jefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, que rechazó su destitución por desacato a las órdenes del Presidente Zelaya y que hoy avala el irrespeto a la Constitución hondureña.
Años más tarde, los archivos que conformaban el expediente que lo inculpaba fueron hurtados de los tribunales donde reposaban, en un claro intento de borrar cualquier evidencia incriminatoria. Pero en la prensa de entonces quedó testimonio de las actividades delictivas de Vásquez Velásquez, en especial las reseñas del diario La Tribuna y El Heraldo, hoy furiosos defensores del régimen de facto instalado en Honduras.
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