¿Quién los entiende?

El portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Ian Kelly, declaró “… Nos preocupa en general el deseo manifiesto de Venezuela de incrementar su arsenal armamentístico, que creemos que plantea un serio desafío a la estabilidad de América Latina…”. Simultáneamente (¿casualmente?), “El ex jefe de gobierno José María Aznar respaldó… un acuerdo militar entre Colombia y Estados Unidos para la lucha antidrogas, y dijo que hay evidencia entre el narcotráfico, los grupos terroristas colombianos y algunos países del entorno (¿Estará metiendo a Brasil en el mismo saco de gatos?). Es exigible que se respete a Colombia cuando toma decisiones sobre su propia seguridad, independientemente de la forma que las tomen”.

A Aznar, portavoz del poder mundial, sólo le faltó declarar algo más o menos así: “Hemos realizado todos los esfuerzos posibles para vincular al gobierno de Hugo Chávez con los grupos guerrilleros y el narcotráfico colombianos; todas las pruebas que hemos requerido y continuemos necesitando en los próximos diez años, las obtendremos del súper computador de Raúl Reyes. Colombia es el principal proveedor de la droga que consume Estados Unidos y no vamos a permitir que Venezuela continúe interceptando los grandes envíos que toman esa ruta, con el objetivo primordial de involucrarla. Nos molesta mucho, no sólo que los capture, sino que presuma de ello y haga ver a la DEA como un parapeto ineficiente.

“Le exigimos al mundo que respete la libre decisión de Colombia de solicitar la desinteresada protección de los Estados Unidos para que el negocio no se caiga; pero reiteramos nuestro deber de advertir que el armamento adquirido por Venezuela es sólo para amedrentar a sus vecinos, pues bastante veces le hemos dicho que podemos cuidarla tan sólo con permitirnos establecer suficientes bases como para controlar el Atlántico, el Caribe, el Pacífico y la Amazonía, para que no aterricen los extraterrestres y se apoderen de los recursos naturales de la zona, porque hace tiempo que eran nuestros; hasta que Chávez nos acabó la fiesta y otros siguieron su mal ejemplo”.

La declaración de Kelly, puede leerse entre líneas como: “Nos preocupa en general el deseo manifiesto de Venezuela de incrementar su arsenal armamentístico, pues creemos que plantea un serio desafío a la estabilidad de América Latina; ya que el presupuesto aprobado por el Congreso de nuestro país no nos permite instalar más de siete bases por ahora, las cuales no serán suficiente para consolidar el cerco a su alrededor y proceder al Plan Gamboa, el cual nos hemos visto obligados a posponer en varias oportunidades, y es muy costoso elaborar uno nuevo.

“Mientras solicitamos recursos adicionales, el petróleo incrementará su costo, de tal manera que al instalar las nuevas bases, Chávez tendrá cómo adquirir más armamento y creará un nuevo desequilibrio. Lo grave no es que compre armas, sino que los vendedores no seamos nosotros, ya que nuestra economía es de guerra y podría surgir otra grave crisis que ponga fin a nuestro plan de apoderarnos de todos los recursos del planeta. Antes ocultábamos nuestras aspiraciones; pero, llegó Chávez y las mostró abiertamente; ahora no creen en nosotros ni nuestros mismos ciudadanos”.

En conclusión, la “lógica” del poder mundial es que Colombia no debe dar ningún tipo de explicaciones sobre las bases militares, porque es una nación soberana; Venezuela debe entregar un mapa detallado de su sistema de defensa; porque está sometida a una tiranía. Colombia no compra aviones, se “los ceden” para detectar los centros de producción de droga; Venezuela los compra para transportarla. Los misiles de Colombia son para derribar los aviones de los narcotraficantes; los de Venezuela, para atacar a sus vecinos. Los radares de Colombia son para detectar el acercamiento de naves extraterrestres; los de Venezuela, para guiar los aviones de los narcotraficantes. Las bases militares colombianas son para combatir la guerrilla y el narcotráfico; las venezolanas, para almacenar la droga y albergar los guerrilleros de la FARC, mientras los entrena Osama Bin Laden. Uribe, “demócrata ejemplar”, se quiere reelegir para consolidar la paz de Colombia, a la cual ha contribuido con tanto esfuerzo; Chávez, “autócrata manifiesto”, sólo busca fortalecer su poder para “promover la guerra” en el continente”. ¡Si hasta con libreto se equivocan! ¿Quién los entiende?


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Luis E. Rangel


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