EL TERRORISMO
Desde que la invasión europea se posesionó en el territorio del Abya yala. En su contenido vino íntimamente ligado a la condición de los invasores, “el terrorismo”. Una conducta que induce a quien la posee a ocasionar el mayor daño posible a otros, sin escatimar en esfuerzos o en cantidades de victimas. Lo importante para sus portadores, es hacer el daño necesario para obligar la claudicación de los demás y someterlos a sus caprichos, exigiéndoles lo imposible. Esa fue y es la fuerza motriz del genocidio contra los pueblos originarios de este continente, en los desgraciados tiempos de 1492 hasta hoy.
En la edad media, el entretenimiento de las ansias asesinas de las elites gobernantes en Europa, era la persecución, ejecución y despojo de Asia, África y la región del medio Oriente: o los predios de Persia, el imperio otomano, Egipto y la legendaria palestina (Philístina) conformada por tribus semitas que se mantuvieron establecidas en la región hasta los días de hoy. Un pueblo con identidad de nación, que aunque poseen sus rasgos religiosos, este detalle no fue determinante en el sostenimiento de su identidad de pueblo con una cultura definida y un territorio especifico
De esa conducta derivaron guerras de toda índole y no podían faltar las guerras santas. Especie de macabra alianza entre las elites políticas y las religiosas, con un fin especifico. Se trataba de exterminar la mayor cantidad de seres humanos posibles, con la justificación de ser hijos de un dios ajeno a su dios cómplice y acomodaticio a sus exigencias criminales y luego tomar posesión de todas las riquezas existentes.
Esa conducta terrorista y vulgarmente despreciable, es heredada en nuestro continente por los descendientes de la sangre guerrerista Anglosajona. Tesis comprobada por el espíritu criminal de los gobernantes de Estados Unidos y de la parte descendiente de la pérfida Albión de Canadá. Esta nación es la mejor muestra de las diferencias en calidad humana de dos corrientes sanguíneas descendientes de la nación latina Europea. Por un lado la descendencia de sangre francesa, es mas taimada, humana y pacifica. Menos calculadora y explotadora de las debilidades de los demás, aunque no de jade manifestar sus rasgos de agresión en menor grado. Pero la otra mitad canadiense, la que tiene el deshonor de sentir circular por sus venas sangre inglesa, agresiva, pandillera, aprovechadora, explotadora de los demás, hipócrita y farisea, es la que impone el acompañamiento de las acciones guerreras del imperio Norteamericano y empuja a participar en la OTAN, para invadir naciones y saquearlas.
En todas estas explicaciones, el terrorismo es el fundamento básico de la conducta del imperio norteamericano. Ellos invaden, ellos asesinan, ellos saquean, ellos ocupan países, ellos dan golpe de estados, ellos imponen dictadores que diezman a sus pueblos, ellos dividen naciones, ellos establecen bases militares en zonas de su conveniencia, ellos violan las leyes internacionales, ellos masacran pueblos, ellos destrozan las infraestructuras de otros países, ellos contratan la reconstrucción de los países destruidos por ellos mismos, ellos saquean bibliotecas, ellos destruyen culturas milenarias superiores a ellos y su herencia, ellos son el principio y el fin del terrorismo.
En definitiva, ellos son el mayor peligro que tiene la humanidad, la naturaleza, la tierra y quien sabe del sistema solar mismo. ¿Pruebas?, solo basta con leer la historia desde 1776 en adelante, informarse de las condiciones impuestas al mundo después de 1945, investigar la conformación del sionismo, sus objetivos y metodologías de pretensión de dominación d la humanidad... Continuará
Javier Monagas Maita javierdelvallemonagas@gmail.com