Después que el ministro Héctor Rodríguez dijo palabras más, palabras menos, que los docentes “nunca habían estado mejor en su vida”, y luego que un enorme movimiento magisterial se hiciera presente en todo el país, tras aquel discurso del presidente Nicolás Maduro del 1-5-2015, en el cual quedó en evidencia que los maestros habían quedado por debajo del salario mínimo, rápidamente se activaron las alarmas del llamado “comando político de la revolución”, no por el valor que deberían tener los maestros como baluartes en la construcción de la educación y el sentido de integración social, sino por el número cuantitativo de votos que representan los maestros ante unas decisivas elecciones para la Asamblea Nacional.
Inmediatamente, la respuesta que dieron desde el gobierno nacional (como si fuera un hecho de gran impacto social) fue llevar a casi el 90% de la nómina docente hasta el salario mínimo, para unos días, a posteriori, decir que se había aumentado tal salario en un 50%, lo que en la praxis no es cierto, debido a que el 20% inicial correspondía al decreto presidencial con motivo del “Día del Trabajador”, razón por la cual, el aumento real apenas si se acerca a un 20% sobre el propio salario mínimo, es decir, si por los efectos perniciosos de la inflación esta sigue su marcha indetenible, es lógico que cercano a la fecha de las elecciones legislativas, haya un nuevo “ajuste” de salario mínimo, y lo docentes nuevamente quedarán debajo de ese tabulador. ¡Triste realidad!
Tal hecho se ha convertido en un problema que luce desolador y de ausencia de ideas en el gobierno nacional que pudiera generar una propuesta convincente para los docentes. Ante ello, y con el pacto que tienen Maduro y Héctor Rodríguez con los seudo-sindicalistas y conociendo el rechazo que las bases del magisterio tienen sobre tales “representantes”, algunos perpetuados en el poder (Federación Venezolana de Maestros, y miembros del otrora partido del “pueblo” ), y otros quienes jamás han llamado a elecciones (Sindicato Nacional Unido de la Fuerza Magisterial, además rojos – rojitos) el mandatario nacional dice a los maestros que el próximo contrato colectivo será por “dos años” y apartado de las mafias sindicales. Buen discurso. Pero, ¿por qué no propone el presidente de la República que sea el magisterio quien apruebe o rechace lo que pretende ofrecer en estos tiempos a los docentes venezolanos? ¿No sería esa una auténtica propuesta revolucionaria, la cual pudiera quedar legitimada por el magisterio, y con ello saber si efectivamente su gobierno tiene un alto apoyo popular?
Nos disculpa presidente Maduro, pero los docentes (aunque nos muestren la entrega de algunas casas, apartamentos o vehículos a algunos colegas) no creemos en sus ofertas engañosas de que “ahora sí” seremos tomados en cuenta para los planes de vivienda o de interés social. No podemos creer en que “ahora sí” será “reestructurado” el Instituto de Previsión Social del Magisterio (IPAS) cuando bajo su gestión ha sido subsidiado para la atención de las comunidades (razón que no condenamos) con nuestros aportes, pero que ha sido olvidado en presupuesto por su gobierno para el mantenimiento y dotación de los equipos fundamentales.
Nos disculpa presidente Maduro, pero los docentes no podemos creer que debido a lo anterior, “ahora sí” los docentes tendremos, debido a la propia negligencia de ustedes en construir un sistema público confiable de salud, así como dejar morir aquella misión bandera del presidente Chávez, como una vez lo fue “Barrio Adentro”, que los docentes no tendremos problemas en acceder a una clínica privada ante cualquier eventualidad por hospitalización, cirugía o maternidad, sino que incluso, debido a los incumplimientos en los pagos del Estado (en muchos casos con nuestras deducciones) no tengamos ni siquiera garantizado ese derecho a la salud. ¿Cómo creerle presidente que siendo su gobierno quien firmó el último contrato colectivo con nuestros “sindicatos” y un precio del petróleo que para 2013 rondaba los 100 dólares por barril, “ahora sí”, con un valor inferior a los 60 dólares cumplirán semejantes promesas al magisterio?
Podrán intentar asesinar la carrera docente en Venezuela, pero estamos y estaremos alertas ante cualquier engaño para evitar que esto sea materializado. Recomendamos sensatez y sinceridad. Vayan las palabras por delante del propio presidente Maduro que “ahora sí” las maestras y maestros deben ser los “mejores pagados”.
Por lo pronto, lo único visible es que el gobierno nacional pretende nuevamente mentir a quienes en cada rincón del país educan a los hijos de los ciudadanos, de los empresarios, y hasta de los políticos y militares, pero no olviden desde lo más alto de ese mismo poder, el poder de los docentes. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.