Prestaciones Sociales: la deuda social aún no cancelada

Una de las exigencias constantes de las protestas de comienzos del siglo XXI de los trabajadores universitarios y universitarias, lo fue, sin duda, el pago de sus Prestaciones Sociales. Para el momento de la llegada al poder de la Revolución Bolivariana en 1999, existía un rezago en su pago que tenía fecha de 1976. Al punto, que años antes, el entonces ministro de planificación del gobierno de Caldera, Teodoro Petkoff, respondió a una de esas tantas exigencias de ese sector de trabajadores y trabajadores, que esa deuda era impagable. Y, feneció la cuarta república y dejó ese mono a la naciente República, la Bolivariana. Hugo Chávez Frías, una vez electo y posicionado en el poder político, reconoció esa deuda e incluso, la definió como "Deuda Social" y asumió la búsqueda de fórmulas de pago para su cancelación. En una primera aproximación, ejecuta su cancelación mediante bonos de la República, los llamados Vebonos, mediante los cuales paga una parte muy pequeña de esa inmensa deuda heredada de la cuarta. Es así, que en la búsqueda de fórmulas más efectivas da cuenta con los famosos Petrorinocos, valga decir, cancelar la deuda con factura petrolera. Y, dicha fórmula le permitió reducir sustancialmente ese pasivo laboral a miles de trabajadores y trabajadoras universitarias, que tenían años y años esperando le cancelaran sus Prestaciones Sociales. Con la muerte del Comandante Chávez, y la llegada al poder político del Hno. Presidente Maduro, dicho instrumento de pago se encontró con un tremendo freno, producto de las políticas de fracking impulsadas por el gobierno imperialista de Barack Obama, quien propicia la baja de los precios petroleros con un fin político: atacar la economía y los ingresos petroleros de Rusia, Irán y Venezuela, golpearlos en su economía.

Esta situación de carácter geopolítico, conllevó a ralentizar el acelerado pago de la deuda social contraída por el Estado venezolano con sus trabajadores y trabajadoras de las universidades públicas. No obstante, esa contracción en los ingresos de la República, inducida desde el exterior, el Gobierno Bolivariano continuó honrando sus pagos y desde 1976 ha logrado cancelar hasta el año 2013. Lo que nos indica, que la deuda social contraída por la cuarta república, ha sido honrada en su totalidad, y la deuda actual por Prestaciones Sociales del sector universitario, se corresponde en su totalidad con deuda contraída en esta Quinta República, la Bolivariana. Al respecto, es importante precisar que el Hno. Presidente Reelecto Nicolás Maduro, el 1ro abril de 2018, aprueba 90 mil millones de BsF para honrar los pasivos laborales (Prestaciones Sociales) de las trabajadoras y trabajadores universitarios egresados de las universidades públicas hasta el primer trimestre de 2018 (https://www.mppeuct.gob.ve/actualidad/noticias/presidente-maduro-aumenta-50-el-salario-trabajadores-universitarios). Una trascendental decisión, que pasó desapercibida en el sector universitario debido, en lo fundamental, a la acuciante guerra económica que atravesaba el país, y que entre sus efectos más perversos tenía uno, en particular, que no motivaba a la celebración del sector universitario: la devaluación incesante de nuestro signo monetario, inducido desde el exterior y concretado en sucesivas y constantes revaluaciones del llamado dólar de guerra o cucuteño. Por fortuna, el ministro Hugbel Roa, reconoció tal situación y paralizó los pagos correspondientes, evitando con ello, daños irreparables a quienes hubiesen cobrado Prestaciones devaluadas y sin valor alguno, gracias a la acción criminal de la derecha oposicionista, que ha arremetido contra todo un pueblo, tan solo en la búsqueda de lograr el derrocamiento del Gobierno Bolivariano, sin importarles –en lo más mínimo- el grave daño que han causado.

Pasado casi un año de aquella decisión de honrar las Prestaciones Sociales universitarias, asumida por el Hno. Presidente Reelecto Nicolás Maduro, el país cuenta con nuevos mecanismos de pago. El Petro, ya es una realidad y estamos montados en la construcción de un novedoso sistema financiero, sustentado en esa criptodivisa. Para fortuna de los trabajadores del sector universitario, el ministro Hugbel Roa es uno de los promotores fundamentales que ha tenido el Petro desde su nacimiento, "Venezuela es el escenario perfecto para que El Petro se desarrolle, porque cuenta con una tecnología avanzada y un sistema blindado, que elimina gestiones y trámites bancarios. Ante la guerra económica, nuestra Patria cuenta con una alternativa en esta criptomoneda", ha señalado el ministro Roa en uno de los tantos foros que a nivel nacional le ha tocado asistir, para difundir esta especie de buena nueva en materia financiera. En entrevista con Amorín, el señor ministro enfatiza: "en poco tiempo, esta moneda la usarán, no solo los que quieren hacer negocios con Venezuela, sino muchos capitales, fondos de pensiones e inversiones del mundo que deseen tener su dinero a resguardo". Con lo cual, deja abierta la posibilidad real del eventual pago de Prestaciones Sociales en esta novedosa moneda, que apenas comienza a impactar la nueva economía nacional.

Al pretender seguir cancelando la deuda social acumulada hasta esta Quinta República, en el caso específico del sector universitario, debe considerarse que los montos calculados se han venido a prácticamente a cero BsS o como nos acotaba, la compatriota Adriana B., quien nos señalaba que según sus propios cálculos, el monto de sus Prestaciones Sociales, o sea, el monto de los ahorros que durante 25 años de labores en una universidad pública en la que prestó sus servicios, apenas representan en la actualidad tan solo ocho (08) BsS. De esa calamidad, sin duda, hay un responsable y ese lo debemos ubicar en ese esperpento llamado oposición, que gracias a su nefasta guerra económica y su dólar de guerra, han logrado tan nefasto objetivo: pulverizar los ingresos de los trabajadores y trabajadoras de la Patria. Tal daño colateral, como acostumbra llamar esos males, el imperialismo de EEUU, en sus acciones de guerra contra los pueblos del planeta, es uno de los efectos más perversos de la guerra económica. No faltarán quienes no lo quieran ver, se taparán sus ojos, pero he allí uno de los nefastos resultados, la pulverización de las Prestaciones Sociales de los trabajadores y trabajadoras universitarias.

Valga decir, el concepto de Prestaciones Sociales como Activo de un trabajador o trabajadora de la Patria perdió su sentido definitorio y debe a obligar al Gobierno Bolivariano a asumir como política de Estado, un mecanismo de resguardo de ese Patrimonio familiar que la derecha oposicionista a atacado sin piedad, hasta pulverizarlo. De allí, que resulta correcta la propuesta de algunos dirigentes sindicales como Franklin Rondón, quienes han venido proponiendo -públicamente- que el pago de las Prestaciones Sociales se realice en esa novedosa unidad de cuenta de la República que es el Petro. No solo para resguardar el Activo del trabajador o trabajadora, sino para garantizar su valor futuro y que su monto, se mantenga a salvo de las continuas revaluaciones del dólar de guerra, que no persiguen otra cosa sino devaluar –constantemente- nuestro signo monetario, el Bolívar Soberano, para propiciar descontentos.

Quedaría entonces, encontrar la fórmula perfecta para compensar el daño causado por esa derecha terrorista sobre los ahorros de aquellas y aquellos trabajadores, que ya se han jubilado y les han pulverizado sus Prestaciones Sociales. Una situación similar, encontraron los trabajadores y trabajadoras de la Patria cuando el gobierno neoliberal de Rafael Caldera en connivencia con la CTV y Fedecámaras, la famosa Comisión Tripartita o Trimaldita como le llamaron los trabajadores, pulverizaron sus Prestaciones Sociales mediante la aprobación de la Ley del Trabajo del 02 de marzo de 1997; mediante la cual, se eliminó el carácter retroactivo de las Prestaciones constituyéndose tal acción en el mayor robo ocurrido en todo el siglo XX. El triunfo de los empresarios por encima de la clase obrera, significó que los trabajadores aceptarían recibir la liquidación anual de sus Prestaciones, la eliminación de la retroactividad y el pago fraccionado de lo que les adeudaban los patronos. Tal fue, el carácter de esa derrota histórica de la clase trabajadora.

Fue, gracias a Hugo Chávez Frías, quien con la aprobación de una nueva Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y las Trabajadoras, el 30 de abril de 2012, que la Revolución Bolivariana deroga aquel robo legal que venían ejecutando patronos y sindicaleros de derecha, contra el patrimonio de la familia trabajadora restituyéndole al trabajador y trabajadora de la Patria, su derecho a Prestaciones Sociales calculadas a partir del primer mes y con base al último salario devengado. Pero, además, se permite el Comandante Chávez, incorporar a dicha Ley, un acto de Justicia Social sin parangón en toda nuestra historia, pues esa novedosa Ley aprobada en 2012 toma previsiones retroactivas con la única finalidad de hacer Justicia Social: "El tiempo de servicio para el cálculo de las prestaciones sociales de los trabajadores activos y trabajadoras activas al momento de la entrada en vigencia de esta Ley, será el transcurrido a partir del 19 de junio de 1997, fecha nefasta en que les fue conculcado el derecho a prestaciones sociales proporcionales al tiempo de servicio con base al último salario" (LOTTT, Disposición Transitoria Segunda). Estimamos, que en ese antecedente que abarcó un grupo de universidades públicas que se acogieron al mecanismo Caldera y luego se arrepintieron de su decisión al percatarse de tamaño robo, se tienen todas las respuestas para encontrar las fórmulas de pagos perfectas para este grupo de trabajadoras y trabajadores rezagados en el cumplimiento de sus pagos de Prestaciones Sociales. Chávez, sigue marcando la ruta de las grandes decisiones de la República.

Es así, que como medida excepcional -única y exclusiva- para el sector universitario, a quienes se hayan jubilado para el año 2013 en adelante, el Hno. Presidente Reelecto Nicolás Maduro, en uso de sus facultades constitucionales y legales, en acto de justicia reparadora y contra la guerra económica, se le propone actualizar los montos de los sueldos que para entonces, tenían ese grupo importante de trabajadoras y trabajadores universitarios, actualizarlos a Bolívar Soberano y determinar los montos de Prestaciones y Pasivos Laborales y proceder, en justicia, a su cancelación total, hasta llevarlos a la fecha actual, en que toda la contabilidad de la República está en BsS y en Petros, preferentemente éste criptoactivo para cancelaciones a futuro, en función de resguardar esos Activos de los trabajadores y trabajadores de la inflación inducida por la derecha opositora (sus agentes económicos) y el imperialismo de EEUU. Con esta acción, se honraría la palabra del Comandante Chávez, quien había previsto que para el año 2013, honraría el pago de toda esa deuda social mediante el mecanismo de los Petrorinocos…



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Henry Escalante


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