Será difícil para nosotros los venezolanos no recordar Abril, el de las lluvias mil, el de las flores, así como también el de las revoluciones. Hay quien diga ¿Qué hay que celebrar?, habrá otros que contesten Abril es para nunca olvidar. De todas formas es difícil que este mes pase desapercibido en Venezuela. Para los que Abril es un mal recuerdo, será espinoso soportar esa avalancha mediática, que incluso trastoca medios de comunicación culpables de todo lo malo que aconteció en aquellos días. Ver reflejado un fracaso, increíble para ellos, teniendo tanto medio para lograr un triunfo y que mientras mas años pasen, será más difícil de explicarse ese ¿por qué? No valieron ni la publicidad mediática, ni los gritos de odio, ni los dólares gringos, ni la cantidad de seguidores, tampoco los francotiradores, incluso de nada sirvió la bendición de prelados eclesiásticos de la cúpula católica. Al final de la jornada se encontraron con el fracaso de sus vidas, y lo que menos esperaban en su euforia; un fracaso político de gigantescas proporciones que los enterraría, en este aspecto, para toda su vida. Quizás no supieron celebrar, unos aplaudían decisiones grotescas, otros celebraban cazando chavistas, allanando hogares por toda Venezuela. Otros intentando tumbar embajadas, algunos cerrando canales de televisión, hubo unos que desfilaron por los canales televisivos dándoles las gracias como a Dios, por el favor recibido, sin duda creo que hay gente que no aguanta una jochada. En Abril murió una clase política en Venezuela, pero también nació otra. Los que celebramos Abril, lo hacemos por un pueblo, por su coraje demostrado, por la gala hecha en memoria a sus constructores históricos, por su amor a la vida, a su país, a la libertad e independencia. En Abril nació mas amor por Venezuela, es por eso que si hay mucho que celebrar. A diez años todo esta fresco en la memoria, el tango dice que veinte no son nada.
En el onceavo de Abril/ salieron enardecidos/ por los medios convencidos/ y en un estado febril /. La locura desbordada/ mezclada con odio y muerte/ hizo mella de sus mentes/ para terminar vaciadas/. Desde la televisión/ dirigiendo a mucha gente/ miraban los dirigentes/ y que de la oposición/. La suerte les sonrió/ por un momento nefasto/ esto solo les bastó/ parea mostrar lo insensato/. Muchos hoy están huyendo/ otros fueron perdonados/ y todos los condenados/ piedad mucha están pidiendo/. Abril dejó una lección/. La que debemos tomar/. Cerrar ese callejón/ Pero siempre recordar.
Amar a Venezuela, es vivir para ella, cómo no recordar al Abril que trajo una lucha para demostrar que el amor existe, cuando el sudor mezclado con polvo patrio impuso una constitución, el reinado de la ley
Un bacalao para Guillen
Cada día me convenzo mas, de que estoy siendo testigo de algo extraordinario que sucede tanto en mi país como en el mundo y por estos tiempos. Quien diría que en el país que más se habla de libertad, (un día de estos se les va a escuchar que esa palabra es un invento norteamericano), y que en todo momento esta criticando regímenes de todo el mundo con respecto a ello, un ser humano no pueda expresar simpatías por algún personaje que no le guste al gobierno o a los dueños del dinero que circula en un territorio en particular. El pobre Guillen (ojo, no lo digo porque le falta el dinero), tubo la necesidad de retractarse públicamente, con rueda de prensa y todo, y de mostrar debilidad de criterios (que son solo personales) simplemente, porque se le ocurrió decir que de alguna manera simpatizaba con Fidel Castro. Una jauría de ciudadanos formó una pataleta tan pública como influyente para pedir un castigo por semejante crimen en el país de las libertades, a nada más y nada menos; que al manager del equipo de la ciudad (supongo que este equipo es un icono de alguna libertad también), imaginémonos entonces lo que pasó con los cinco cubanos acusados por un supuesto espionaje, en esos mismos lares. Ya Guillen no es querido en Miami, es capaz que alguien proponga la silla eléctrica, acusándolo también de espía chavista, allá en Libertilandia. A lo mejor también dejará de vestir prendas de color rojo (zapatos, franelas, gorras, carro etc, etc), porque la ciudad no quiere, ya que a ese color en su país de origen; le han dado el significado de chavista. También puede pasar que lo espíen votando en las próximas elecciones presidenciales de Venezuela, porque si vota por Chávez, hay si es verdad que se le arma la de San Quintín y es capaz de sufrir un linchamiento. Total hermanos, que considero a este ser humano, que para mi representa un emblema deportivo nacional y que también me enorgullece como compatriota, por esa presión con la que tiene que vivir en adelante, me hace recordar a la cucarachita en un gallinero. Aquí en su país si tiene quien lo quiera, no importa que se equivoque, que diga lo que diga, que vote por quien vote, es él una persona de nuestro lugar, es un hijo de Dios, como todo el mundo, incluso los cubanos de Miami con todo su extremismo absurdo. Me da pena ajena, como alguien públicamente haga gala de un odio terrible (cuando hablaba del caso Guillen en tv), incluyendo el tupé de decirle al mundo desde esta televisora, que no pensemos en Latinoamérica que es una reacción odiosa de extremismo político. Muchos han ido al norte en busca de mejores horizontes, con una esperanza o un sueño, lo que no se imaginan es que, a veces se paga muy caro creer en una mentira, como aquella de que; allá es mejor. A veces se tiene que vivir con un bacalao tan pesado como molesto en la espalda, y lo peor CALLADOS.
taitofelipe@yahoo.es
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