Usted, profesor Valdimir Acosta, tiene una responsabilidad muy seria. Cientos de miles de venezolanos le escuchan y por lo tanto debe tener cuidado con lo que expresa, porque me duele mucho que vaya usted a perder el norte. Mejor dicho, uno en todo momento debe tener cuidado con lo que expresa. Ya veo que usted no serviría para gobernar a un país, lo cual no lo desmerita en nada, pero la sarta de cosas que le ha dicho al Presidente por su relación con Uribe es penosa y muy lamentable. Dice usted cosas extremadamente pueriles, como que puesto que Uribe es el hijo político de Bush y ya que Chávez lo llama hermano entonces nuestro Presidente es sobrino político de Bush. Esto es muy simplón y hasta cursi, camarada. Uno no debe caer en este tipo de juicios.
Por otra parte usted se planteaba: por qué Chávez llamaba contrarrevolucionarios a los atacaban a Uribe (lo cual el Presidente nunca lo dijo), y que si acaso era revolucionario recibir a Uribe. También parece que usted se molestó por la crítica que le hizo el Presidente a los comunistas. Sobre eso me extenderé más largamente mañana.
Bueno, usted se despepitó contra el Presidente, y lo que uno piensa es que seguramente usted es cien veces más revolucionario que Chávez; que seguramente usted está desperdiciando su vida trabajando en la UCV y con sus programas en radio y televisión, porque su destino deber ser comandar la más absoluta y total revolución en América Latina. Con todo respeto, camarada, a usted se le están yendo los humos a la cabeza. Y todo esto son comentarios que me llegan de gente que le siguen con atención como, por ejemplo, mi esposa. Recuerdan muchas personas, la ocasión en que usted se molestó con VTV porque en el momento en que usted iba a disertar sobre un tema relativo a los medios, le cortaron la señal; usted entonces se quejaba de que al filósofo Buen Abad sí le habían permitido desarrollar en vivo toda su exposición y que en cambio a usted, que tenía cosas muy importantes que decir, lo cortaron. Óigame, eso también me suena a soberbia, que de revolucionario no tiene nada y me perdona otra vez, y se lo digo como amigo, porque a lo mejor le rodeará mucha gente que le ponderará cuanto dice. Reconozco que tiene usted algunos muy buenos análisis, pero otros son deplorables y pueriles y esto es grave, muy dañino para su programa, y realmente que se lo digo como amigo.
No veo nada de malo, sinceramente que Chávez se haya reunido con Uribe, y hasta que lo haya llamado “hermano”. Con esa reunión, es evidente, quien gana es Chávez, porque fue Uribe quien tuvo que venir a nuestro país. Lamentable hubiese sido el que Chávez hubiera tenido que presentarse en Bogotá, por ejemplo, para un encuentro. Eso no lo concibo. Dios mío, eso ni me lo quiero imaginar. Por otro lado, si Bolívar se abrazó con Pablo Morillo jefe de una fuerza invasora de más de veinte mil hombres, que se había cansado de degollar patriotas, de matarlos por hambre como ocurrió en Cartagena (bloqueada durante meses). Pero no solamente hizo tratos con Morillo sino con quienes habrían de ser los asesinos de Sucre, José María Obando y José Hilario López. Ante ellos les firmó un armisticio cuando se habían alzado en el Sur. Bolívar durmió la noche del armisticio al lado de ese horrible monstruo, llamado Obando. Y también abrazó al reverendo obispo de Popayán don Salvador Jiménez de Enciso, quien era más terrible que Sebastián de la Calzada y a quien el propio don Salvador destituyó para asumir él, el mando realista en el Sur. Este abrazo a don Salvador dio frutos muy positivos para la causa revolucionaria, e hizo inmensamente menos penosa la lucha en Pasto.
En fin, distinguido camarada, veo que con su posición, la solución frente a la situación colombiana es la guerra. Ninguna clase de trato, ningún acuerdo: cerrar la frontera y cortar todo acuerdo comercial. Allí si es verdad que los gringos se frotarían las manos porque nos colocarían en el terreno de la fuerza donde ellos tienen hartos recursos para mantener una conmoción infinita como la que existe en Irak. Es decir, una guerra cuyo fin nunca será ganarla, sino para mantener incendiada toda la región y así sacar todos los recursos que necesiten.
Por otro lado, no se puede confiar en las FARC, querido amigo. Nadie se come el cuento de que los engañaron, en una operación tan esencial, en la que estaban entregando nada menos que a tres sujetos de la CIA. No nos joroben. Plata, mucha plata hubo de por medio para reírse de Chávez, de Correa y de todo el mundo. Se vendieron como unas vulgares rameras, esa es la verdad.
Sobre la triste historia del PCV, mañana hablaré con pelos y señales.
Sinceramente de su amigo y servidor, José.
jsantroz@gmail.com