Dentro de pocos días el pueblo venezolano concurrirá a las urnas para elegir los nuevos miembros de la Asamblea Nacional. El Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, confrontará con los candidatos de la oposición a la Revolución Bolivariana.
Una contundente victoria del bolivarianismo será fundamental para la continuidad y profundización del proceso revolucionario. A eso le teme la derecha venezolana, el imperialismo yanqui y todos sus aliados. Porque una estruendosa victoria electoral del chavismo, tras 11 años de gobierno, reimpulsará la Revolución, propiciando una nueva derrota a la oposición contrarrevolucionaria y quitándoles toda esperanza de poder vencer al Comandante Chávez en las elecciones presidenciales del 2012. Si para las fuerzas populares esta elección es importantísima, para la oposición es de vida o muerte.
Pero nada sería más ingenuo, en estos momentos, que subestimar al enemigo. Si nosotros somos concientes de la trascendencia de estos comicios, ellos, las fuerzas contrarrevolucionarias, también saben que si no logran alcanzar algunos mínimos objetivos, su propia existencia como fuerzas oposita quedará cuestionada, o reducida a la impotencia.
Esto no significa que si la oposición es derrotada en las urnas contundentemente no dejará de actuar contra el pueblo. Lo seguirá haciendo, pero seguramente a través de otros métodos, debilitada y aún más dividida de lo que está. La Revolución entonces tomará un reimpulso tal, que la reelección de Chávez en el 2012 contará con el camino allanado.
Es por esto que el 26-S el pueblo venezolano tendrá que salir en masa a votar por los candidatos del PSUV, y demostrar una vez más que la Patria ha decidido ser libre y soberana.
Con el aluvión de votos socialistas y revolucionarios, se golpeará duramente a la oligarquía, a sus aliados y a las pretensiones imperialistas. Y también, es necesario decirlo, a la llamada “derecha endógena”. A no confundirnos: todo triunfo del pueblo es para bien del pueblo. Y esto, que pareciera una perogrullada no lo es, en tanto y en cuanto es necesario saber que cuando se derrota de la derecha se la derrota más allá de donde ésta este ubicada, si en las filas de la oposición o dentro de nuestras propias filas.
“Quien puede más puede menos”, dice el dicho popular. Entonces, si logramos vencer ante un enemigo tan poderoso como es el imperialismo, fácil será derrotar el burocratismo, el oportunismo, el reformismo y la infiltración que existen hoy en nuestro propio movimiento revolucionario.
El 26-S, el pueblo bolivariano tiene una nueva batalla y es obligación, una vez más, derrotar a la contrarrevolución, esté donde esté ubicada.
fernandoramonbossi@hotmail.com
