que ya vendrán lianas después de los fusiles
y muy pronto, muy pronto, muy pronto.
¡Ay, Wall Street!
Federico García
Lorca
El vergonzoso
comportamiento de la derecha en el parlamento ratifica su desprecio
por el pueblo y los representantes del pueblo, por sus propios votantes
y por Venezuela. Es el desprecio de siempre, de antes de Chávez, cuando
éramos despreciados por la grandeza y el poderío del Capital, Pero
María Corina Machado, además de su desprecio por los tierrúos que
quieren imponerle “el comunismo a la cubana”, nos enseña los dientes
del odio de clase. En esta hija predilecta de la oligarquía, elegida
por Bush para gobernar a Venezuela, se agitan los demonios de la revancha
burguesa, la venganza de los que no perdonan, de los ricos, del terror
blanco. Agita un papel con el número de días que quedan de este período
de Chávez, cuenta regresiva del castigo a los comunistas y la llegada
de “su” tiempo. Se le borra la sonrisa almidonada y sus ojos relampaguean
con el filo de la muerte.
SANGRE
DE CHINCHE
María Corina
Machado parece hija del general franquista Millán-Astray, el mutilado-mutilador
general mata-pueblo, comandante del Tercio Extranjero de la Legión
durante la guerra civil, el de “Muera la Inteligencia” y “Viva
la Muerte”. Maricori se le parece por necrófila, por chinche que
engorda su capital político con sangre de jóvenes asesinados y lágrimas
de madres tronchadas por el sufrimiento.
101 DÁLMATAS
María Corina
evoca un abrigo presidencial hecho con 101 huerfanitos pobres. ¿O acaso
los dálmatas no vienen de Dalmacia, tierra del Mediterráneo cerca
de Serbia y Croacia, donde Estados Unidos sembró la semilla del separatismo,
la regó con bombas hasta que creció en genocidio? En Venezuela podría
ocurrir lo mismo o peor, pero a los ricos no les importa con tal de
castigar la insolencia de los pobres.
CHAMORRO
SIN CUALIDADES
En su delirio
presidencial, María Corina imita la actitud y el guardarropa de Cristina
Fernández de Kirchner, pero carece de la belleza, elegancia y carisma
de la presidenta argentina. Tampoco tiene el halo trágico que ayudó
a Violeta Chamorro. Nos recuerda, con su “comunismo a la cubana”,
al golpista meritócrata Juan Fernández, cuando justificaba el paro
petrolero como lucha contra el “!castro comunismo”: María Corina
enseña su mismo odio bien educado y lo sigue por el camino de los basureros
de la historia.
rotheeduardo@hotmail.com