El asunto de las viviendas que aspira construir el gobierno en los próximos años ha puesto turulos a unos cuantos. Por un lado, la oposición jura y perjura que el gobierno de Chávez no podrá cumplir con las metas que se propone, para ello recurre a cálculos de tantas viviendas diarias con números que de verdad son para despertar nervios en quienes apoyamos al proceso de cambios que encabeza el Presidente. Sólo que en una de las propagandas más fuertes contra la propuesta chavista se refieren a los próximos seis años, lo que puede leerse como un reconocimiento a que Chávez les gana en el 2012.
Dos de los más atarantados con el asunto de las viviendas son Petkoff y Julio Borges, quienes andan pendientes de contar hasta los bloques que el gobierno pega por día y los sacos de cemento y cabillas usados por jornada, en una ridiculez extrema que hablan del poco respeto que tienen por la inteligencia de sus seguidores.
Experto van y expertos vienen por esos canales privados, bien vestidos, apertrechados en sus títulos académicos, todos con sus argumentos para demostrar que las promesas de Chávez son una estafa. Ante tal desfile de talentos, un buen amigo, antichavista hasta la médula, se inquieta y dice: “Van a hacer que el hombre, herido en su orgullo, se traiga hasta marcianos a hacer casas, ¿por qué no esperamos que termine el año y allí hablamos?”
Por supuesto, a mi amigo no le pararán y seguirán los expertos en su incansable cháchara.
De nuestro lado, que a fin de cuentas es el que nos duele, el camarada Chávez en varias oportunidades se exalta demasiado y dice sus cositas fuera de lugar. Algunos de sus colaboradores deben señalárselo para evitar que lo cojan de mojiganga en programas de opinión.
No puede decir el Presidente que durante la IV República no se construyeron casas, cuando nada bueno trae negar la realidad. Además, suena hasta ofensivo para la mayoría de venezolanos que durante largos años votó por adecos y copeyanos. ¿Cómo votar por quienes no les hicieron ni una casita? Es lo mismo que afirman hoy los de la derecha: Chávez engaña a la gente para que voten por él.
Hubo muchas casas construidas, hubo mucho manejo politiquero con gran parte de las mismas; hubo centenares de urbanizaciones construidas, hubo reparto tramposo en la mayor parte de ellas.
¿Acaso vamos a negar la realidad del Banco Obrero? Camaradas que combatieron por años a la derecha, lograron su casita, pues en este país hay una vaina que se llama “amistad” que muchas veces se coloca por encima de las ideologías. Y el camarada Chávez lo sabe y lo ha vivido. Sería muy desagradable mencionarle algunos amigos de evidente formación y conducta de derecha que le acompañaron un rato en este proceso. Fueron sus amigos, también traidores.
También es cierto que en los últimos años de la IV República se armó la gran estafa habitacional, y el pueblo, a punta de votos, se desquitó marcando la tarjeta donde apareció Chávez.
Hoy día las viviendas se están haciendo, muchas. Habrá que corregir problemas como el de la empresa estatal de cemento, a veces parece jugar para el otro lado.
Confiamos en que las metas se cumplan, y eso es lo que preocupa a la derecha.
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