Otra de las más horribles fue la de Alcatraz, en Estados Unidos, donde recluían a los presos más peligrosos de cada cárcel estadounidense. Las celdas eran muy reducidas e individuales, los comedores, sólo para cuatro presos a la vez, para evitar el contacto, todo el edificio tenía líneas que limitaban los espacios por el que se podía caminar, y cualquier infracción en el reglamento, por pequeña que fuese recibía un fuerte castigo, como estar encerrado desnudo en un agujero sin luz durante semanas, o en una celda húmeda y sin contacto humano, además la temperatura sumamente fría. En el año 1963 Alcatraz terminó siendo cerrada.
El actual presidente de EEUU, Obama, propuso entre otras cosas en su campaña electoral el cierre del centro de detención de Guantánamo, sitio que alberga no a los peores delincuentes sino a los peores enemigos de los gobiernos norteamericanos, donde permanentemente se mencionan gran cantidad de torturas y otras atrocidades, “extrañándonos” porque el discurso de Obama en protección de los derechos humanos no es cónsono con lo que se vive en ese centro de reclusión. Allí los presos no son sometidos a ningún proceso, y menos aún cuentan con el derecho a la defensa, encarcelados sin juicios ni pruebas, caso Saddam Hussein, por presuntas armas químicas que nunca aparecieron.
Pareciera que solo se ve la paja en ojo ajeno. Pero aterrizando ahora en nuestro país, nos encontramos con que la crisis carcelaria es bastante fuerte y las cárceles son insuficientes para la cantidad de detenidos. Esa emergencia judicial que se decretó al inicio del gobierno del Presidente Chávez pareciera faltarle un reimpulso, porque sigue siendo insuficiente la cantidad de funcionarios que deben dar celeridad a los procesos, donde habría que realizar una modificación estructural, pero nos satisface que el Ministerio Público ha empezado a poner la cascabel al gato al imputar por los delitos de corrupción propia, asociación para delinquir, suministro de armas y explosivos y tráfico ilícito de drogas a varios funcionarios de la Guardia Nacional además de los Directores de los centros penitenciarios.
A la vista del mundo ha quedado en evidencia la corrupción en las cárceles venezolanas, donde nadie hasta ahora se había atrevido a intervenir, solo nos queda solicitar a nuestras autoridades que se investiguen todos los penales del país y se pongan tras reja los delincuentes envestidos de poder por el estado, que son más peligrosos que cualquier ladrón, violador o asesino.
(*)Lcdo. Abog.