Con el desastre cada vez mayor, vemos que de manera permanente el servicio de transporte desde y hacia la Isla de Margarita se hace más turbulento.
A pesar de que se han puesto en funcionamiento otras líneas marítimas observamos con preocupación que la situación fuera de mejorar se agrava cada día más. Nunca hay pasajes y cuando se consigue hay que hacer interminables colas y esperar muchas horas, y a veces días para embarcarse los pasajeros en las rutas del Estado Nueva Esparta.
Producto de la queja de los usuarios, por fin vemos actuando a los organismos competentes y se han colocado una serie de multas además de ordenar el alojamiento y alimentación a los viajeros que con pasaje en mano no han podido trasladarse a su lugar de destino.
La línea que ha presentado mayores problemas es Conferry, quien paradójicamente tiene la mayor flota entre las empresas de este tipo de transporte, pero fuera de temporada funciona una o dos unidades porque supuestamente a las demás se les está haciendo mantenimiento. Entra la temporada y las que supuestamente estaban en mantenimiento le falla un motor, no le sirve el aire acondicionado y pare de contar; ocasionando grandes atrasos, molestias y daños tanto físicos como materiales a los pasajeros.
Hemos podido apreciar a través de los medios de comunicación que Conferry se ha comprometido a mejorar el servicio, ¿pero cuantas veces lo ha hecho?. El fuerte rumor que se corre es que los actuales accionistas de la empresa ya no quieren seguir con el negocio y están buscando que el Estado los expropie y puedan recuperar algo de sus equipos obsoletos que ya han pagado con creces la inversión. Si esto es cierto, creo que no es una buena jugada, porque si no quieren seguir con el negocio simplemente deben ofertar sus equipos y rutas y por insignificante que sea el monto que le ofrezcan ya sería ganancia. Por otro lado si el gobierno nacional expropia la línea tampoco creo que les dé nada a sus accionistas porque mayor ha sido el daño ocasionado a los viajeros.
Estas molestias se repiten temporada tras temporada, lo que nos hace pensar que debe haber complicidad y conchupancia entre funcionarios públicos de diversos sectores; por ello sea cual fuere el juego, considero se le debe dar un ultimátum a la mencionada línea y de seguir con las fallas e incumplimiento con los usuarios, el Gobierno debe aperturar un procedimiento de expropiación, pagando lo mínimo posible y someter a un proceso de licitación tanto la ruta como los equipos, para una posterior concesión a una línea responsable que esté dispuesta a invertir en el área de turismo que mucha falta le hace a nuestra región.
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