Los "miedos" de Chávez

Todavía en la memoria de millones de venezolanos debe estar la imagen de Francisco Arias Cárdenas parado frente a una gallina, simbolizando así el supuesto miedo que Chávez tenía ante a un debate con él. Cuña repetida mil veces, pero de malos resultados para el ex gobernador del Zulia, pues hasta Ibsen Martínez, escritor antichavista, llegó a decir que en pantalla la gallina lucía mucho mejor que Arias Cárdenas.

Pero antes de eso, varias personas, en especial militares, acusaron a Chávez de arrugar el 04 de febrero de 1992, durante la fallida insurrección militar contra Pérez II. Lo cierto es que ninguno de los acusadores ha sido capaz de admitir ante el país la responsabilidad de un alzamiento fallido como lo hizo entonces el hoy Presidente de la República, quien lanzaba su carrera militar por la borda y se arriesgaba a convertirse en un capítulo pasajero de nuestra historia política.

Por supuesto, no entre dentro de mis consideraciones colocar a Chávez en el rol de súper héroe, un tipo omnipotente que no culipandea ante nada; es un ser humano que tras vivir una experiencia como la del 11 y 12 de abril del 2002, se vio abatido, sin la acostumbrada altivez, durante el tiempo que estuvo en condición de derrocado y preso. O que al anunciar al mundo que tenía cáncer se le vio golpeado, pues no era el momento para bailar una guaracha ante las cámaras. Pero justo es asumirlo con las taparas bien puestas ante enemigos como el poderoso imperio del norte.

Otros ofuscados antichavistas se han lanzado a decir que le tuvo culillo al Rey de España cuando éste le mandó a callar. No han querido reconocer que en ese momento, al no escuchar al monarca, Chávez no ripostó en el instante. Lo que a la larga fue para bien de la salud de la gente chic de este país que hubiese sufrido un veryvery si el Presidente salta con uno de sus arranques ante Juan Carlos de Borbón.

Durante las últimas semanas el miedo o los miedos de Chávez han salido a relucir en la boca de los pre candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática. Primero saltó Leopoldo López vociferando que el Presidente le tiene miedo. Bufonada que le corresponde a un niño bien que estudió en los Estados Unidos y por lo tanto cree que un candidato despierta mayor simpatía mientras más payaso sea.

Creo que el segundo en probar suerte con esta charlatanería fue Pablo Pérez, a lo mejor con la idea de ganarse unos puntos con Ramos Allup, pero al parecer a éste no le gusta mucho el aguaje, pues en el fondo lleva cierto tufo a coba.

A otra que se lo escuché fue a María Corina Machado. Me supongo que movida por su desespero de lograr unos voticos para no salir tan mal parada en las primarias. Uno no termina de imaginarse a tan delicada dama trazando dos rayas en el piso y gritándole, toda Doña Bárbara, a Chávez, mientras señala las rayas una a una: “Esa es tu madre y ésta es la mía, ¡mira como piso la tuya!”.

Bueno, cosas se han visto en las campañas electorales, pero… ¿tanto así?

Creo que tras la experiencia gubernamental de Chávez, resulta una bolsería decirle que tiene miedo. ¿Será que Julio Borges los asesora a todos?.


psalima36@gmail.com


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Pedro Salima


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