Ecuador. De vuelta a las frustraciones

Ni bien creen que ha terminado “La Revuelta de los Forajidos” y en Quito Ecuador se está comenzando a soportar en las últimas horas el frustrante camino de ver el retorno un manejo político siniestro, con el solo y mero recambio de actores, la reconstitución del sistema y la traición de las aspiraciones de la gran masa; que ve como en similares ocasiones, con las caídas de Mahuad y Bucaram, se actuó de la misma forma. Ecuador esta de vuelta a las frustraciones.

Ni bien el Congreso destituyó al presidente Gutiérrez, y posesionó en forma casi clandestina al nuevo presidente Alfredo Palacio, la misma repulsiva imagen de los “arregladores políticos” se volvió a ver en el escenario nacional. Parece que la imagen de “No a los politiqueros” y “Todos fuera” no sirvió de nada, por lo que se apreciaba en ese instante. De forma apurada el nuevo ministro de Gobierno, Mauricio Gándara, un ex velasquista, ex socialcristiano, ex embajador de Febres Cordero en Londres y ex sixtista, le susurraba al oído las prisas al presidente para iniciar la “repartija” pidiendo que “se apure” a Palacio para que llame a Solón Espinosa, otro ex militar, ex socialcristiano, ex contralor de dictaduras. Si eso se vió en la transmisión de los canales de televisión y se oyó claramente.

Minutos después volvieron a escena los mismos sectores: El ingeniero Febres Cordero, volvió a posesionarse de su papel de líder de un grupo político, que lo había perdido en medio del enfrentamiento con el ex presidente Gutiérrez, llamaba a dar su “aprobación al nuevo presidente” y; “Negar el derecho a adelanto de elecciones” y” que no se podía disolver el Congreso”. Sin ningún derecho a actuar en este momento, el anciano dirigente se daba el lujo de enfrentarle a Quito, en medio de lisonjas nada propias en él, para una ciudad que sabe que le repudia con mal recuerdo, y quitarle lo que había ganado con una sola palabra: mantener lo que está para ver como se arregla.

Como no podía ser de otra forma, los llamados a la calma, iban acompañados de sutiles comentarios de los miembros del mando militar que “también le reconocían al nuevo presidente y lo actuado por el congreso”, como si a ellos les correspondía ese papel, mientras se tenía a un presidente secuestrado en Ciespal, por cuatro horas, esperando que los militares vayan a reconocerle. Hasta tanto, ellos mismo, los del mando militar actuaban contra la ley, violentaban todo respeto a la juridicidad que tanto hablaban, y facilitaban la fuga del ex presidente Gutiérrez, prestándole naves, cuarteles, hombres y gestiones.

Los primeros gestos del nuevo presidente apuntan a sostener el camino de las frustraciones, en Ecuador. Ni bien se tomó el mando, esta vez sentado junto a los militares decidió por si y ante si, que va a formar “comisiones” ; que “va a llamar asambleas”; “ que va a reformar la ley de elecciones” y va a poner en ejercicio la tarjeta de salud. Pero eso no es lo que la gente quería, pelea y exige: “ Que asuma un cambio político, que se cierre por una acción de auto-disolución del Congreso Nacional por dignidad, que los legisladores le indemnicen a la nación devolviendo todo lo que ganaron” y, que en un período de transición se vuelva a convocar a elecciones para un “Todos fuera” real y verdadero.

Tal parece que el presidente Palacio no entiende lo que ocurrió, ya que El pueblo de Quito, al que tanto le alabó en la revuelta, le da como desayuno para este jueves 21, algo de los mismos; comenzar a poner a sus amigos en los cargos. Así llegará Luis Herrería Bonet, como Secretario de la Administración, siendo este un miembro de la Izquierda Democrática, ex miembro de las cortes de justicia, ex miembro del gobierno de Rodrigo Borja y ex miembro del Tribunal Constitucional, pero ya está en el gobierno. Su mérito: ser guayaquileño amigo del nuevo presidente. Ya está en el cargo el nuevo canciller: Antonio Parra Gil, miembro de la aristocracia guayaquileña, que miró la revuelta en las pantallas y condena el “caos de los forajidos” para llegar a Quito a trabajar de “martes a jueves” y es parte del círculo del presidente Palacio. Todo esto, todo vuelve a ser censurable con sabor a error cometido, pero ya sabido: poner a sus amigos en los cargos, dejando de lado lo ocurrido.

Como se nota, Quito inicia la jornada con la impresión de que todo lo levantado, construido, por la dignidad de la patria y sus gentes, esta siendo robado por el círculo de Palacio que ha vuelto a la misma política: la repartija!!

Y de inmediato le han espetado ya a los ciudadanos críticos la consabida pregunta del ¿Qué podemos hacer? Como se atrevió de manera audaz el ministro de gobierno, Mauricio Gándara, en una radio de la ciudad este jueves 21.

La respuesta se la dieron dos dirigentes de las revueltas, entrevistados por Carlos Vera, en Ecuavisa, Eduardo Delgado y Fabián Núñez, doctor en filosofía el uno, y el otro escritor: Antes de nombrar los cargos e iniciar la repartija, ¿Por qué no asume el presidente la opción de llamar a una comisión de veeduría ciudadana para calificar a los nuevos cargos? ¿Será capaz de romper el círculo de conocidísimos el nuevo presidente?

El presidente Palacio abre desde este mañana el nuevo camino a las frustraciones, no entiende que es interino, y que su interinazgo le puede durar poco tiempo, ya que solo tiene derecho a escuchar mandatos de una masa que le exige que no vayan mas “los conocidos, los reconocidos y los archiconocidos, porque apestan a cómodos o corruptos”, como lo dijo esta mañana un líder popular desconocido, pero actor de la revuelta, un forajido mas.

Quito amaneció con la rabia todavía contenida, sensación de que fue asaltada en el poder, y que se repiten los días post Bucaram y Mahuad: De nuevo, de vuelta a las frustraciones!


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