Se sobreentiende que les va a caer encima, que va a venir con su cantaleta de "Yo se los dije, pero no me pararon pelotas". Habrá que calárselo, pero es que la vaina pasó de castaño a oscuro en un santiamén, pues apenas antier fue febrero y el camino a la gloria se veía claro.
Lo último ha sido lo de Uribe y lo de Yongo. Venga y le digo, les tiró la parada el ex de Colombia, y se lanzó a llamar asesino a Chávez, así nomás, olvidando que Chávez ha sido electo, refrendado y reelecto, y que además está convaleciente.
Y Yongo salió con el cuento de llamar idiota a todo el mundo, porque según él y sus brillantes seseras había que poner carecañón con el triunfo de Pastor Maldonado y decir "no aplaudo porque el tipo es chavista", mientras la gente bailaba en una sola pata por el triunfo del venezolano.
Lo peor de Yongo es decir que no se pueden usar los cobritos de PDVSA a fin apoyar a un deportista porque los centavos hacen falta para hacer escuelas o canchas. Es como decirnos que no se pueden usar los cobres del Estado para publicar libros, producir películas, montar obras de teatro, apoyar orquestas o grupos de música popular. Qué vaina con ese compañerito.
Bueno, son reacciones de quienes están preocupados porque el hombre no sube puntos, pese a que está solitario en la cancha. Así que cada quien se inventa una porque sus asesores y compañeros andan del timbo al tambo sin atinar. Hacen justicia a la canción que dice "Ya me canse de andar del timbo al tambo / de andar buscando algo que no he de hallar".
Ahora salen con lo de la Ley de Misiones, nos suponemos que es una ocurrencia de Julio Andrés, quien desde que dejó de contar casas quiere venir a poner el caldo morao.
Vaya con Julio Andrés, salir con eso de decirle a las beneficiarios y beneficiarios de las misiones que con una ley bonita, arregladita, de tantos artículos, les va a ir mejor. Es que no se sabe aquello de "agarrando aunque sea fallo" o lo de "seguro mató a confianza".
Para el común de la gente una ley es una guarandinga burocrática, es pedirte el rif o el certificado de aquello o de lo otro, o el sello de tal cosa o la firmita del doctor tal que nunca está para firmar o la constancia de tal lavativa. Entonces, ¿para qué enrollarse con una ley si las misiones están funcionado?
¿Acaso algún dirigente de los partidos de la MUD se han inscrito en alguna misión o colaboran con alguna dando clases en Ribas o en Sucre, o atendiendo un Barrio Adentro o un CDI o vendiendo en una bodeguita de Mercal?
Estamos mal y vamos peor, compañeros, así que mejor nos buscamos a nuestro Manuel Rosales, que si bien avergüenza a los más entendidos, no se nos pone tan lejos del sentir de la gente. Pero, este muchacho... este muchacho...
Por favor, llamen a Rosales, díganle que se olvide de las burlitas de los más petulantes, y que se venga rapidito antes de que salgamos hasta de la pizarra de figuración.