¡Hasta la victoria siempre!

Desde los confines de la patria se siente la voz vibrante de la victoria revolucionaria, cuyos ecos retumban en la piel y en las fibras del alma de millones de hombres y mujeres que impulsados por la razón de la conciencia apuestan a no desmayar ni un instante y a seguir por la senda del proyecto bolivariano que ya abrió surcos en el terreno fértil de la libertad.

Nada de volver atrás, ni andar por los caminos corruptos de la Cuarta República, periodo nefasto que carcomió de hambre y miseria los sueños del pueblo venezolano. Hay que seguir avanzando, construyendo las bases de una nueva sociedad y demoliendo los escombros que dejó regado el puntofijismo durante sus cuarenta años de gobierno dañino, que quebrantó la fe y la esperanza de mucha gente. No hay tiempo para recordar las penas, ni para las desgarraduras, ni los quebrantos de espíritu, sino para el palpitar de los suspiros, ese respirar profundo que nos hace sentir el sabor de la victoria, del aire cristalino que nos llena de energía para que estemos listos el 7 de octubre y ya casi al anochecer levantemos la mirada al cielo y a una sola voz decir a los cuatro vientos: ¡Hasta la victoria siempre, carajo!

Precisamente, después de un largo trajinar de campaña política, hemos llegado a la recta final, donde la verdad de los tiempos ya se asoma por las ventanas del CNE para dejar ver su rostro victorioso. Tiene que ser de esa manera porque en la Venezuela del Siglo XXI no hay espacios para los aventureros ni mucho menos para los tipos de naturaleza indefinida, irresponsables, fascistas, corruptos y carniceros de la política, que para ocultar su verdadera naturaleza, se esconden detrás de una falsa capa justiciera. Pero el pueblo venezolano, en este caso, la mayoría habilitada para votar el próximo 7 de octubre, ha venido consolidando una cultura política de amplia participación, que le permite ejercer el voto con un altísimo nivel de conciencia política.

Pero más allá de esta verdad cristalina, los opositores, las MUD, los justicieros y su neófito comando de campaña, se equivocaron en todas sus estrategias. Primero la tal unidad de la MUD fue una entelequia y cada quien huyó por la derecha. Nunca más se volvieron a reunir y así el candidato quedó huérfano del apoyo de AD, Copei y otros “connotados” dirigentes de la oposición. Luego vino el desprecio de los justicieros por esos mismos partidos y su militancia, que no podían asistir a los pequeños mítines del candidato de la derecha porque eran sacados a patadas. Respecto a esto, por allí me han comentado que al parecer estos dos partidos han recomendado en voz baja a su militancia que no voten por Capriles.

Igualmente, el candidato de la derecha inició su campaña en el marco del error “casa a casa”; luego corrigieron y establecieron las visitas fugaces en varias ciudades del país, queriendo hacer ver la vitalidad del aspirante, siempre pensando en que Chávez no saldría a hacer campaña. Pero salió en recorrido arrollador y se convirtió desde el mismo momento en el candidato de la patria y en el corazón del pueblo venezolano. Por eso, desde este espacio decimos que considerando hipotéticamente una abstención del veinte por ciento, Chávez ganará con un 63% de la votación nacional. ¡Hasta la victoria siempre! Camaradas.



Politólogo

eduardojm51@gmail.com


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Eduardo Marapacuto


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